Harry miró a _____ de arriba abajo. Zayn sonrió al ver que su amigo estaba contento con la ciega elección que había hecho, y todo gracias a Jessica. _____ le sostenía la mirada.
-Un momento…-Dijo después Harry-¿Eres real?
_____ parpadeó sorprendida.
-¿Cómo que si soy real?
-¿Te ha contratado o sales con él de verdad?
-No empieces, Harry-Le reprendió su amigo.
_____ soltó una carcajada.
-Dime que no estás tan necesitado como para contratar a alguien-le pidió a Zayn.
-No lo estoy. Es solo que Harry es muy mandón. Se cree el rey del mundo.
Harry gruñó ante el comentario.
-Es una cita de verdad-Confirmó después _____.
Los camareros seguían corriendo alrededor de ellos, pero Zayn solo tenía ojos para _____, la mujer atrevida de sonrisa contagiosa, ojos increíbles y vestido provocativo y sensual.
-Desde luego, es una cita de verdad-Declaró, sin quitarle los ojos de encima.
_____ agrandó la sonrisa, y Harry suspiró aliviado.
-Por fin.
-Esta noche tenemos que ocuparnos de dar una buena impresión y de dejarlos impresionados a todos con nuestra actuación-Volvió a intervenir Harry.
-Eso está hecho-Contestó Zayn.
-Y también tienes que ocuparte de mantenerme con vida-Soltó _____-Necesito comer, porque me estoy muriendo de hambre.
-Hay mucha comida-le aseguró Harry.
Zayn se estremeció al pensar en la noche que le esperaba, rodeado de flashes y molestos paparazzis y tuvo que hacer un esfuerzo para no dejar de sonreír. _____ lo miró con curiosidad, pero no dijo nada. Sencillamente lo tomó de la mano, y para él fue como aferrarse a un salvavidas.
En aquel momento, era lo único que tenía.
______ se dejó llevar por Zayn al salón donde todos los invitados bebían, comían y hablaban animadamente antes de la gala. Era un espacio amplio, suelos de madera relucientes y ventanales que daban a los jardines, desde los que se podían admirar imponentes vistas del Pacífico, encendido por la luz del ocaso.
Apartó los ojos del paisaje y se preparó para ser engullida por la multitud. Esperaba perder de vista a su apuesto acompañante porque al parecer, Zayn era una gran atracción aquella noche. Las chicas lo miraban, la mayoría con sonrisa soñadora, y la hacían sentir como si estuviera en el instituto del brazo del capitán del equipo de fútbol.
Pero a ella no le importaba la popularidad. Era quien era y salía con chicos que sentían lo mismo. Las cosas no habían cambiado mucho desde que se metió en la adolescencia. Seguía sin preocuparse por la imagen, y como resultado, su círculo de conocidos se reducía a surfistas y clientes del Wild Cherries. Aunque no había aparecido nadie que le llamara particularmente la atención en mucho tiempo.
Hasta aquella noche.
Si tenía que ser sincera, esperaba que Zayn la excusara y se reuniera con ella más tarde. No había imaginado que le sostendría la mano con fuerza ni que se quedaría mirándola como si se alegrara de que estuviera a su lado.
Eran perfectos desconocidos, pero aun así, ella se aferraba a él con idéntica fuerza y se estremecía cuando la miraba como si fuera la chica más hermosa de todo el lugar.
En una de las esquinas se había dispuesto todo para la cena, con hileras de mesas con manteles blancos y vajilla de porcelana. En otra había una orquesta tocando, mientras la gente daba vueltas, bailando y conversando.
Todos estaban vestidos para la ocasión. _____ y Zayn pasaron por delante de un grupo de mujeres con vestidos impecables, todas tomadas del brazo de un hombre de esmoquin. La mayoría dejó de charlar, lanzándole más de una mirada a Zayn. ¡Y eso que como mínimo le sacaban diez años!
Era una situación bastante interesante.
-No mires -le susurró él al oído, sin soltarle la mano- Sonríe y sigue andando.
-Creo que quieren hablar contigo…
-Tú limítate a seguir andando.
Acostumbrado a lidiar con multitudes, Zayn se abría camino como un mariscal de campo aún cuando la gente se volvía hacia él y trataba de abordarlo. Sonreía y asentía, pero con admirable destreza evitaba demorarse con cualquiera que tuviera una cámara.
-Impresionante -Murmuró ella.
_____ no pudo evitar oír algo de las conversaciones que se sucedían a su paso.
-Dios mío, es él.
-Es Zayn.
-Mmm… Está tan atractivo… Con ese pelo echado hacía el lado…
-Dicen que perdió la virginidad con catorce años…
Zayn tensó la mandíbula ante aquel comentario, y _____ sintió una extraña necesidad de protegerlo. No entendía cómo se atrevía la gente a decir aquellas cosas como si no pudiera oírlas.
-¿En serio? Vaya, ¿Y qué tal es?
-Por lo que he oído, después de acostarse con él, ningún hombre consigue hacer llegar a ninguna chica al orgasmo.
_____ trastabilló al comprender lo que sucedía. Su cita a ciegas era con un personaje público famoso de diecinueve años que traía loco a todas las adolescentes y a no tan adolescentes. Le parecía increíble no haberse dado cuenta. Tenía el cartel de ‘chico sexy del año’ colgado en la frente.
No era el mariscal de campo que había imaginado, sino una estrella de la música.
-¿Estás bien?-Le preguntó él, ayudándola a estabilizarse.
Ella lo miró a la cara y asintió. Se preguntaba por qué no se lo había dicho. Sólo había comentado que estaba en una banda y que le faltaba poco para conseguir su sueño, y para ella tendría que haber sido fácil entender que se refería a que pronto, si más podía, se convertiría en el centro de atención de todas las chicas del mundo.
_____ imaginaba que la reticencia se debía a que en todas partes la gente lo lisonjeaba o hablaba de él, como en aquella velada, como si no estuviera presente.
Era una locura. Ese mismo Zayn por el que millones de chicas se estaban derritiendo en aquellos preciosos instantes, le estaba sosteniendo la mano y llevándola con él.