— ¡Mommy, mommy! ¡Mira! — señaló kookie dando pequeños saltitos con emoción cuando pasamos frente una tienda de mascotas al otro lado de la calle, donde tenían exhibidas algunas peceras en el exterior.
— Oh, son pececitos baby boy — dije cuando mis ojos siguieron el camino que sus dedos señalaron — ¿quieres ir a ver?
— ¡Sii, por favor~!
— Vamos entonces — accedí, tomándolo de la mano para ayudarlo a cruzar la calle.
Jungkook se acercó corriendo muy emocinado y con ojitos curiosos miró a cada uno de los peces, señalandolos y diciendo en voz alta el color del que eran.
— Son cómo ángeles del mar, ¿no crees mommy? — preguntaba inocentemente.
— Si, eso es lo que son bebé.
— ¡Vamos mommy, hay que entrar a ver a los demás animalitos! — me invitó, arrastrándome con él al interior del local.
Jungkook recorrió los pasillos del lugar soltando muchos "wooow" y "¡que lindo!" mientras ibamos pasando frente a las jaulas de las serpientes, los hámsters, cachorritos y urones.
Un pequeño animalito peludo en una jaula blanca llamó su atención de inmediato y corrió hacia él haciendo ruiditos de emoción.
— ¡Mira mommy! ¡Mira!
— Oh! — dije en cuanto lo ví — Es un conejito, igual que tú, baby boy.
Jungkook sonrió tímidamente y se sonrojó al escucharme decirle así. Le gustaba mucho que lo llamara de esa manera, pero siempre hacía que se le pusieran rojas las mejillas.
— Es tan bonito ~ — canturreó Jungkook, observando embelesado al pequeño animalito blanco con una sola mancha negra que rodeaba uno de sus ojos.
Acercó uno de sua dedos a la jaula en un intento por tener algún contacto con él y el conejito dentro de esta se acercó a él a pequeños saltos y olisqueó su dedo, haciendo que mi bebé soltara una inocente risita de emoción.
— Creo que quiere ir con nosotros mommy — me dijo kookie, girándose para verme con sus ojitos resplandecientes y una sonrisa tierna e inocente — ¿puedo tenerlo?
¿Había forma de negarle algo a esos preciosos ojitos y a esa vocecita?
— Claro que si mi amor, pero tienes que saber que tener una mascota es una gran responsabilidad, deberás cuidar mucho de él.
— ¡Lo haré mommy, lo haré! Le daré mucha comida, jugaré con él y lo llevaré al doctor de conejitos cuando se sienta enfermito. ¡seremos mejores amigos!
Sonreí y le revolví los cabellos.
— Muy bien cielo, si haces todo eso puedes tenerlo.
— ¡Hurra! — saltó emocionado.
Jamás lo había visto tan emocionado como ese día mientras elegíamos la jaula, juguetes y le comprabamos comida al nuevo inquilino del departamento.
— Ahora tendrás dos conejitos en casa mommy — me dijo una vez que salimos del lugar con el animalito en brazos.
— Así es mi amor — le sonreí — pero te diré un secreto: — luego me acerqué a su orejita y le susurré — tú siempre serás mi conejito favorito, baby boy— dije, y luego le planté un pequeño beso en ella, provocando que se retorciera y soltara la más tierna risita.
— Sip, soy el conejito de mommy~ — afirmó.
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