Cuesta arriba

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Zayn

Me levanté con mi pequeña hermosa encima de mi pecho.

Me encantaba verla dormir, me era placentero ver su hermoso rostro, relajado.

Comencé a acariciar su cabello. Era tan hermoso...casi tanto como ella.

Los hombros de Selena se comenzaron a mover: la había despertado.

-lo siento, hermosa, vuelve a dormir-

Ella se frotó los ojos con el dorso de la mano, y me sonrió.

-no, tranquilo, igual me quería levantar temprano...-

-¿para?-

-tengo algo que mostrarte, y mucho de que hablar. Cosas que obviamente no pudimos hacer anoche-

Dijo, mientras señalaba su ropa y la mía, tiradas en el suelo.

-no sé tú, pero a mí me parece que hicimos bastante anoche...-

Le dije, sonriendo de lado.
Sus dedos comenzaron a jugar con mi corbata. No me había dado cuenta de que aun la tenía.

-te ves sexy-

Me dijo medio en broma.

-amor, tienes que irte acostumbrando a que yo siempre, estoy sexy-

Ella subió los ojos y la despeiné un poco con mi mano.

-levántate-

Me dijo ella, mientras se levantaba y enrollaba su cuerpo, con la sábana de la cama.

Subí los ojos.

-nunca he entendido por que haces eso. Ya te he visto sin nada...repetidas veces-

Ella abrió la boca, como si quisiera rebatirme, pero luego la cerró con rapidez.

-yo...-

Le sonríe de lado, sabiendo que había ganado.

-levántate, ya-

Ella siguió caminando y fui detrás de ella con una sonrisa. A mí en lo personal no me molestaba caminar sin ropa, me era bastante cómodo, con Selena.

Nos sentamos en una especie de escritorio, cerca de la entrada de la habitación.

Ella agarró su maleta y sacó el cuaderno que ya me había mostrado con anterioridad.

Abrió una página marcada y me lo pasó.

En la página estaba descrito, bastante bien a decir verdad, una boda islámica en el último piso del hotel: Atlantis Resot, en las Bahamas.

La sonrisa que había tenido hacía unos momentos se desapareció de mi rostro.

En la descripción de la boda, ésta duraría un par de horas, no más. Sería totalmente cerrada, y sólo irían nuestros padres.

Subí mis ojos y los encontré con los de ella.

-Selena...-

Ella no dijo nada, sino que simplemente puso sus dedos sobre la punta de la hoja que estaba mirando, y la pasó.

La otra página era una boda totalmente católica.

Esta se celebraría al pie del mar, en las Bahamas. La idea sería que fuera una inmensa cantidad de personas, y duraría hasta la madrugada.

Sonreí abiertamente y subí mis ojos.

-¿qué...?-

-no te emociones...-

Subí una ceja, aunque aún seguía emocionado.

-explícate-

-estas son dos bodas, donde en una disfrutaría más yo, y en la otra más tú, sin embargo, creo que haber encontrado un punto medio-

Dijo, mientras volvía a pasar la página.

La siguiente era una combinación.

La boda sería en las Bahamas, en un lago en la mitad de el hotel, invitaríamos sólo a la ente estrictamente necesaria: amigos cercanos y familia.

Pero por lo demás sería una boda estrictamente católica.

Que Alah me perdonara, pero esa había sido una de las mejores noticias que me habían dado.

Subí mis ojos, para encontrarlos con Selena, y sonreímos al tiempo.

-Selena...-

Ella sólo sonrió más ampliamente,

-yo...-

No podía hablar. La única forma en que en este momento me veía capaz de demostrarle cuán feliz estaba, era besándola.

Me acerqué a ella, y junté mis labios con los de ella.

Mi droga personal, eso era Selena.

Mis manos comenzaron a acariciar su cuello.

Era tan suave...

La volteé, y le comencé a besar el cuello, lentamente.

Ella movía los hombros un poco.

Me separé a tomar aire, cuando vi algo bastante extraño.

-¿qué tienes en el cuello?-

Ella se puso rígida, y se volteó.

-nada...-

Selena se levantó del escritorio, y dejó que su cabello cubriera su cuello.

Me fui detrás de ella.

-no,  no, no te vas a librar de esta, ¿que tienes?-

Dije medio en sonrisa.

-nada-

Ella se sentó en la cama y luego se tiró de espaldas.

Yo me tiré prácticamente encima de ella y la comencé a girar. Ella se rehusaba, aunque de nada servía, porque yo era más fuerte.

Finalmente la volteé, y le quité el cabello de la nuca.

Ella sólo suspiró resignada.

Unas letras escritas con tinta negra estaban decorando la parte trasera del cuello de mi prometida.

¿Cuál era el problema con que se hiciera un tatuaje? ¿Por qué no me había querido decir?

Sin embargo, toda mi infancia, donde había aprendido a leer en árabe, me llegó de repente.

Su tatuaje decía: زين

Mi nombre.
Decía mi nombre.

Estaba escrito mi nombre en árabe sobre el cuello de mi futura esposa.

No me pude contener y comencé a besarle de nuevo el cuello.

-¿no te pareció raro?-

Dijo ella entre unos pequeños jadeos.

-¿raro? Estás loca-

La giré, para que nos quedáramos mirando, y comencé a besarle el rostro.

Primero su frente, baje a su nariz, sus mejillas, y luego recorrí sus labios con los míos.

-gracias-

Ella arrugó un poco la nariz, y acarició la mía con la suya.

Finalmente, junté mis labios con los suyos.

Estaba seguro que a partir de ahora todo sería cuesta arriba.

Better Than Revenge (Zayn Malik y Selena Gomez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora