Better Than Revenge (Zayn Malik y Selena Gomez)

Faldas

Selena

Una semana y media.
Llevaba sin dirigirme la palabra una semana y media.

Había estado muy tentada a llamarlo, pero según sus fans en Twitter, no había sucedido nada extraordinario con Zayn en los concierto.

No había puesto mala cara, no había cambiado letras; de hecho, había comenzado a responder y seguir aún a más personas en Twitter.

Era triste pensar que mientras yo moría de tristeza y desesperación, él estaba igual de bien que el día en que había llegado a Nueva York.

Yo en este momento ya me había ido de ese estado, y ahora estaba en una de las capitales mundiales de la moda: Barcelona, España.

El frío ya se comenzaba a hacer sentir en la ciudad. El helado viento costero azotaba contra el vestido un tanto desentonado, que estaba usando.

Estaba en la Rambla de Catalunya, a punto de entrar a Chanel a buscar el vestido de la premier, que de hecho, sería en dos días.

Entré y todos se concertaron en atender cualquiera de mis necesidades. Puede que ni siquiera me reconocieran, pero en esa tienda, cualquier comprador era importante; cada venta daba un ingreso mínimo de mil euros.

Llegué a la sección de atrás, donde habían varios espejos y la sección de ropa.

Tres dependientes vestidas enteramente con ropa de la marca, me atendieron en cuanto pasé a la sección donde más dinero entraba.

-hola, ¿en qué la podemos ayudar?-

Estaba dispuesta a practicar mi español, así que aclaré mi garganta y comencé a hablar.

-hola, me gustaría ver algún de esos faldas-

Ella me quedaron mirando raro. Falda era "dress", ¿no? ¿O era vestido?

-una vestido. Para una comida muy elegante-

Ellas parecieron comprenderme mejor. Era curioso que no hubieran mandado a llamar a una dependiente que sí hablara inglés.

Una de las chica, Raquel, según vi en su escarapela, se llevó los dedos al oído, donde tenía una especie de audífono. Miraba al vacío mientras escuchaba, sus ojos se dilataron y luego me volteó a mirar.

-¿señorita Gomez?-

Así que ya le habían dicho quien era. Genial...

-sí...-

Las tres chicas abrieron los ojos y comenzaron a buscar todas, millones de vestidos.

Era gracioso lo mucho que influenciaba cual fuera tu nombre.

En menos de cinco minutos, las chicas aparecieron con millones de vestidos.

-¿es este de tu agrado?-

Su acento me confundía un poco, sin embargo, había entendido.

-erm...me gustaría probarme el tuyo, y las dos tuyos-

Les dije a dos de las dependientes. A la que no le pedí ningún vestido, se comenzó a estresar.

-señorita, ¿desea usted que le consiga algún perfume? ¿Un collar?-

Cerré los ojos y me puse a pensar en que necesitaba que ella vendiera algo, o sino le iría mal a final del mes.

Suspire y le sonreí.

-está bien, muchas gracias-

Ella me sonrió y yo agarré lo vestidos que me habían gustado.

Me los comencé a probar.

Los primeros dos estaban más bonitos en el aparador, sin embargo, el último, era precioso, prácticamente como me lo había imaginado.

Era azul oscuro, con una especie de cortes a la cadera. Me encantaba.

Salí del probador y pagué por el vestido, y agarré uno de los perfumes que Raquel, me estaba dando.

Les di una sonrisa y salí de la tienda.

Usaría los tacones que había usado en los premios del mes pasado y listo.
Ya había terminado con las compras.

Un mensaje me llegó al teléfono.

Lo desbloqueé esperanzada, pero no pude desepcionarme más, porque hubiera sido imposible.

Justin:

Sel, ya terminaste con las compras? Deberías dejarme ver tu vestido...sólo para darte consejos y eso. Me avisas, estoy en Barcelona, tu?

A veces me daba miedo lo muy al pendiente que estaba Justin de mí, ¿qué hacía en Barcelona?

Era extraño que nosotros coincidiéramos tanto, era incluso ridículo.

Hice mala cara pensando en lo complicadas que estaban las cosas en este momento, para que yo le fuera a modelar el vestido que una a usar en la premier de la película de mi novio.

Ignoré el mensaje y seguí caminando.

En la noche, tenía un vuelo que tomar hacia Londres, donde sería la premier.