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Terminamos de comer y directamente fuimos a dormír.

- ¿Mi mochila? - le pregunté a Christopher algo desesperado cuando se despertó.

- La dejé en el living, detrás del sillón - respondió con la voz ronca por el pequeño rato que llevaba despierto.

- Ok. Levántate que vamos a llegar tarde - tomé una almohada y se la tiré.

- ¡Ey! Relájate, es temprano - agarró la almohada que le lacé segundos atrás y la acomodó en uno de los extremos de la cama.

- ¿Tú que sabes?, recién te despiertas - caminé hasta la ventana y abrí las cortinas dejando que la poca luz que había entrara.

- Cierra, Erick.

- No entra nada de luz,  básicamente el sol está saliendo.

- Entonces es temprano, déjame seguir durmiendo, gracias - se acomodó de costado y cerró sus ojos, bufeé y me subí sobre la cama comenzando a saltar.

- ¡CHRISTOPHERRR! ARRIBA ARRIBA - repetía mientras daba brincos. Salté una última vez y me senté sobre su cadera - Es enserio, levántate.

- Ash - se quejó colocandose derecho - ¿Para qué?

- ¿Te suena la palabra "empresa" ?

- Bién, pero quítate.

- Como digas capitán - dejé un casto beso en sus labios y me obvedecí su orden, por así decirlo.

Una vez que ambos estábamos arreglados nos sentamos a desayunar.

- Te odio - pronunció Christopher en medio de un bostezo - ¿Una hora antes?, ¿Enserio?

- No quiero llegar tarde - tomé la taza de café y la llevé a mi boca, no llegué a beber mucho debido a que la saqué al instante - ¡AH! - me quejé y comencé a respirar desesperadamente.

- ¿Te quemaste? - asentí y me levanté, fuí al baño y moje mi lengua hasta que ya dejó de arderme tanto - Eres un idiota - giré mi cabeza encontrándolo apoyado en el margen de la puerta mirándome con una sonrisa.

- fiefa fa fufa fofa - rió y entró al baño, se colocó detras de mí y pasó sus brazos por mi cintura - ¿Fe faces?

- No entiendo nada de lo que dices - apoyó su mentón sobre mi hombro.

- Me fuele - dejó un beso en mi mejilla.

- Ven a tomar agua, idiota - me soltó y tomó mi mano.

Luego de tomar un poco de agua, solté un suspiro y volví a hablar.

- ¿Te duele mucho?

- No tanto ahora - contesté.

- Bién, ¿Vas a terminar tu café? - negué - Ok, yo sí - me dejó solo y caminó al comedor.

Fuí al baño a hacer mis necesidades, lavé mis manos y caminé en silencio hasta donde estaba Christopher.

Pasé mis brazos por su cuello y escondí mi cabeza en este.

- Hueles bien - comenté sintiendo el aroma de su perfume.

- Gracias - corrió su rostro hacia mí y planteé un beso lento y dulce.

- Te quiero - beso corto - mucho - otro beso - ¿Ok? - dos más.

Dió una pequeña carcajada, suave melodía para mis oídos.

- Eres hermoso.

- Tú también - lo abracé con fuerza.

Llegamos a la empresa y cada quién fué por su lado.

Apenas entré a mi oficina encontré unos papeles sobre mi escritorio, fruncí el ceño confundido y caminé hasta las hojas. Las tomé entre mis manos leyéndolas, miré el lugar donde se encontraban antes y había una nota.

"Yo soy Joel Pimentel, a partír de ahora voy a darte el trabajo de cada día como ya te comentó el Jefe, espero que nos llevemos bién. Por cualquier duda me encuentro en último piso, solo busca mi apellido en una de las puertas y ¡Bum! ahí estaré.

Estos papeles los traje apenas llegué, pero el resto de los días apenas llegues tú deberás ír a buscarlos, ¡Ah! Y llévame los papeles una vez que acabes. Atte: Joel Pimentel De León"

- Lindo nombre - dije cuando terminé de leer y tiré el pequeño papel al cesto.

Me senté en mi lugar y comencé a trabajar.

Faltaban 30 minutos para irnos y  me encontraba con mucha prisa por ello.

- ¡Sí! - levanté mis brazos emocionado - Creí que no llegaría - tomé los papeles que acababa de terminar y me levanté de camino a la puerta.

Luego de dejarle los papeles a Joel volví a mi piso, aunque no a mi oficina.

Sin dar muchas vueltas me dirigí directo a la de Christopher.

Entré sin golpear, y antes de que se quejara la cerré.

- Debes golpear - me regañó desde su asiento, caminé hasta él.

- ¿Para qué?, de todos modos eres tú - me senté sobre su regaso - HOLAA - tapó mi boca con sus manos.

- Erick, no grites - quité sus manos.

- Uy lo siento señor Vélez.

- No me llames señor.

- Ok anciano - sonreí al ver su cara de pocos amigos.

- Enano.

- No soy enano, que tú me pases por unos centímetros no significa que mi estatura este mal.

- ¿Entonces yo estoy mal?

- No, tú eres más grande que yo, esta bien.

- Como tú digas - planteó un beso en mi mejilla - ¿Luego del trabajo, qué haras?

- Supongo que mi Mama me insistirá en una cena familiar con Katy, pero primero me llevarás a tú casa.

- ¿Por?

- Mi ropa y mi vehículo estan allá - ahora yo dejé un beso en su mejilla, aunque fueron tres seguidos.

Volví de la casa de Chris. Apenas entré a mi hogar, pude oír la voz de Katy y la basura de mi suegra.

- ¡Amor! - corrió Katy hacia mí y me dió un abrazo - Te extrañé, mucho.

- Sí, sí, no me interesa, debo ír a cambiarme - la solté y subí a mi cuarto.

Imposible || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora