Jungkook había pasado las últimas semanas con la cabeza hundida en los libros, sin apenas presar atención a algo que no fueran esas lineas interminables de letras impresas en el papel. Sus ojos parecían querer absorber todo lo posible antes de que el gran día llegara.
De vez en cuando se tomaba pequeños descansos para ir por algo de tomar a la cocina y entonces lo veías detenerse frente a el calendario a observar con preocupación la fecha marcada con una cruz roja. Jungkook parecía demasiado preocupado por sus exámenes finales.
Estaba tan preocupado que ni siquiera había tenido una regresión en semanas y no tocaba sus cosas de bebé. Amabas mucho a Jungkook fuera de su papel de baby boy, pero te preocupaba que no tomara sus muñecos de felpa o su chupón porque sabías que era su única manera de liberarse del estrés.
Comenzabas a creer que quizá una vez que se hubiera graduado de la universidad ya nada volvería a ser lo mismo.
Por eso mismo te sorprendió cuando la noche antes del gran día, el pequeño Jungkook apareció frente a ti con su kigurumi de conejito, abrazando a su mantita preferida y con el chupón en la boca. Sus inocentes ojitos estaban enrojecidos y anegados en lágrimas.
— Mami...— gimoteó de forma devastadora.
Te acercaste a él apresurada, con mucha preocupación al verlo en ese estado y escuchar aquella vocecita tan triste. Acunaste su carita entre tus manos y le limpiaste las lágrimas con los pulgares.
— ¿Qué pasa conejito? — preguntaste, sosteniendo su rostro para mirarlo a los ojos — ¿por qué lloras?
El chico sollozó de nuevo y se lanzó contra tu pecho, buscando refugiarse en ti.
— Mami por favor, sálvame — balbuceó, y aunque aún no entendías que era lo que le pasaba, le devolviste el abrazo con fuerza y le besaste los cabellos — por favor...
— ¿Dé que necesitas que te salve bebé? Dime.
— Yo...yo no quiero ser un niño grande— confesó y sentiste como sus manitas te aferraban con más fuerza del abrigo.
Lo comprendiste todo de inmediato. Eran los exámenes. El pobrecito chico había estado demasiado estresado y la carga de algo tan grande se sentía demasiado pesada para él.
— Oh no, mi cielo — dijiste — ¿Es por los exámenes verdad?
Sentiste a Kookie asientir y entonces simplemente te dedicaste a mantenerlo contra ti unos momentos más, dejándole muchos y muy delicados besos en la cabeza y la punta de sus orejas. Jungkook se separó un poco de ti para mirarte con una triste mirada de cachorrito que terminó por derretirte el corazón.
— M-mami, e-esque — intentó explicarse, pero los hipidos que le producían el llanto no le permitían hablar.
— Shh, ya bebé — lo tranquilizaste, tus dedos acariciaron su frente y entonces le dejaste varios besos en las mejillas húmedas y enrojecidas. Jungkook cerró sus ojitos para concentrarse en tus cariños y así calmarse un poco.
— Yo — volvió a intentar explicarse— no creo que pueda ser el niño grande que mami merece y-y no quiero decepcionarla...me he esforzado mucho p-pero...
No dijiste nada, sabiendo perfectamente que Jungkook necesitaba mucho de ti. Volviste abrazarlo y lo llevaste a la cama, donde recostaste contra tu cuerpo al muy triste y angustiado pequeño. Te partía el corazón verlo así.
— No tienes nada de que preocuparte cielo — dijiste, con aquel tono gentil y lleno de amor que solo tu pequeño podía provocarte — Lo que a mi me hace estar orgullosa de ti no son tus notas en el colegio o cuantas medallas tienes, conejto — le explicaste, mientras delineabas el contorno de su rostro con tus dedos en una caricia que él adoraba. Sus ojitos brillantes te miraban con mucha atención — lo que hace que me sienta orgullosa son otras cosas mucho más importantes como lo bueno, generoso y dulce que eres, tu valentía, tu inocencia, tu alegría, el saber que eres el más grande angelito que alguna vez ha pisado la tierra, ¿lo entiendes bebé? Me siento orgullosa de ti simplemente porque eres tú.
Jungkook cerró los ojos y sonrió, apoyando su rostro en tu mano en busca de más cariños, casi como un pequeño gatito. Podías jurar que si lo fuera, estaría claramente ronroneando en esos momentos.
— ¿De verdad mami?
— Por supuesto.
Jungkook suspiró suavemente, como si tus palabras fueran la mejor caricia del mundo.
— Además, no importa que pase, tú siempre vas a ser mi pequeño conejito — le dijiste, sellando tu promesa con un sonoro beso en sus labios rojizos.
— Si mami, siempre ~ — juró el también.
Sonreíste y le dejaste varios besos más en toda la extensión de su rostro, hasta que lo escuchaste reír tiernamente.
— Entonces, ¿serás valiente para mami mañana, conejito?
— ¡Seré muy valiente! — te prometió con mucho entusiasmo en su vocecita —mañana seré el pequeño hombrecito de mami y estarás muy feliz.
— Muy bien mi amor, me gusta que seas valiente— lo felicitaste — Ahora vamos, mami te dará un baño de burbujas para que estés muy relajadito para mañana, ¿de acuerdo?
— ¡Sii~!
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Jungkook siempre será mi baby boy favorito :((
Como que no quedé muy conforme con este oneshot, pero meh.
