Capítulo ~3~

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Ella lo miraba, de una manera especial.
Le gustaba lo que veía, de hecho le encantaba.
Era increíble como se ponía el solo con una mirada.
Se imaginaba como sería si llegara a tocar sus labios, a tocar su cuerpo y lo mas importante a sentirlo dentro de ella.

No hacía falta tener poderes sobrenaturales para darse cuenta la tensión sexual que había entre ellos.
Y sin embargo no habían intercambiado ni una palabra.

-Bienvenidos a la clase de matemática chicos, por favor tomen asiento- dijo la profesora.

El alfa estaba tan confundido, no entendía que era lo que le gustaba de ella. No hacía más de 20 minutos que la conocía, no sabía casi nada de su vida. Pero eso no importaba, no podía sacarle la vista de encima.
Hacía tanto tiempo no se sentía así, tan fascinado con una persona, por alguien que lo podía derretir con sólo mirarlo.
Pero ella era tan perfecta. Su rostro, la forma de su cuerpo, como caminaba, todo.

-McCall- llamó la profesora.

Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se dío cuenta de que la directora se había ido, que Grace y sus hermanos ya se habían sentado y que su profesora le dijo que pasara a resolver unos ejercicios en el pizarrón.

Rápidamente se paro y se dirigió a este.
Cuando empezó a resolverlo ella lo detuvo.

-Espere señor McCall, este problema se tiene que resolver en pareja- le habló.
-¿Hay algún voluntario? preguntó la misma.

Y entonces la persona que menos pensó él que iba a levantar la mano lo hizo.

"Yo profesora" se escucho desde el cuarto banco.

-Muy bien señorita Rowsemberg, pase a resolverlo con su compañero- dijo y luego se sentó en su escritorio.

Scott juraba que estaba a punto de desmayarse. Su corazón empezaba a ir más rápido como todas la veces que conectaba su mirada con ella.

Cuando se acercó a el pizarrón agarró una tiza y empezó a hacer calculos.
Pero de pronto se detuvo y lo miró.
-¿Que a acaso voy a resolver todo yo?- Preguntó con una sonrisa juguetona.

Él sintió como el calor subía a sus mejillas, -Uh perdón, no me dí cuenta- se disculpó este.
-Parecías muy concentrado- respondió ella.
-¿Concentrado? ¿En qué?- preguntó.
-En mí- contestó.

Y listo, ya no hacía mas falta ninguna palabra más, Scott estaba hecho un tomate literalmente.
No sabía donde meterse y para colmo de costumbre su corazón participaba.

Y como loba que era lo escuchó.

Se mordió el labio victoriosa y le dijo.
-Tranquilo, vos también me encantas-.

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Espero que les esté gustandoop.

~La Nueva Manada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora