- ¡Ya me voy ma! - Le grité desde la entrada.
- ¿Ah dónde vas muchachito? - Dijo bajando las escaleras.
- Voy al cine con Frank.
- ¿A qué hora regresarás?
- Ah, no lo sé, tarde...
- ¿Y dónde está él con su auto?
- Yo llegaré al cine solo y el me traerá.
- ¿Y que verán?
- La última de Star Wars... - Esto se estaba tornando incómodo.
- ¿E inmediatamente terminado la película vendrán acá? - Dijo dirigiéndome una mirada de investigadora de la CIA.
- Ah... sí, no lo sé, ¿Por qué? - Me había puesto nervioso ante mi propia madre, no es posible.
- Sólo bromeaba, Gerard, diviértete con Frank. - Dijo dándome un fuerte abrazo.
- Mamá, no es para tanto, sólo vamos al cine y ya. - Dije, la presión que ejercía esa mujer era impresionante.
- ¿Y estarás bien así? No llevas suéter ni sombrilla, ¿Qué tal si llueve? Mírate. - Dijo señalando mi ropa. Tal vez tenía razón, sólo llevaba una sudadera negra y jeans rotos negros junto con mis converse... negros, mierda, dudé de mi estilo.
- Mamá, el cine no está tan lejos, y no va a llover ¡Por dios! - Dije separándome para guardar mi celular y billetera en el bolsillo de mi sudadera.
- Está bien, diviértete, amor. - Dijo finalmente dejándome ir.
[...]
Iba caminado por la calle, ya estaba obscuro y una brisa húmeda pegaba mi obscuro cabello a mi cara. Se empezaba a sentir frío y era aquí donde me odiaba por no haberle hecho caso a mi madre. Alcé la vista, la brisa estaba convirtiéndose en llovizna, busqué refugio contra esta, así que mejor saqué mi teléfono y te empecé a escribir un mensaje para que vinieras por mí.
Mientras tanto, al otro lado de la calle había un local cerrado, pero parecía darme el refugio necesario hasta que llegaras. Así que crucé la calle, mientras usaba el teléfono, idiota.
Un auto se aceleró contra mí, me atropelló, golpeándome en el brazo derecho para arrojarme unos metros enfrente del cruce peatonal, me sacó el aire de los pulmones y me dejó el cuerpo exageradamente adolorido. Mi celular cayó y pude escuchar claramente cómo se rompió.
Y la lluvia comenzó.
Tres sujetos salieron del auto, todos usaban pasamontañas y ropas negras, me asusté y con todo mi dolor intenté pararme, pero inmediatamente llegaron a mí y me sujetaron debajo de los brazos.
- ¡Ah! ¿Qué? ¡¿Quiénes son ustedes?! - Dije intentando soltarme, esta vez no me detendrían. Me moví violentamente hasta que logré soltarme de un brazo, me sentía victorioso, escaparía, tú me encontrarías y nuestras vidas seguirían.
Pero un fuerte golpe en la nuca me dejó inconsciente, no supe con qué me golpearon, pero pude oír el objeto caer. Todo se volvió negro y frío, perdí la noción del tiempo y mi felicidad.
[...]
La noche era fría, o al menos eso recordaba la última vez que estaba consciente y desperté. No sabía cuánto tiempo había pasado o qué hora era. Me dolía horriblemente la cabeza y estaba muy mareado. Apenas podía entender mi entorno, no tenía la vista muy clara y todo me daba vueltas.
Me concentré en lo que podía sentir, estaba recostado en una dura y vieja cama, esta sólo tenía una vieja sábana encima.
Me incorporé poco a poco, el dolor de cabeza me estaba matando, así que cuando logré enderezarme un poco llevé mi mano arriba de mi nuca, de donde el dolor provenía. Al tacto inmediatamente quité la mano, mierda, de verdad dolía y al fijar la vista en la punta de mis dedos estos tenían sangre coagulada.
Me asusté e inmediatamente me puse de pie. ¿Dónde estaba?
- ¿Qué? ¿Qué es este lugar? - Dije confundido intentando visualizar bien mi entorno. Me empecé a alterar. Era una habitación, de aspecto viejo y deteriorado. Las paredes eran blancas ¿O beige?
Había dos camas, una a cada lado de la habitación, igual había un buró alto enfrente de la cama izquierda, un escritorio enfrente de la derecha y un baño entre estas. Parecía que alguien todavía vivía ahí, pero el aspecto de las camas no lo demostraba.
Estas eran colchones viejos con sólo una sábana de aspecto amarillento cubriéndolas del polvo. Enfrente de las camas, a la izquierda había una puerta de madera, la salida ¿O entrada? Me dirigí a esta y giré la perilla.
- Mierda. - Mi respiración se comenzó a agitar. - Vamos cuenta, uno, dos tres, estás encerrado. - Mi pulso se aceleró. - Cuatro, cinco... Estás muerto. - Dije sujetándome la cabeza, sentía que la iba a perder.
- ¡Ayuda! - Comencé a golpear la puerta. - Vamos, esto no está pasando. - Las lágrimas comenzaron a brotar acompañadas de sollozos. - ¡Ayuda! ¡Alguien! - Grité más fuerte con la vista nublada por las lágrimas.
Me di la vuelta para contemplar la habitación por completo. La cerradura sonó del otro lado, estaba siendo abierta, me quité de la puerta e inmediatamente tomé el primer lápiz que encontré en el escritorio como arma. Pero al ver a la persona entrar por puerta lo dejé caer.
- Bert...
[...]
Levabas más de una hora esperando. ¿Por qué esperaste tanto? ¿Por qué no me buscaste inmediatamente? ¿Qué no te llegó mi mensaje? Ah, es cierto, dejé caer mi teléfono en la lluvia cuando me atropellaron, lo más probable es que alguien se lo haya robado o esté nadando en las alcantarillas de Jersey.
Pero tú no sabías nada, creías que te había dejado plantado, después de cuatro años de conocerme deberías saber que yo nunca haría eso, pero tu cólera era tanta que agarraste tu auto y te fuiste a dar una vuelta. ¿Por qué? Porque no querías que tu mamá te viera llorando por mí y no deberías, estaba vivo y mi corazón latía porque me encontraras.
Después de casi dos horas perdidas en la ciudad decidiste regresar a tu casa.
- ¿Frank? ¿Eres tú, amor? - Dijo tu madre desde la cocina, atendía una llamada importante. Pero no te importó y fuiste y te encerraste en tu habitación.
- ¿Frank? ¿Puedo pasar? Esto es... Muy importante... - Dijo tu madre tocando la puerta de tu habitación. Tú estabas cabeza abajo llorando en la almohada.
- ¿Qué quieres? - Respondiste intentando no sonar grosero o con voz sollozante.
- Se trata de Gerard... - E inmediatamente abriste la puerta, creí que tu ira cubriría el amor que sentías por mí.
- ¿Qué pasa con él? - ¿Por qué también te asustaste? ¿Será que ya sabías que algo parecido pasaría?
- Está, está desaparecido, sus padres no han logrado localizarlo y, y se supone que eres el último que lo vio... - Dijo preocupada.
- ¿Qué?
- Frank, ¿Fuiste con Gerard al cine y lo llevaste a su casa?
- No, él, él ni siquiera... llegó al cine... – Dijiste limpiándote las lágrimas con la manga de tu chamarra.
- ¿Estás seguro? Dicen que la última vez que lo vieron fue saliendo de su casa hace casi 5 horas, pero no dio señales de vida después.
- ¿Ya levantaron una alerta?
-No, aún no, creen que sólo salió a tomar un paseo y que volverá. - Y dicho tu madre eso, sentiste como tus piernas flaquearon y tu mente quedó en blanco, te habías desmayado.
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Publicado el 08/05/2019
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Presagio |Frerard•Gerbert| (FanFic)
FanficGerard lleva tiempo desaparecido, muchos se rindieron en su búsqueda, pero el corazón palpitante de su amado Frank sabe que todavía esta con vida y a espera de que lo encuentre. Ciertos acontecimientos pasan, sueños atormentan a Frank, presagios de...