Un choque, una camioneta negra empuja a la víctima casi dos metros por enfrente de esta, salen tres tipos encapuchados, ponen a la víctima de pie bruscamente y lo arrastran a la camioneta.
Un forcejeo, tan cerca de escapar y tan lejos. Uno de los encapuchados toma una roca de un jardín cercano y golpea a la víctima en la nuca dejándolo inconsciente.
Lo meten a la camioneta y se van pasando muchas señales de alto, las cámaras de seguridad los siguen hasta un túnel cerca de las afueras de la ciudad, que es donde les pierden el rastro.
Eso fue lo que mi familia y tú vieron en el vídeo que les enseñó el investigador. Las imágenes eran muy gráficas y perturbadoras, era tan sádico y desesperado mi secuestro que la policía se quedaba sin sospechosos.
Llamaron a Bert a testificar pero él dijo que no estaba en la ciudad en ese entonces, en parte era verdad, pero ustedes no lo sabían.
Días después de eso fueron a registrar el área que la cámara mostraba, no había testigos, la calle era muy solitaria, intentaron buscar mi teléfono, pero ya no estaba. Nada, ya no tenían nada, el agente dejó el caso en pendiente dado que las primeras 42 horas después de mi desaparición no me encontraron.
La policía igual se retiró del caso ya que no tenían quien los guiara ni más evidencia, mi padre decidió no hacer comentarios sobre eso y guardar luto pero mi madre no pudo, lloraba y lloraba por su bebé, así que para sentirse mejor se fue con Mikey a la casa de su hermana en Queens, NY.
Tú, tú te quedaste solo, nadie creyó tu teoría de que Bert lo había hecho porque el maldito era un drogadicto que compartía un departamento barato con un amigo. Debido a que sus momentos de sobriedad eran cortos su testimonio no fue tomado en cuenta.
Estabas destrozado, rompiste muchas cosas y lloraste por otras, te odiabas por ser un idiota, pero yo amaba a ese idiota. Duele admitir que tú igual perdiste la esperanza de encontrarme, pero pronto la recuperarías.
[...]
Después del incidente con la navaja Bert y Jepha intentaron curarme, me cosieron y vendaron. Tengo que admitir que no importaba cuantas medicinas me daban, el dolor siempre estaba presente.
En ese periodo de tiempo me pasaba la mayoría del tiempo bajo el efecto de medicinas para el dolor, incluso, a veces hacían que no me doliera tanto cuando Bert abusaba de mí, pero cuando el efecto pasaba el dolor regresaba, cuando ya había sanado en su mayoría Bert dejó de traer las medicinas y yo solo me sentía más mierda.
Ya habían pasado poco más de dos meses, contaba los días por pequeñas marcas que hacía en la base de madera de la cama, cuando hacía un frío que se metía hasta tus huesos era de noche y cuando el suelo se entibiaba era de día. Ahí eran cuando Bert me llevaba una bandeja de comida, todo variaba entre sobras o comida rápida si tenía suerte.
Había un viejo lápiz en el escritorio. Un día estaba tan aburrido y triste que tomé la servilleta del desayuno y dibujé un chico sentado en un muelle, este observaba la tempestad del lago frente a él, el dibujo no era perfecto, pero transmitía tristeza y depresión, justo lo que sentía, lo dejé en la mesa y me fui a dormir.
Poco después desperté al sentir un hundimiento ajeno en la cama. Aclaré mi vista y ahí estaba, Jepha. Inmediatamente me levanté y me recorrí hasta la esquina con la pared donde abracé mis piernas contra mi pecho. Mi corazón empezó a latir rápido y un ligero vapor salía de mis labios, era de noche.
- Li, lindo dibujo. - Dijo señalando el escritorio a lo que yo asentí. - ¿Quién es el chico que está ahí? ¿Eres tú?
¿De verdad tenía que contestar? Una mueca de confusión se remarcó en mi cara, no me podía confiar de él, ¿Qué se suponía que debía de hacer?
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Presagio |Frerard•Gerbert| (FanFic)
Fiksi PenggemarGerard lleva tiempo desaparecido, muchos se rindieron en su búsqueda, pero el corazón palpitante de su amado Frank sabe que todavía esta con vida y a espera de que lo encuentre. Ciertos acontecimientos pasan, sueños atormentan a Frank, presagios de...