Capítulo 9: Aliados

428 58 37
                                    

Nuestro querido matrimonio sin duda estaba viviendo algo que jamás, jamás se imaginaron, estar en medio de algo que amenazaba en convertirse en una guerra, si es que no lo era ya.

Kou vigilaba que nadie se acercara hacia él y hacia su pareja, pues en momentos como ese, sus vidas estaban en peligro, y si él objetivo de la rebelión eran los miembros de la realeza, con más razón tenía que asegurarse de proteger a su familia.

Pero algo llamó la atención de los dos, una persona cubierta por una gran capa negra se les estaba acercando, y gracias a que el callejón en el que estaban era oscuro y solo, se veía muy amenazante.

- No se preocupen, no quiero hacerles daño.

- Eso no lo sabemos - Dijo Yukina. - ¿Que es lo que quieres? ¡Habla!

- ¡Cálmate Yukina! - Habló Shouta por qué juraba que Kou estaba en una crisis nerviosa en ese momento.

- Le agradezco su comprensión... Mi señor.

- ¿Mi señor?

Entonces la capa que esa persona portaba reveló a nadie más y a nadie menos que a su leal sirviente, Shinobu había aparecido y quería salvarle.

- ¿Tú?

- Así es, mi señor, verá, es muy complicado de explicar pero no hay tiempo, hay que ponerlos a salvo de inmediato.

- ¿Pero como?

- Se los explicaré más tarde, pero por ahora... Síganme por favor.

- ¿Que no estás viendo? - Habló Yukina. - Este lugar es un campo de guerra... ¡No podemos movernos de aquí!

- ¿Cree que no lo sé señor Yukina? No se preocupe, el lugar está cerca, pero por favor háganme caso, ustedes son los objetivos, confíen en mí.

Pero en ese momento, nadie se percató que miembros de la rebelión ya los habían encontrado.

- ¡Ahí están! ¡Tras ellos!

- ¡Maldición! - Dijo Kou y por fin decidió hacerle caso a Shinobu, el cual los guió lo más rápido que la situación le permitió fuera de la plaza, fuera de la ciudad hasta dirigirlos al bosque.

- Dijiste que estaba cerca - Dijo Yukina cansado de llevar a Shouta en brazos.

- Lo siento, pero confíen en mí, estarán más seguros en ese lugar.

Continuaron caminando hasta llegar a una casa pequeña, de la cual salió un chico al cual Kisa reconoció como el sirviente de su mejor amigo.

- ¡¿Chiaki?!

- Es un placer verlo a salvo señor Kisa, por favor pasen...

Y entraron a una cabaña algo modesta, pero lo suficientemente para albergarlos a todos, no había nadie más que los recién llegados, los criados y un bebé que dormía en uno de los cuartos.

- ¿Y ese bebé? - Habló Kou bastante extrañado.

Y entonces el pequeño Chiaki comenzó con un llanto que consternó a todos los que estaban en ese lugar, Shinobu fue el único que se atrevió a abrazarle y a susurrarle cosas que de seguro lo calmarían más tarde.

- Fue mi culpa, fue mi culpa...

- Yoshino, tu intentaste traerlo hasta aquí... No sabías que los atacarían por sorpresa...

- Pero he fallado, Ritsu-san murió por mi culpa.

- ¡¿Que dijiste?! - Exclamó Kisa al escuchar el nombre de su amigo.

Entonces Chiaki más calmado empezó a querer explicar lo ocurrido.

- Verán, después de acorralar a todos con el incendio, los rebeldes quisieron matar a todos los miembros reales, el rey se salvó... Pero mi señor Masamune y mi señor Ritsu no corrieron con la misma suerte... Primero fue Masamune-san en la plaza, al cual lograron degollar, logré interceptar a Ritsu-san y quise traerlo, pero algunos rebeldes lo encontraron conmigo... Él sólo alcanzó a darme a su bebé y decirme que me fuera... Recibió un disparo por la espalda y solo me decía que me fuera... - Habló Yoshino entre sollozos, pues recordar como perdió a sus amos lo ponía nervioso aún.

Shouta sólo alcanzó a ir a un rincón y a llorar, no le importaba la muerte del otro, pero su mejor amigo, su camarada, su hermano metafórico, muerto en medio de todo este desastre, y pensar que muchas otras personas inocentes corrieron con la misma suerte, y todo por una tonta rebelión, un rey tirano y sus miserables vidas.

***

Ya llegada la noche, Chiaki y Shinobu les prepararon algo para comer, así como al bebé que ahora no era más que un huérfano.

- Chiaki...

- ¿Sí Kisa-san?

- ...¿Puedo cargarlo?

- Por supuesto - Entonces Yoshino le entregó al que consideraba su sobrino metafórico, y su corazón se enterneció bastante, tenía los ojos de Ricchan, lo cual lo pusieron algo triste, pero aún así el pequeño lo animaba, pero si había algo que no le gustaba del niño, era que tenía el color de cabellos de su padre, lo cual le hacía rabiar como nadie, pero ¿Que se podía hacer? El pequeño no tenía la culpa de haber sacado algo de su padre.

- ¿Cual es su nombre?

- Se llama Ryu.

- ¿Ryu?

- Si, verá, debido a se habían llevado a Ritsu-san, yo quedé a cargo de él, pues Masamune-san no quería verlo, así que me encargué de darle un nombre.

- Ya veo, Ricchan debió estarte muy agradecido.

- Lo estuvo mi señor, de todas formas ese es mi trabajo.

Y entonces volvió a contemplar a esa hermosa criaturita, la cual le decía con la mirada que el pequeño que llevaba en el vientre podría ser igual de lindo.

- Es muy lindo ¿No lo crees? - Dijo Kou acercándose a donde él y el bebé estaban sentados.

- Si, lo es.

- Imagina que nuestro hijo sea igual de lindo que él.

- Ojalá Kou, ojalá.

- ...¿Quieres que nos lo quedemos?

- ¿Que?

- Es el hijo de tu mejor amigo, y creo que tú eres el más indicado para cuidarlo, pues si regresa a Marukawa, Isaka se lo quedará y no sabemos qué cosas horribles le hará.

- Lo entiendo, pero...

- No te presionaré si no quieres, pero tienes que reconocerlo, no podemos dejarlo a su suerte... ¿A ti te gustaría que nuestro hijo se quedase solo? - Dijo mientras posaba su mano en su vientre.

- No, pero...

No pudo terminar su argumento, pues estaban llamando a la puerta, lo cual causó pánico a los inquilinos, pero al parecer Shinobu sabía de quién se trataba, así que con toda la naturalidad del mundo la abrió sin sorprenderse de quien se trataba.

- Misaki-san, sea bienvenido.

- Gracias Shinobu...

Continuará

Matrimonio Forzado (Yaoi) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora