TE CONOCÍ...
Todo comenzó una noche de invierno, justo en vísperas de navidad, las calles se encontraban cubiertas de nieve, y las casas decoradas con aquellas lucesillas que alumbraban cada diciembre, los niños jugaban a crear muñecos de nieve o a hacer guerras de nieve, todo es color de rosa a su edad, no se escuchaba más que los villancicos cantados por las personas que iban puerta a puerta deseando una buena navidad.
- JungKook hijo, es tu turno de poner la estrella éste año - Dice la madre del mencionado - Baja a cenar y luego la pondremos en familia.
- Dame un minuto - Respondió el mencionado dejando la computadora a un lado de su cama, no sin antes cerrar sesión de sus aburridas redes sociales, no tenía nada que ver, nada que hacer, ni con quien estar en vísperas de navidad más que con su familia, pero al bajar se encontró con una gran sorpresa que cambiaría el rumbo de su vida - ¿Que hace éste señor aquí? - Dijo con notable repudio.
- Hijo no hagas un escándalo por favor - Suplicó su madre.
- ¿Y como no hacerlo?, este señor no merece estar en nuestra familia y menos hacerle creer a Eun que es un padre.
- JungKook no le hago creer que soy su padre, porque de verdad soy su padre, al igual que tu eres mi hijo - Respondió aquel hombre sentado en un costado de la mesa.
- ¿De verdad?, ¿Y qué has hecho por nosotros como el buen padre que eres?
- JungKook...
- ¡NO, MADRE!, ese hombre no merece estar sentado en ésta mesa, haciendo como si fuera un miembro más de nuestra familia - El joven se encontraba realmente enfurecido por aquella situación, su padre los había abandonado por otra mujer, su madre quien ahora esta a cargo de sus dos hijos era la que los había logrado sacar adelante, no fué fácil, pero lo logró, y aunque a su padre nunca le había importado lo que sucediera con sus hijos, ahora llevaban una vida favorable al lado de su madre.
- JungKook, cálmate y escucha - Dijo su madre una vez más suplicando por atención, su hijo la observó con esa mirada penetrante que sólo él posee.
- No puedo escuchar excusas de éste señor.
- Entonces escucha las mías - Respondió la madre.
- Me disculpo madre, ésta vez no - JungKook se dirigió a la salida, no sin antes tomar el abrigo y la bufanda que se encontraban en el perchero cerca de la entrada, luego de algunos minutos caminando por aquellas alumbradas calles, mientras observaba el caer de la nieve, JungKook se arrepentía del haber decidido salir de casa, ¿Cómo pudo dejar a Eun en casa sola con sus padres?, pero por otra parte se sentía agradecido por el haber tenido una excusa para salir de casa y no tener que compartir su víspera de navidad con aquel señor que se hacía llamar "Padre", observó a lo lejos un pequeño parque que se encontraba solitario... o tal vez no, JungKook se acercó seguro, pero cuando ya estaba lo bastante cerca como para tener un gran panorama del lugar, observó a una chica que se encontraba allí, parada justo en medio de aquel lugar, observando fijamente el cielo nocturno, uno de sus brazos se estiraba hacia el firmamento, tratando de tomar en un intento fallido un pequeño copo de nieve, aquella misteriosa chica llevaba un gorro de lana color blanco y un abrigo rojo, sus zapatos no se identificaban bien debido a la cantidad de nieve que los ensuciaba, aquella chica llevaba un bolso de lado que se posaba justo en su cintura el cual era sostenido por la mano que tenía libre, al igual que unos guantes del mismo color del abrigo, se quiso fijar en su rostro pero estaba un poco lejos para ello, lo que sí le llamo la atención era lo hermosa que se veía con el reflejo de la luna, parecía brillar, <Realmente parece un ángel>, pensó aquel chico de tez clara, se sentó en una de las bancas que se encontraban cerca de él, mientras que por el contrario aquella misteriosa chica se sentó al igual que él en una banca, la diferencia era que ella se encontraba a unos 10 metros de él, además de que la chica no se había percatado de la presencia de aquel chico que la observaba a pocos metros, cada pequeño movimiento que ella hacía lo hipnotizaba, no podía despegar su vista de ella, se veía tan delicada, ella veía fascinada las cosas a su alrededor, y hacía que él la mirara fascinado. JungKook luego de un rato, vió como aquella chica terminaba de escribir algo desconocido en un cuaderno forrado de un color negro, el cuan tenía un cierre de imán, observó como ella dejó el cuaderno a un lado, y dirigió su mirada una vez más hacia aquel oscuro firmamento, que dejaba caer unos claros copos de nieve por todo el lugar, la chica tomó su celular y observó algo en su pantalla, su cara de asombro no pudo ser divisada por aquel chico a causa de la distancia, eran más de las 3 de la mañana, <¿Cómo es posible que el tiempo pase tan rápido?>, pensó aquella chica, mientras trataba de coger sus cosas lo más rápido posible para salir corriendo, solo le habían permitido estar fuera hasta la media noche, y el que se halla pasado tres horas le ocasionaría graves problemas con sus padres, o más bien con su padre, JungKook al darse cuenta de que ella comenzó a correr, se levantó de su banca y la comenzó a seguir, pero al llegar al lugar en el que anteriormente se encontraba aquella chica, pudo divisar que allí había quedado aquel cuaderno en el que ella había estado escribiendo, lo tomó entre sus manos y un perfecto olor que refrescaba sus fosas nasales se hizo presente en el lugar, sin importar esto volvió a correr, ésta vez con más ganas de alcanzar a aquella misteriosa chica, necesitaba entregarle ese cuaderno, quizás era algo preciado para ella. Después de correr unas cuantas manzanas en persecución de ella, frenó al ver como entraba a una hermosa casa que al igual que las demás estaba decorada con hermosas lucesillas, era sencilla y eso la hacía mucho más agradable, la entrada decorada por un camino de rosas bien apiladas, que lógicamente eran artificiales, la puerta de un color madera rodeada de una decoración verdosa, las ventanas cerradas por unas notables cortinas rojas, y el color pastel de la casa, hacían un perfecto juego, con las decoraciones que habían puesto justo en frente, el pobre chico tomó aire y caminó a la puerta de aquella casa pensando en una buena y creíble excusa para decirle a la chica justo en el momento en que le preguntara el por qué su libreta se encontraba en las manos de él, aunque no estaba tan seguro de que ella le preguntaría eso, observó por unos segundos aquel objeto con curiosidad, <¿Qué habrá escrito ella aquí?, ¿Será importante?>, después de un duro combate mental contra la curiosidad que lo invadía, sacando la excusa de que era indebido leer algo que no era de su pertenencia, despegó el imán que aseguraba el cuaderno y observó la primera hoja, solo había un "Le pertenece a " - ____ - Susurró - Que lindo nombre, al pasar de página había una pequeña foto de ella pegada allí, JungKook, rozó la foto con la yema de los dedos, con tanta delicadeza que pareciera que aquella foto se fuera a desvanecer con el contacto de su piel, después de eso comenzó a pasar las hojas, en las cuales habían escritos personales, pero lo que a él le interesaba era lo que había escrito ella hace tan solo unos minutos.
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AMOR VERDADERO EN UN MUNDO MECÁNICO - JUNGKOOK Y TÚ
Hayran KurguCreemos que la vida es monótona, que todo va a ser siempre igual, que nunca vamos a salir de nuestra zona de confort, pero éste no es el caso, JungKook, un chico de 20 años de edad, cree que todos los días van a ser iguales, que nada va a cambiar en...