W r o n g. ✨kyle broflovski✨

d i e z.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Quiero decir que está empeorando, Stan -Tweek intentaba sonar lo más tranquilo posible a través del teléfono. Parecía una conversación eterna por los nervios que se apoderaban de él al tener que ser el mensajero de esta noticia-. Estaba vomitando en el baño hoy, se veía... Vacío, ¿sabes?

-No, no, no puede ser...

Lo que más preocupaba a Marsh era que Kyle ya estaba en su casa. Probablemente, solo. Probablemente, haciéndose daño.

-Voy a ir por él, Tweek.

Stan cortó la llamada y salió lo más rápido que pudo hacia la casa de Kyle.

Mierda, él estaba sufriendo más de lo que pensaba y no se daba cuenta. ¿Qué tan inútil y mal novio habría que ser para no poder hacer nada al respecto? ¿Qué clase de idiota tendría que ser para no poder siquiera darse cuenta? Los pensamientos iban más allá de la mente de Stanley, sus ojos se llenaban de lágrimas por esto mismo.

Pero no dejaba caer las lágrimas. Porque sabía que Kyle la estaba pasando peor.

Llegó a la casa de su novio y tocó la puerta frenéticamente. Entre tanto estrago en su mente, olvidó que había timbre.

El menor de los Broflovski abrió la puerta.

-¿DÓNDE ESTÁ?

-Oh, hola. Está en el baño, creo que está enfermo del estóm...

Stan entró corriendo sin escuchar a Ike, subiendo directamente al baño.

El ruido que causaban los dedos en la garganta del pelirrojo era escalofriante y Stan escuchaba a su pequeño vomitando descontroladamente.

-¿Kyle? ¡Kyle, abre la puerta ahora mismo! -las arcadas persistían y el chico se desesperaba- ¡Ike, trae las llaves! ¡IKE!

Ike subió rápidamente obedeciendo a la petición.

Stanley abrió la puerta para ver la condición deplorable en la que se encontraba el judío. Entró y abrazó a su novio, el cual tosía sin parar.

-Lo siento... Lo siento, lo siento -su voz estaba débil y su piel estaba extremadamente pálida-. Perdóname, Stan, lo siento...

-No, Kyle, yo lo siento, perdóname tú, no te presté la atención suficiente, lo siento tanto, bebé... -el canadiense veía la escena sin poder entender lo que pasaba- Ike, llama a tu mamá, por favor -el pequeño asintió y fue a buscar su celular a su cuarto-. Todo va a estar bien ahora, cariño.

Dicen que cuando estás en lo más profundo, sólo puedes subir.