AMOR VERDADERO EN UN MUNDO MECÁNICO - JUNGKOOK Y TÚ

CAPÍTULO 26

- Lo siento Matthew - Susurró la joven - Ahora entiendo todo pero... Yo... Yo estoy empezando a amar a otra persona... Ya no siento lo mismo por ti y eso lo tienes claro... Estoy conociendo a alguien.

<<Quizás... Ese alguien puede ser... ¿JungKook?>> - Se preguntó Hoseok a sí mismo mientras formaba una minúscula sonrisa en su rostro.

La chica comenzó a caminar.

- _______ espera...

- Matthew, siento que tengo que ir a casa, tengo un mal presentimiento... lo siento - Habló la chica comenzando a caminar en dirección a su casa.

<<Tengo que seguirlos>> - Pensó J-Hope quien aún seguía escondido para poder espiarlos...

[...]

- ¿JungKook? - Dijo la chica al entrar a su casa - ¿JungKook?, ¿Papá?, ¿Dónde están?...

- Cálmate un poco... No es la primera vez que salen de casa...

- Matthew... Te he dicho que tengo un mal presentimiento, siento que algo malo está por ocurrir - Respondió alterada - ¿GaEul?, ¿Nana? - Subió corriendo las escaleras que daban al segundo nivel - Matthew busca por toda la planta baja - Ordenó y se alejó a paso acelerado sin esperar respuesta - ¿Dónde están? - Susurró al ver que en las dos primeras habitaciones no había nadie, entró a la habitación de su amigo que al igual que las otras estaba vacía, pero algo llamó su atención... Su cuaderno preciado yacía encima de la mesita de estudio que tenía JungKook en su habitación - Sí pudo recuperarlo del salón de química - Lo tomó entre sus manos - Eso quiere decir que él estuvo aquí y se marchó - Miró a su alrededor - No veo su mochila... Debe estar haciendo un trabajo grupal - Miró una vez más el objeto entre sus manos y un poco de preocupación se hizo presente en su rostro - ¡Dios no! - Exclamó para luego abrirlo y buscar entre el bolsillo oculto que había en la pasta principal - No puede ser... - Susurró sacando la carta ya abierta que ella escribió cuando sus sentimientos estaban revueltos - No, no, no, no, no, no... - Se golpeó mentalmente por no sacar esa estupidez del objeto preciado, JungKook tenía permiso para tomarlo cuando él quisiera, incluso puede hacer y deshacer sus escritos, al fin y al cabo pertenecía a los dos - No te enamores de mí - Susurró el título de la carta - ¿Por qué la leíste?, no debiste hacerlo, estaba confundida... No sabía lo que sentía - Bajó la cabeza y rompió la carta, aquello le traería problemas, de eso no hay duda, observó el contenido de su objeto para ver si había algún cambio, quizás de ira o venganza haya arrancado algunas hojas pero no fue así, por el contrario, el joven decidió escribir en él por primera vez - Pudo sacar sus sentimientos - cerró el cuadernillo y se fue a su habitación la cual aseguró para que nadie le molestase mientras se sumergía en los sentimientos del menor de los hombres. La chica recostó su espalda en el espaldar de la cama y se relajó mientras se preparaba mentalmente -Quizás esto sea una iniciativa para escribir su canción - Se dijo a sí misma y se aventuró a leer el alma del chico.

Posiblemente escuches esto y no te des por aludida, posiblemente pienses que le escribo a otra y que sólo te quiero como a una amiga o tal vez como otra hermana menor. Posiblemente creas que no te miro de reojo cuando estamos juntos, o que me da igual que me hables de otras manos que te tocan. Posiblemente haya perdido la cuenta de cuántas noches me aliviaste el insomnio. Posiblemente no sepas que muchas veces te he sonreído por fuera, cuando ardía por dentro porque me decías que existía la posibilidad de que amaras a un hombre. Y no era yo.

Pero primero, sí eras tú.

Posiblemente no me creas cuando te digo, que nunca antes había tenido tanta confianza con el sexo opuesto y que no eres una más en la lista. No tienes ni idea de a cuántos planes he dicho que no, por pasar una tarde, una noche o incluso unos minutos contigo. ¿Quién me iba a decir que yo querría más? Que se me quedarían cortos los "Te quiero" como amiga, y que hay sentimientos que has hecho nacer y ojalá sigas regándolos y haciéndolos crecer. Que hay mareas que sabes calmar con una simple caricia en mi piel y que eres de las pocas personas que quieren hacerle compañía a mi caos. Tú, que sabes perfectamente cómo doler y que varia veces lo has hecho. Ojalá te arriesgues esta vez conmigo, porque pienso demostrarte que los saltos por los precipicios valen la pena, que quiero quedarme contigo y que busco algo más... ¡Que ser sólo amigos!.