Toda acción en este mundo tiene una consecuencia.
Me había quedado dormido, tampoco era como si tuviera muchas cosas que hacer... ¡U otra puta opción! Pero el azote de la puerta me despertó.
- Buenas noches, bella durmiente. - Dijo con voz burlona. Al principio no logré identificar quién era debido a que aún tenía la visión borrosa por el sueño, pero al reconocer la voz...
- Bert... - Y un escalofrío recorrió mi espalda.
- En vivo y en persona. - Dijo tomando asiento en la silla del escritorio.
- ¿Qué hiciste?... - Dije asustado. Sentía que la voz se me iba a partir por el dolor, ¿Cómo era posible que Bert fuera el rostro detrás de esto? Hizo que me sintiera vulnerable.
- Qué hice... - Y su extraña sonrisa de satisfacción cambió a una de mucha confusión. - Hice lo que tenía que hacer.
- ¿Y qué tenías que hacer exactamente?
- Cumplir mi promesa.
- ¿Qué promesa? Bert, no seas ridículo. - Dije poniéndome de pie frente a él.
- Me sorprende lo rápido que olvidas las cosas.
- Ya deja tus tonterías, déjame ir y arregla esto como la gente cuerda lo hace. - Pero él se puso de pie encarándome, aguardó un segundo y al siguiente descargó su puño en mi cara, de lado izquierdo, ¿Qué afán tenía el universo de siempre golpearme ahí? El impacto me tomó por sorpresa y caí contra la esquina de la cama.
- ¡Vamos levántate y arregla esto como los hombres lo hacen! - Dijo desprendiendo su furia por toda la habitación.
- No voy a pelear contigo, estás loco. - Dije con voz burlona intentando recargarme en la cama.
- Maricón. - Concluyó golpeándome en el estómago repetidas veces hasta que respirar se me hizo algo muy doloroso. - Hora de cumplir mi promesa. - Susurró mientras me levantaba del piso y me arrojaba a la cama derecha.
Se recostó sobre mí, me sujetó las manos arriba de la cabeza con una cuerda que ya había sido sujetada a las patas de la cama para que no se zafara.
- Bert... ¿Qué haces? Basta... - Dije con susurros, aún me sentía muy aturdido, pero peleaba para recuperar la conciencia tirando de la cuerda que sólo creaba unas marcas rojizas en mis muñecas.
- Shhh. – Dijo posando su dedo sobre mis labios. - No lo hagas más difícil, princesita. - Y siguió con sus movimientos que poco a poco se volvían más bruscos. Subía su mano por mi torso y la detenía en el cuello, paseaba sus dedos por ahí y volvía a bajar.
Acercó su rostro a mi cuello, su caliente aliento me erizó la piel y otro escalofrío recorrió mi cuerpo. Besó bruscamente esa zona y prosiguió a subir mi sudadera, ¿Por qué sólo llevaba eso?
- ¡Bert basta! - Dije moviéndome, esto me daba más miedo que placer.
- ¡Guarda silencio! - Y en un rápido movimiento bajó mis pantalones con todo y ropa interior.
- ¡Bert no! ¡Por favor! - Comenzaba a suplicar y una lágrima rebelde salió de mi ojo.
Bruscamente me dio la vuelta, ahora estaba con la cara enterrada en la vieja cama, las manos detenidas por las cuerdas sobre mi cabeza y el trasero al aire listo para recibir algo. Me removí, me temblaban las piernas, la brisa era muy fría y el miedo me daba ganas de vomitar.
Se sentó sobre mí para masturbarse, oía como escupía en su mano para lubricarse, sus gemidos me daban miedo y sólo deseaba que todo esto terminara pronto, que mi perfecta vida terminara pronto. Sentí como su saliva escurría por mi trasero y la punta de su pene comenzaba a dirigir las estocadas.
- Bert, por favor... - Dije llorando, ¿En qué momento empecé a llorar?
Y la primera penetración se hizo presente con un fuerte dolor ahí abajo, no era la primera vez que lo hacía con un hombre, pero cuando te lo hacían sin tu consentimiento o preparación previa era mil veces más doloroso y humillante.
Las penetraciones siguieron, mis gemidos de dolor seguro se escuchaban afuera de la habitación, movía la cama violentamente y era asquerosamente doloroso. Nunca pude hacer que las lágrimas dejarán de salir, odiaba esto, odiaba el hecho de que Bert se había salido con la suya y ahora estaba aquí, siendo violado por él.
Mierda.
- Por favor... Basta... - Salió mi último susurro y fue como si me hubiera desconectando, sólo escuchaba el fuerte sonido de mi corazón queriendo salir de mi pecho, ya no sentía el movimiento, pero lo podía ver, podía sentir la lujuria y venganza del cuerpo que me penetraba, era dolorosa y lastimera.
Culminó dentro de mí, un grito de dolor lleno de lágrimas salió de mí, después de lo que yo sentí fueron mil años, terminó.
- Promesa cumplida. - Dijo dándome un beso en la frente, a lo que yo me estremecí. – Y mejor cúbrete. – Dijo arrojando una manta sobre mí. – La noche será fría. – Y cerró la puerta por fuera.
Después del violento acto de Bert me quedé dormido mientras lloraba deseando que todo terminara ya. Seguí sin el pantalón puesto y la sudadera la tenía hasta arriba. Estaba sudando frío, el cabello se me pegaba a la cara y de nuevo sentí miedo, no podía parar de temblar.
- ¡Oh Gerard! Te juro que un día te haré mío. - Sí, estoy seguro de que esa fue su dichosa promesa, y cumplió, ahora sólo quedaba la pregunta ¿Hasta cuándo?
[...]
Despertaste sudando. ¿Qué era esa presión en tu pecho que no te había dejado dormir?
Te levantaste y fuiste al baño, te dolía la cabeza, sentías que te daría migraña. ¿Qué fue ese extraño sueño que acabas de tener? ¿Por qué se relaciona conmigo? Piensa Frank.
Te llegó un fuerte dolor de cabeza, abriste el espejo del baño, sacaste una pastilla para el dolor y la tomaste con agua del grifo. Estabas agitado y sentías que te ibas a desplomar. ¿Por qué estabas temblando?
Te recostaste en tu cama y te pusiste a pensar. ¿Qué fue ese sueño? ¿Por qué yo aparecía ahí?
En tu sueño, una luz te había cegado y oías gritos de dolor y suplicas, ¿Quién sufría tanto? Cuando la luz se aclaró pudiste verme recostado en una vieja cama, una vieja manta me cubría y mis manos seguían siendo sujetadas por las cuerdas.
Veías como sudaba frío, mis sollozos te partían el alma y la impotencia tu corazón. Te acercaste a mí, empezaste a llorar y cuando me tocaste desaparecí como la niebla. Fue ahí donde despertaste, sintiendo que el corazón se te saldría.
Mi desaparición afectó a todos, pero apenas fue la primera noche, así que, no te preocupes, Frank.
Publicado el 05/08/2019
ESTÁS LEYENDO
Presagio |Frerard•Gerbert| (FanFic)
FanficGerard lleva tiempo desaparecido, muchos se rindieron en su búsqueda, pero el corazón palpitante de su amado Frank sabe que todavía esta con vida y a espera de que lo encuentre. Ciertos acontecimientos pasan, sueños atormentan a Frank, presagios de...