Capítulo ~10~

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-Yo no voy a ir con Theo-

-Liam, necesito que lo hagas- dijo su alfa.

-NO- contestó su beta.

-Mira, se que no se hablan desde lo que pasó en la casa de los Rowsemberg. Pero de verdad necesito que se lleven a Brett de la preparatoria- habló con seguridad.

El pequeño iba a contestar cuando sintió el aroma que mas le gustaba en todo el mundo.

-Ey, Scott me dijo Stiles que...- se detuvo la chimera cuando lo vió.

Los dos se miraban, Liam lo había evitado por tres días, no quería que hablaran, por que eso significaba que iban a tener que aclarar sus sentimientos por el otro. Y eso le aterraba. ¿Y si Theo no sentía lo mismo? ¿Pero entonces por que había dejado que lo besara? ¿Ambos se amaban? ¿Iban a estar felices y a comer perdices? O simplemente fue un accidente.

Un accidente hermoso.

Un accidente lleno de emociones.

Un accidente perfecto.

Entonces fue cuando cayó.

Estaba enamorado, enamorado de Theo Racken.

-¿Entendido?- preguntó el moreno.

-¿Que? No, repetime el plan- contestaron ambos.

Y se miraron.

Capaz que habían estado pensando lo mismo.

-Bueno, pero ahora quiero me escuchen bien atentos. Después pueden seguir con sus miraditas-

-Ah, y Theo bajale dos a las hormonas idiota, me voy a emborrachar con tu aroma a "QUIERO COJERME A LIAM", ¿Si? Gracias- continuó.

Con su beta hecho un tomate y la chimera con una sonrisa coqueta Scott siguió hablando.

-Tienen que encontrar a Brett, encerrarlo en algún lugar fuera de la preparatoria y noquearlo las veces que sean necesarias hasta que Stiles les mande un mensaje- dijo decidido.

-¿Y todo este circo para que él no se acerque a Grace?- preguntó el rubio.

-Emm, bueno yo..- habló dudoso.

-NO PUEDE SER, SCOTT MCCALL EL ALFA VERDADERO QUE SIEMPRE PROTEGE A TODO EL MUNDO QUIERE QUE GOLPEEMOS A UN LOBO POR QUE ESTA CELOSO, NO LO PUEDO CREER, DE VERDAD- gritó Theo de manera exsagerada.

Él estaba en shock, hasta que se acordó que no nadie lo había escuchado, gracias a dios se reunió con los noviesitos en el gimnasio de la preparatoria.

Y su beta solo se reía a carcajadas.

Ah, sí es un chiste de él ¿Sí te causa gracia no?

Pensó recordando como ayer le contó algo súper gracioso y el no dijo absolutamente nada, dejandolo como un estúpido que se reía sólo.

Miró el reloj de su celular, cayendo en cuenta de que solo quedaban quince minutos para que su chica... bueno Grace y el otro se juntaran a no hablar exactamente.

-Vayan a buscar a Brett-

Pero ninguno se movió.

Gruñó y los dos se fueron rápidamente.

Y se fue a buscarla.

Se iba a desepcionar mucho no aparecía nadie. ¿Y quién mejor que él?

*NARRA GRACE*

Ya eran las dos menos algo cuando me aparecí en los vestidores, no había nadie así que me puse a ver cómo era el lugar.

Bonito, se notaba de sobra que era una preparatoria pública. Pero prefiero mil veces esta, antes que las otras donde solamente había gente forrada en plata.

Todos arrogantes y hipócritas, eran realmente horribles las personas de ahí.

Pero como mi familia es mucho más rica que todas nunca nos molestaron o algo parecido.

A decir verdad nunca me importó mucho la herencia que voy a tener, al fin y al cabo es sólo plata.

Me senté en una de las bancas y miré la hora.

Dos en punto.

Sentí un aroma conocido. Un aroma que me encantaba.

El aroma de Scott McCall.

Entra decidido a los vestidores, me mira y empieza a caminar en mi dirección.

Yo me quedo quieta con mi mejor sonrisa, la atrevida y sigo masticando mi chicle.

Se para a centímetros de donde estoy sentada mirándome con deseo.

Levanto la cabeza, me muerdo los labios y pestaneo lentamente tentandolo.

En menos de un segundo me alza, me estampa contra la pared y yo enrriedo mis piernas al rededor de su cintura.

Nos miramos por unos minutos, admirando el rostro de cada uno.

Era perfección pura.

Nuestras respiraciones mezcladas, nuestros labios a dos centímetros de distancia.

El aroma era fuerte como el oro.

Deseo, lujuria, excitación.

Pero también había amor.

No era solo atracción física.

Yo podía sentir su amor, al igual que él el mío.

Podría estar así toda la vida, mirándolo. Dios era realmente hermoso.
Pero ya no aguantaba más, quería probar esos labios con mucha urgencia.

Y al parecer él tampoco.













~La Nueva Manada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora