c u a t r o.

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"¿Dónde estoy?" era lo único que podía pensar Broflovski hasta que vio a su mejor amigo mirándolo con atención y después hablándole a la enfermera.

-¡Ya despertó! -dijo haciéndose a un lado para que la enfermera pudiera verlo bien.

Ella lo revisó. Le pidió que se sentara un poco en la camilla, le tomó la presión y le dio una taza de té de hierbas.

-Disculpen... ¿Qué fue lo que me pasó? -preguntó el chico, bastante confundido.

-Te desmayaste durante la clase -respondió Stan con un tono de preocupación.

-Kyle, ¿desayunaste el día de hoy? -preguntó la enfermera mientras tomaba nota de los datos del chico.

Vaciló un poco al responder, para ser interrumpido por Marsh:

-No, no desayunó hoy, ni ayer, y, si adivino, tampoco ningún día de este mes -tenía una voz severa y denotaba hasta algo molestia.

-¡No es para tanto, Stan! ¡Exageras!

-No estoy exagerando, tú no estás comiendo... -la enfermera detuvo la conversación.

-Kyle, ¿te has sentido bien emocionalmente? ¿Te sientes incómodo con tu cuerpo?

De repente, los ojos del judío empezaron a llenarse de lagrimitas.

-Dime qué te pasa, por favor -rogó Stan con un murmullo tembloroso para después abrazar a su amigo y soltar una lágrima.

La enfermera decidió salir en silencio para dejarlos hablar a solas.

Él correspondió el abrazo y lloró con angustia. Dios, ¿cuánto tiempo tuvo todo eso guardado?

-No puedo verme al espejo, Stan. Tengo algo mal.

-No, Kyle, todo está bien...

La distancia entre ambos se hizo pequeña hasta ser inexistente. Un besito corto y tierno, seguido de otros iguales a ese.

-Todo va a estar bien...

W r o n g.  ✨kyle broflovski✨Where stories live. Discover now