W r o n g. ✨kyle broflovski✨

d o c e.

-Cuarenta y ocho kilogramos. Un metro setenta y siete centímetros... Okay, Kyle, puedes bajarte.

Kyle dio un paso y bajó de la balanza. No sentía tanta vergüenza frente a sus padres desde hace años. Pero ahí estaba; sus piernas y torso a la vista de ambos y del doctor.

Sheila y Gerald contenían las lágrimas. No podían creer lo que veían, o peor, lo que escuchaban.

El chico se vistió y se sentó en la camilla donde se le indicó anteriormente

-Kyle, necesito hacerte unas preguntas, ¿bien?

-Bien.

-¿Haces ejercicios?

-Los hacía, pero ya no puedo.

-¿Cómo son tus hábitos alimenticios?

-Soy muy estricto con mi dieta. Nunca consumo más calorías de las que considero necesarias semanalmente.

-Oh, sigues una dieta... ¿En qué consiste?

-Abdominales y 2.000 calorías semanales máximo.

-¿Semanales? ¿Sabes que eso es casi imposible?

-No lo es, doctor.

-Pues sí. El ser humano está hecho para consumir entre 1.500 y 2.100 calorías diarias -el hombre suspiró-. ¿Vomitas muy seguido?

-Alrededor de seis veces al día.

-Seis al día... ¿Y te has desmayado alguna vez?

-Sí, más de una.

-Naturalmente -susurró-. Y esa dieta que sigues, ¿quién te la recomendó?, ¿algún amigo?, ¿un nutriólogo?

-Yo mismo la armé.

-¿Y hace cuánto la estás siguiendo?

-Hace cinco meses.

-Interesante -el doctor dejó de teclear en la computadora y se paró. Caminó hasta quedar frente a Kyle-. Chico, ¿es necesario que te diga tu diagnóstico?

El pelirrojo lo miraba con los ojos vidriosos. Él sabía, en el fondo, que lo que estaba haciendo no estaba bien. El doctor entendió lo que esa mirada quiso decir.

-Señor y señora Broflovski, Kyle debe ser sometido a tratamiento inmediato por su condición. Anorexia nerviosa y bulimia nerviosa ligada, con estado de desnutrición.

-¿Tratamiento? -preguntó la madre- ¿Qué tipo de tratamiento?

-Su hijo debe ser internado con especialistas lo antes posible. Estamos dispuestos a internarlo aquí, pero hay mejores lugares en Denver. Los derivaré con unos amigos, ¿bien?

-Bien... -suspiró Gerald esta vez.

El doctor sabía que Kyle era un buen chico. Y, de alguna manera, quería ayudar.