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ASTRID.

Lucy y yo salimos a cubierta. Escuchamos una encantadora voz entonando una melodía. Era Reepicheep.

Reepicheep: Donde el cielo se une al mar, las olas han de endulzar, no dudes Reepicheep. Tu viaje acabará, el Este ahí estará, no dudes...

Lucy: Que linda.

Reepicheep se sobresaltó cuando escuchó a Lucy.

Reepicheep: Gracias Majestad, una dríade me la cantaba cuando era solo un pequeño. No entiendo el significado, pero jamás olvide la letra.

Astrid: ¿Qué crees que haya pasando las Islas, Reep?

Reepicheep: Pues, me han dicho que más allá, en el Este, se encuentra el confín de la Tierra, la nación de Aslan.

Lucy: ¿Y en serio piensas que todo es verdad?

Reepicheep: Bueno, nada es más grande que un poco de fe.

Lucy: ¿Crees que algún día logres llegar allá?

Reepicheep: Solo hay un modo de averiguar eso, solo espero ganar un día el derecho de estar ahí.

Un alboroto se escuchó a nuestras espaldas en la cubierta. Caspian y Ed había comenzado a luchar con las espadas. Lucy y yo nos acercamos a ver.

Astrid: Tavros -le dije al minotauro que estaba a mi lado- ¿podrías conseguirme una espada?

Tavros: Por supuesto, Majestad.

Rápidamente fue por una y me la entregó. Caspian estaba dándome la espalda.

Los marinos estaban muy emocionados por el pequeño espectáculo. Edmund había mejorado mucho en el manejo de la espada. Terminaron en un empate y todos aplaudieron.

Caspian: Eres más fuerte, mi amigo.

Edmund: Tal vez un poco.

Me acerqué a Caspian sigilosamente para que no me escuchara y coloqué la punta de la espada en su espalda. Él sonrió y se giró hacía mí.

Caspian: ¿Se atreve, su Majestad, a retarme a un duelo? -dijo burlón y con una gran sonrisa en su rostro.

Astrid: Solo lo hago porque se que ganaré.

Caspian: Eso lo veremos.

Comenzamos a pelear. El choque de las espadas resonaba por todo el barco. Un par de golpes más y la espada de Caspian voló a algún lugar en la cubierta. Apunté con mi espada hacía el cuello de Caspian y sonreí.

Astrid: Te lo dije -sonreí victoriosa.

Caspian bajó mi espada y empezó a acercarse a mi. Fui retrocediendo hasta que choqué con el mástil.

Caspian: Tuviste suerte.

Me besó y el barco estalló en gritos y aplausos. Nos separamos e hicimos una leve reverencia antes de reír.

Drinian: Eso es todo, de vuelta al trabajo.

Me acerqué a Lucy y Edmund.

Edmund: Pero si es mi tonta favorita.

Astrid: Eres un bobo -dije mostrándole la lengua.

Edmund: ¿Eso crees?

Se acercó a mi y me cargó como un costal de papas.

Astrid: ¡Edmund Pevensie, bájame en este instante!

Todos en el barco nos miraban divertidos.

Amor Narniano (Caspian & Astrid) Temporada IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora