¡Mommy Kink! • bts.

↬ Myg | Colegial desobediente pt.2

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Las clases recién habían terminado y tanto los alumnos como los profesores, ya cansados y fastidiados, abandonaban el edificio en grupos o de uno a uno, a excepción de ella, a la que lamentablemente su trabajo siempre le exigía horas extras.

Estaba acostumbrada, por supuesto, y no le molestaba en lo absoluto el trabajo demás; tenía esa profesión porque la adoraba y nunca se arrepintió de ella, aunque implicase mucha paciencia y cuidado. Además, en esa ocasión en especial, estaba esperando a que cierto rubiecito regresara a ella convertido en el niño obediente que esperaba.

Unos momentos después y luego de algún papeleo alguien tocó la puerta de su oficina y la chica supo de inmediato de quién se trataba, así que lo invitó a pasar sin molestarse en preguntar.

Yoongi apareció nuevamente tras la puerta a pasos cortos, su expresión era el más puro y completo reflejo de sumisión y arrepentimiento. Llevaba las manos frente a él, intentando de forma muy pobre cubrir el resultado de su castigo con el que había estado teniendo que lidiar durante las clases.

El castigo lo había tornado en un dócil cachorrito a lo largo del día y era claramente comprobable por la forma en al que el rubiecito caminó hasta el escritorio y se detuvo, dejando de cubrirse para colocar las manos tras la espalda, con el rostro sonrojado y la mirada suave.

— Mommy...— musitó en un hilo de voz.

A pesar de que intentaba que no fuera de esa manera, su vocecita lo delataba: estaba desesperado.

— Oh bebé — dijo ella conmovida al verlo de esa manera, dejando de lado su trabajo de inmediato — ha sido un día difícil, ¿verdad? — se compadeció.

Yoongi asintió con un puchero. Había sido horrible. Estar durante todas las clases con aquel juguete dentro de él que vibraba cada cierto tiempo, teniendo que apretar los labios para reprimir gemidos, sintiéndose cada vez más necesitado y expuesto y desesperado sin poder hacer nada más que ocultar la vergonzosa erección y pensar en lo excitante pero tortuoso de su castigo.

— Ven aquí cielo — dijo ella, haciendo un movimiento con la mano para que se acercara a ella.

El chico rodeó el escritorio hasta colocarse a un lado de la chica, que se había girando en la silla para mirarlo a los ojos.

— Espero que esto te haya enseñado una lección gatito — le dijo, acariciando gentilmente la carita del muchacho, que la miró suplicante por algo de alivio— no quiero que vuelvas a portarte mal, ¿de acuerdo?

— Si mommy — asintió el rubiecito sin titubear — seré un alumno muy obediente, ya no te daré más problemas — prometió.

— Me gusta escuchar eso — sonrió satisfecha la chica, haciendo que el muchacho se inclinara para darle un beso prolongado que solo consiguió excitar más a Yoongi.

— Ven, sobre mis piernas — le ordenó la chica, palmeando sus piernas.

El rubio obedeció de inmediato, sabiendo perfectamente que era lo que tenía que hacer. Se recostó sumisamente boca abajo sobre el regazo de la directora y esta pudo sentir contra sus piernas la dureza de una erección que seguramente llevaba mucho tiempo con él y que lo había estado haciendo sufrir mucho.

La chica acarició la superficie por encima de la ropa y luego enganchó los dedos en la pretina del pantalón, deslizándolo hacia abajo hasta dejar la ropa enrollada sobre los lechosos muslos del chico.