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Llegamos a la empresa y directamente fuímos directo a la oficina de su hermano. Christopher se llevó una gran sorpresa cuando el chico de recepción nos avisó que el señor "Jonathan Vélez" era el jefe.

- no lo sabía - exclamó aún sorprendido en el ascensor. Reí.

- y bueno, ahora lo sabes al menos ¿no? - me miró con sus párpados entrecerrados.

- pero mi papá me dijo que ocupaba el mismo lugar que yo allá.

- no sé - me encogí de hombros.

- seguro él se llevará una sorpresa cuando nos veamos - sonrió.

- ¿por qué?

- la última ves que nos vimos fué hace 8 años - contó - verá que estoy más grande.

- y más idiota - agregué.

- como tú no creo.

- ¡oye!

Las puertas se abrieron y abandonamos ese pequeño cuarto.

- las puertas son altas y grandes de roble oscuro como las que tiene tú papá.

- y tú suegro.

- sí - reí levemente.

Abrió las puertas sin tocar. El chico sentando en el gran escritorio despejó la mirada de su computador para nosotros con un gesto de enojo que se esfumó al ver a mi novio.

- ¿Christopher? - se levantó de su lugar con una sonrisa y lo rodeo para llegar al nombrado y abrazarlo - ¡cuánto tiempo sin verte! - acarició su espalda.

- sí, sí, yo también te extrañé.

- pensé que vendrías más adelante - tomó distancia.

- ocurrieron cosas.

- ¿y este bonito chico quién és? - preguntó mirándome.

- tú cuñado - respondió Christopher mirándome.

- un gusto - le extendí mi mano derecha.

- ¿qué es eso?dame un abrazo bro - dijo rodeándome con sus brazos.

Luego de una pequeña charla decidimos sentarnos en el extenso y grande sofá a un costado de la habitación.

- ¿y qué pasó con Daviel? - consultó Jonathan confundido.

- Zabdiel - corrigió el chico al cual le fué dirigida la consulta - y prefiero no hablar de eso.

- oh, ok - aceptó junto con un ligero movimiento de cabeza.

- ¡papá! - los tres miramos a unas puertas al lado de el escritorio que se abrieron dejando ver a una pequeña niña correr tan rápido como le permitían sus pequeñas piernas hasta mi cuñado.

- ¿qué pasa princesa? - Jonathan la post sobre su regazo dejando que su rostro esté dirigido a mí y Christopher.

- ¿cuánto falta para que vayamos a casa?

- un rato más. ¿Te acuerdas de Christopher?yo te hablé de él - la menor asintió atenta - es él - apuntó con la cabeza.

- hola - saludó la pequeña con un tono serio.

- ay que fría - habló Christopher y dió una pequeña risa - hola pequeña, ¿cómo te llamas?

- Riu - respondió centrando su mirada en mí. Relajó su rostro quitando su expresión seria - ya regreso - avisó y su papá la bajó dejando que sus pequeñas zapatillas tocaran el suelo y caminara con tranquilidad de regreso al cuarto por el que vino.

- ¿...osea que soy tío? - preguntó Christopher.

- síp - Jonathan se paró - quería contartelo yo, por eso le dije a papá que no te diga nada.

- okey. ¿Cuántos años tiene?

- cuatro.

- habla muy bien.

- lo sé - caminó a su escritorio tomando asiento.

- bueno. Vine con urgencia porque tú asistente Eleonor me llamó, dijo que estás en un negocio importante y quiere que te ayude para que lo ganen.

- sí. Erick, ¿podrías ír a el otro cuarto con Riu?es algo privado - pidió el jefe.

- oh, claro - caminé a el lugar nombrado y cerré las puertas una vez dentro.

Era una habitación llena de juguetes a su alrededor, contaba con una television donde en ese momento se repodrucian caricaturas. En el centro de ese suelo habia una alfombra y sobre esta una mesa circular con hojas y crayolas. Riu estaba parada realizando un dibujo.

- hey, hola - saludé arrodillandome a su lado para estar a su altura.

- hola - dijo simple - ¿eres el novio de tio Christopher?

- eh..sí.

- okey. ¿Cómo te llamas?

- Erick.

- Erick - me miró - me agradas - volvió a mirar su dibujo.

- oh, tú también agradas - me giré un poco para ver la television, observé de reojo como ella realizó el mismo movimiento que yo.

- ¿te gusta Peppa Pig? - preguntó.

- no.

- ¿por qué?

- porque le arrebata la comida a su papá para dárselo a los patos de el estanque en ves de darles su comida - respondí mirándola.

- a mí no me gusta porque es tonta - reí.

- qué buena justificación.

Estuve hablando con Riu durante unos 30 minutos al menos, hicimos unos cuantos dibujos y luego nos fuimos de la empresa.

- ¿te divertiste con la pequeña? - preguntó Christopher mientras nos subíamos al vehículo.

- es linda.

- ¿te gustaría tener hijos algun día?

- dos niñas.

- ¿cómo las llamarias?

- Topacio y Amatista.

- lindos nombres.

- muchas gracias - le sonreí.

Imposible || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora