Imposible || Chriserick

38

Llegué a casa con el ánimo por los suelos, con la misma mirada cansada acompañada de ojeras igual o quizás peor de como me fuí en la mañana.

Arrastrando la mochila negra que llevé hoy, siempre iba con una maleta de color negro luciendo más formal con el traje, pero cuando me estaba preparando tomé lo primero que tenia en mano.

- ¡Erick! - habló mi madre sorprendida, regalandome una de sus tantas amplias sonrisas, todas falsas a mi parecer - ¿Por qué estás en casa tan temprano?

- Me mandaron a descansar, así que permiso - caminé a las escaleras.

- Ya que estamos, descansa que en la tarde iremos a hacer tú traje para el casamiento, toda esta semana tendrás ocupada tú agenda de horarios - rió ansiosa - No tendrás que hacerte cargo de nada, solo ver el lugar, hacer el traje y otras cosas más, fuera de eso yo y tú suegra nos encargaremos de la parte agotadora y estresante, es decír la organización de la boda. Será hermosa, ya tenemos varias ideas en mente, te encantará la variedad de cosas que habrá para comer, ¡Oh!el salón de fiestas es simplemente espect..

- Daysi, estoy cansado - interrumpí y solté un suspiro antes de preguntar - ¿Qué día será?

- El sábado.

- ...voy a descansar - subí las escaleras.

- ¡Eso hijo, recupera fuerzas que..! - cerré la puerta de mi cuarto evitando seguir escuchandola, sentia un inmenso dolor y presión en mi pecho que no se hirian si continuaba llorando cada dos minutos, incluso aumentaba a través de los segundos que transcurrian.

Arrojé la mochila hacia un lado de la habitación y comencé a desabrochar los botones de mi saco uno por uno, dejando que este caiga al suelo junto con las siguientes prendas que retiré de mi cuerpo.

Quedando simplemente en boxer fuí a mi cama a pasos vagos, me acosté, tapé y acurruqué en mi mismo, sintiendo una corriente cálida recorrer el largo de mi espalda y llegar a distintas partes de mi cuerpo.

Cerré mis párpados y el sueño no tardó en consumirme.

.

A fin de cuentas terminé yendo a la modista solo para que me tomen las medidas ya que mi madre decidió todo, sin en ningún momento pedir mi opinion, algo que agradecía en el fondo.

Regresamos a la casa y lo único que hice fue quedarme sentado a oscuras en mi cuarto, sentado en la cama como indio solamente en boxer, con una suave y casi nada de iluminasión de la poca luz que entraba a la habitación a través de la oscura tela azul que tenía de cortinas en la ventana.

Relajé mi cuerpo sobre las sábanas, ahora con mi mirada en el techo.

Solté un suspiro y estiré mi mano hasta llegar a mi celular, lo encendí y entré al chat de Christopher, observando que no nos hemos vuelto a hablar.

Noté la manera en que lo tenia agendado y no pude evitar que una sonrisa nostalgica adorne mis labios.

Avellanita.

En un intento de despejar que mi mente que tuvo total éxito, me senté en la silla frente al escritorio de mi cuarto, encendí un pequeño velador de luz naranja suave sobre este, tomé unas cuantas hojas de uno de los cajones y procedí a sacar mi variedad de lápices que tenia desde hace tiempo, de muchos tonos y variedades. Amaba dibujar, era uno de mis secretos.

Comencé por el boceto de un chico de manga, hice primero un cabello alborotado para después proceder al rostro, una musculosa y una chaqueta de cuero arriba, un short de jean a una mano sobre la rodilla y una de estas flexionadas, en una pose no recta ya que debía tener algo de realidae después de todo, unas zapatillas oscuras de agujetas en blanco al igual que las suelas, una bebida con pajita fué a parar a una de sus manos, en el dibujo se notaba que el chico estaba bebiéndo el contenido del recipiente mientras miraba a un lado para nada preocupado. Terminé con las sombras y marcar las zones oscuras de la ropa y lo dejé a un lado para empezar un nuevo dibujo.

Me cambie y bajé al momento de comer, mi estomago estaba prácticamente vacio según yo.

Acabé la cena más rápido de lo que pensé, subí a mi cuarto, me dí una ducha y luego de colocarme la pijama me fuí a dormír.