Había una vez dos princesas. Como toda princesa era mimada y bonita, pero igual eran estúpidas, envidiosas y actuaban como brujas. Los pobres príncipes siempre se tendrían que soportar eso y casarse con una, esa era la ley.
El príncipe del Oeste había dado a conocer que tenía gustos peculiares, se sentía atraído por los príncipes y había uno del reino del Este que igual lo amaba. Ambos decidieron empezar una relación amorosa dejando a las princesas de los reinos cercanos del Norte y Sur solas. Furiosas, ambas recurrieron con un brujo loco que no habitaba un lugar en específico en el reino.
Le pidieron que hiciera algo para que los príncipes regresaran a ellas, el brujo, fuera de sí les dijo que eligieran a uno de los dos príncipes el cual sería recluido a lado del brujo, él dejaría caer una maldición sobre el joven príncipe, este sufriría todo lo que las chicas habían pasado vergüenza, dolor, decepción, humillación y pérdida de esperanza. Felizmente escogieron al mayor de ambos príncipes, este era apuesto y la fortuna siempre estaba de su lado.
Un día, cuando este se encontraba camino a ver a su amado el brujo lo hechizó y lo llevó a su escondite, ahí su maldición cayó sobre el príncipe, ahora sólo sufriría durante un tiempo indeterminado.
Tiempo después las princesas iban al escondite del brujo a ver cómo sufría el joven príncipe y decidían si ya podía salir o no, pero para ellas nada era suficiente. Querían vivir su venganza.
Así que decidieron hacerle un daño irremediable al príncipe. Con una daga, escribieron sus iniciales en el cuello de este, esperando a que muriera, pero el príncipe no murió desangrado...
[...]
Ese día estaba tan drogado que en sí no pude ver sus rostros, pero sus voces, esas voces nunca las olvidaré. Las tenía más que marcadas en mi cabeza "Gerard, te amo." O "Te odio por robarte a mi novio." Fueron peleas de hace más de cuatro años, nunca creí que de verdad estuvieran tan furiosas por mi relación con Frank.
Ese día se escuchaban las risas hasta el infierno, reclamando una batalla perdida hace ya mucho tiempo. Yo solo veía colores, colores y nieblas que cubrían mis pensamientos, recordaba muchas cosas, pero de una manera más sentimental. Valoraba lo poco que tenía y lo afortunado que solía ser.
El primer corte me hizo regresar de mi laguna mental.
- ¡Ah! - Grité. Fue en el brazo derecho, no fue tan profundo pero iba casi desde mi antebrazo hasta la muñeca, la sangre salía como gotas de oro, era densa y contrastaba con mi pálido tono de piel.
- ¡Ah! - Salió el segundo grito, un poco más ronco. El segundo corte fue una línea horizontal en la muñeca izquierda, aparecieron varios más en ambos brazos, si seguían así parecería que me intentaba suicidar.
Mi respiración se empezaba a tornar pesada, estaba recostado y sentía una gran fuerza que me presionaba el pecho. No tenía voluntad para quitarla, pero mi alma seguía peleando por mi frágil vida. ¿Por qué?
El tercer corte fue más doloroso, este ardía, me picaba en varias zonas del brazo izquierdo haciendo que sintiera una horrible comezón, pero sabía que tampoco era buena idea rascarme.
- Bah, basta. - Suspiré. - Basta. - Salió de mis labios como un susurro, pero solo escuché risas como respuesta.
Vi como unos tentáculos me sostenían la barbilla, me forzaban a ver al monstruo, pero no podía, no podía, los ojos me pesaban, necesitaba dormir. Los tentáculos giraron ligeramente mi rostro dejando mi lado derecho a su merced.
- Respira hondo, espera el impacto y no te quejes o te irá peor. - Decía mi mente.
El último corte fue profundo y luego de este vino otro parecido. Eran extraños garabatos que comprendería después.
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Presagio |Frerard•Gerbert| (FanFic)
FanfictionGerard lleva tiempo desaparecido, muchos se rindieron en su búsqueda, pero el corazón palpitante de su amado Frank sabe que todavía esta con vida y a espera de que lo encuentre. Ciertos acontecimientos pasan, sueños atormentan a Frank, presagios de...