Cuando decidí no dormír en casa olvide el hecho de que mi vestimenta para el trabajo estaba allí, soy un poco idiota al haber olvidado ese pequeño detalle.
- ¿Y ahora? - pregunté desesperado.
- ¿Puedes calmarte un poco?
- NO, olvidé mi traje.
- Estoy seguro de que tengo uno para prestarte, ya deja de caminar de un lado otro, ¿Quiéres? - pidió mientras quitaba ropa de su closet.
- QUE NO.
- Aquí esta - lo tomó entre sus manos, me acerqué y lo tomé observandolo, era uno de color azul, ya venía todo el outfit, la camisa, corbata, todo.
- Genial, genial. Voy a vestirme - entré al baño y me coloqué cada prenda lo más rapido posible, acomode mi cabello y salí ya listo.
- No te queda nada mal.
- Creí que me quedaria más grande.
- La última vez que lo use fue hace 2 años.
- Gracias por el dato, ahora vistete tú que ya debemos irnos.
- Ok, Ojitos - me guiño un ojo y luego entró al baño.
Guarde mi ropa en bolso que me dió Christopher, para luego de la empresa solo traer a Chris y ya.
Fuimos ambos en mi vehículo, habíamos pensado en que cada quien vaya en su auto, pero me negué.
Anunciamos nuestra llegada a Camila, asintió y subimos al ascensor.
Entré a mi oficina y quite el trabajo especial de el primer cajon, quité los papeles del folio y encendí la computadora para continuarlo.
- Sí, por fin - tomé el trabajo y salí de mi oficina, subí al ascensor y presioné el botón del último piso.
- Adelante - una vez que resiví permiso de pasar, abrí la puerta y entré.
- Buenos días, jefe.
- Joven Colón, que gusto tenerlo aquí - sonreí y cerré la entrada, caminé hasta su escritorio y me ubique en el asiento frente a este.
- Señor Vélez, ya lo terminé - dejé el folio a su alcance.
- Genial, lo mirare ahora mismo, ya puedes retirarte si no necesitas decirme nada más.
- Claro, un gusto verlo - me levanté del asiento.
- Igualmente - salí de su oficina y baje a mi piso.
Mientras caminaba por el pasillo, noté la puerta de Christopher, sonreí y caminé hasta esta. Golpeé dos veces y espere a que me diera permiso de avanzar.
- Adelante - abrí y cerré una vez que pasé.
- Hola - sonreí.
- Ahh, eres tú - sonrió.
- Sip, vine a verte.
- ¿Para qué?
- No lo sé - caminé hasta Él - Iva hacia mi oficina pero me acorde de tí.
- Que considerado.
- ¿Verdad?, a ver - me pare a su lado y me agache un poco para ver lo que hacia - ¿Qué es esto?
- Trabajo - giré mi cabeza para mirarlo, para mi sorpresa Él ya lo estaba haciendo - ¿Qué otra cosa podría hacer?
- Ya deja de hacerte el gracioso - fruncí el seño.
- Tiene un motivo - dijo antes de tomar mi mano y pegarme a Él en un abrazo.
- ¿Cuál es? - pregunté mientras llevaba mis manos a su espalda.
- El tierno aquí, eres tú y punto - reí.
- Okay, pero me molesta estar agachado - lo solté e intente alejarme.
- Solo un poquito más - nos quedamos en silencio, me soltó luego de unos cuantos segundos.
- Bueno, ya te dejo - caminé en dirección a la puerta.
- ¿Me llevaras a casa?
- Te espero en el auto cuando acabes - le guiñe un ojo y salí.
Ya llevaba 15 minutos esperándolo, no bajaba y comenzaba a irritarme.
- Ya, disculpa - abrió la puerta de copioloto y se ubicó en el asiento.
- Ya era hora, ¿No? - encendí en vehículo.
- Perdón - bufeé.
Estacioné y espere a que bajara, pero solo se quedo sentado sin hacer nada.
- No estes enojado - habló.
- No lo estoy, debo ír a casa, apúrate - suspiró y abandonó el auto.
- Gracias, supongo - dijo antes de alejarse del vehículo para abrír las rejas de su casa.
- Idiota - susurré y me fuí.
- Por fin te apareces - Mama se colocó delante de mí y cruzó sus brazos - Dónde carajos estuviste anoche.
- En lo de un compañero de trabajo - respondí y avancé a las escaleras pero tomó mi brazo detiéndome.
- Que buen compañero que deja que te quedes en su casa.
- ¿Qué insinuas? - quité su mano de mi brazo.
- No quiero imaginar que andas en cosas raras con ese muchacho.
- ¿Cosas raras?, ¿Te refieres a una relación? No, no la tengo, y si la tuviera no sería ninguna cosa rara, ¿Oíste?
- A mí me hablas bien muchacho - tomó mi mandíbula - Te dimos todo con tu padre, y sigues siendo un mal agradecido, tienes una novia con la que te casarás, y a partír de ahora la respetarás, tanto a ella, como a su familía y la tuya, ¿Te quedo claro? - quitó su mano.
- Yo no te tengo miedo - le dí una última mirada y subí a mi habitación.
Me dí una ducha y me coloque un pantalón azul, remera y calcetines blancos.
Tomé mi celular y encendí la pantalla encontrándome con mensajes de Christopher.
Avellanita
Ojitos,
Se que estás enfadado.
Y quiero pedirte disculpas,
Se que estabas apurado, o
Al menos eso me hiciste ver.
Perdón por haberme tardado.En fin, no te enfades conmigo
Porque sino voy a llorar.
(。>﹏<。)Por sierto, quédate con el traje.
De todos modos a mí no me entra más.Te quiero.
Eres un idiota.
Como puedo enojarme con
Un chico tan tierno que manda
Caritas como tú.
\( 'ω' )ノYo también te quiero,
Avellanita.Ufff, creí que ivas a
Bloquearme o algo.Jajaja,
Gracias por el traje.
° ͜ʖ ͡ -Cuando quieras, Bebé.
° ͜ʖ ͡ -Bromeé bien?
Excelente, Bebé.
Sonreía como un idiota a la pantalla al bromear de esa manera con Él, aunque de sierta manera era coquetear y estaba consiente de ello, y no me molestaba en lo absoluto.
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Imposible || Chriserick
Dla nastolatkówUna tradición familiar que impide un factor muy importante en la vida: la libertad de poder escoger con quien pasarás el resto de tu vida. ✾ Los errores ortográficos de esta novela aún no han sido corregidos en su totalidad. BY: Pendeja4ever