Mientras caminaban hacía el Wild Cherries, podían oír el suave silbido de la brisa marina del atardecer, el sonido de las olas rompiendo contra la playa y el tráfico de la carretera.
Zayn siguió a _______ por las escaleras de la parte trasera del café hasta su piso, y la miró dulcemente mientras sacaba las llaves de su bolso y abría la puerta. Ella se apartó a un lado para que pudiera pasar, y en el fondo de sus ojos, Zayn pudo ver buen humor, inteligencia y hambre. De él.
Y se habría atrevido a atacar de no haber visto que había algo más; Cariño y ternura.
No el cariño de “Me encanta tu cuerpo” ni el de “hazme disfrutar esta noche”, sino algo mucho más profundo. Zayn respiró hondo, preguntándose cómo reaccionar.
Una parte de él quería salir corriendo de allí. Otra, quedarse y hacer lo que nunca había hecho: aceptarlo, arriesgarse, alimentarla.
Evidentemente, estaba perdiendo la cabeza. Por su propio bien, ninguna chica había llegado a conocerlo realmente, y ninguna iba a hacerlo. Ni siquiera ______, que vivía frente a la carretera más transitada de la ciudad, encima de un café, y que no parecía interesada por su fama y su dinero; una chica que semanas atrás, lo único que sabía de él era que se llamaba Zayn.
Pero ya sabía quién era, y si algo había aprendido con los años del acoso del público, de la prensa y de todos los que estaban a su alrededor, era que había muy pocas personas que no se dejaran afectar por su fama.
No. Como le había dicho durante aquel baño de medianoche, no quería una relación, por muy tentadora que fuera. Y aun que ______ era divertida, estimulante, atractiva y maravillosa, nada alteraba su decisión.
-Deja de pensar tanto, Zayn-dijo ella-No es complicado. Lo único que quiero es ayudarte a aliviar el dolor.
Otro elemento de confusión, porque él no le había dicho que le dolía la rodilla. De hecho, no habían hablado del tema más que cuando él había dicho que se había dado un golpe y punto.
Zayn estaba acostumbrado a salir con chicas que esperaban que fuera la estrella que la prensa había hecho de él. Lo cierto era que aquellas que querían su fama querían las ventajas que conllevaba y esperaban que él se las proporcionara.
Desde el primer momento se había dado cuenta de que _______ era distinta. Ella seguía sin tener idea de lo atractivo que había sido para él que no lo hubiera reconocido.
-Es un piso muy pequeño-comentó _______.
Acto seguido, lo tomó de la mano y lo llevó a la cocina, que aunque era pequeña como un armario, era cálida y acogedora. El suelo estaba lustrado y limpio. Las sillas no hacían juego con la mesa pero quedaban bien. Las alacenas no tenían puertas, y se podía ver que su interior estaba minuciosamente ordenado.
-¿Cuánto hace que vives aquí?-Preguntó Zayn.
-Solo vengo en verano. Cuando trabajo para Red.
-¿Tu tío?
-Sí.
Con una sonrisa, lo hizo pasar de la cocina al salón, que también era pequeño, cálido y acogedor. Había dos ventanas con vistas al mar, más suelos de madera y un sofá sorprendentemente largo que parecía tan cómodo que Zayn estuvo a punto de suspirar.
El piso no debía de tener más de ochenta metros cuadrados, no mucho más que el vestíbulo de su casa, y aun así, Zayn nunca se había sentido tan en casa como en aquel momento.
-Siéntate-dijo ella-ahora vuelvo.
Él se estremeció ante la promesa, pero cuando _____ regresó, no se había quitado la ropa, no llevaba un preservativo entre los dientes ni lo estaba mirando con pasión; las tres fantasías que se le habían pasado por la cabeza mientras esperaba.
Solo había ido a buscar un frasco verde.
-El ungüento-anunció, sentándose en la mesita, entre las piernas separadas de Zayn. Una posición erótica que lo hizo seguir fantaseando. Ella lo miró a los ojos.
-¿Qué pasa?
Zayn no podía decirle que lo que pasaba era que estaba muy excitado y que ella no parecía ser consciente de lo que le estaba haciendo.
-¿Cómo sabías que rodilla me dolía si tan solo me he quejado una vez?
-Porque te has pasado todo el rato evitando apoyarte en la pierna derecha.
______ le destapó la pernera del pantalón, destapó la botella y se puso loción en las manos y las frotó, mirándole la rodilla.
-Huele fatal-dijo Zayn, frunciendo la nariz.
-Pero te sentará muy bien.
_____ le puso las manos en la rodilla, y él se sobresaltó.
-¿Está frío?-preguntó ella-Perdón.
-No, es…
Se sentía de maravilla. Aunque no sabía si era porque el ungüento lo estaba aliviando o porque las caricias de _____ eran tan placenteras que hacían que el resto de su cuerpo quisiera llorar y fingir que también estaba dolorido.
Zayn le miró las manos en su rodilla, y le puso las suyas en los muslos. Algo fácil de hacer dado que estaba sentada entre sus piernas.
-Podríamos hacer cosas más interesantes que hablar del ungüento. Podría darte yo un masaje, por ejemplo.
Ella rió.
-No me puedo creer las frases que sueltas. ¿De verdad esperas que me seduzcan?
-¿Estás diciendo que no quieres que te devuelva el favor?-replicó él, echándose hacia delante para darle un mordisco en el hombro-Tengo unas manos geniales, ______.
A ella se le escapó un gemido cuando Zayn comenzó a besarle el cuello, sensualmente.
-¿Estás tratando de evitar que hablemos?
Él la tomó de la cintura y la levantó de la mesa para sentarla sobre su regazo.
-¿Por qué iba a hacer algo así?
_______ soltó otro gemido cuando Zayn le mordió el lóbulo.
-No sé.
-No tengo nada en contra de hablar-Murmuró Zayn, acariciándole suavemente la espalda-Puedes hablar todo lo que quieras, mientras yo te beso entera de pies a cabeza.
Con una carcajada, _______ se apartó un poco.
-Tu rodilla debe de estar mucho mejor.
Él estiró la pierna.
-Supongo que sí,
______ le sonrió con ternura.
-Bien-dijo, levantándose y dándole el frasco-Puedes llevártelo. Úntalo un par de veces al día en tu rodilla y…
_______ se interrumpió cuando Zayn la atrajo de nuevo hacía él y le robó un magnifico beso. Abrumada, se quedó inmóvil unos segundos, sin saber cómo reaccionar.
Al parecer, él se lo tomó como un desafío, porque la soltó enseguida, como si supiera instintivamente que era capaz de resistirse a su pasión desenfrenada, pero no a su lento y seductor deseo.
Le deslizó una mano por la nuca y con el otro brazo le rodeó las caderas, mientras jugaba tierna y delicadamente con su boca. Le besó una comisura, luego la otra, y después le lamió los labios muy despacio hasta conseguir que los separara.
Y sólo entonces entrelazó su lengua con la de ________ en una danza acompasada que la hacía mover las caderas y revelar lo que su mente no quería admitir, pero su cuerpo no tenía intención de negar.
—Aún tienes el biquini mojado —dijo Zayn, con las manos cerca de su trasero. Ella cerró los ojos y tembló de anticipación—¿Tienes frío? —preguntó él, abrazándola más.
—No.
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