Harry Styles #imagines.

#Imagina: Pasa de ti.

Maria's POV:

Ahí estabas tu. Preparando la cena. Quien lo diría hace unos años, tu, casada y no con cualquiera, con el mismísimo Harry Styles. Llevabas tres años y mucho casados. Es más, hoy era vuestro aniversario, y por eso mismo, estabas preparando esta espectacular cena. Pero últimamente Harry y tu no pasabais tiempo juntos. Nada, en realidad. Lo único que hacía era dormir, trabajar hasta las tantas y comer fuera de casa. Casi no pasaba tiempo contigo, y eso te dolía. Al principio estabais muy ilusionados con el matrimonio, o eso creías. Pero ahora te veias mas sola que casada.

Por eso querías que todos estos meses que os habéis estado evitando y viviendo cada uno por su lado, se borrasen de tu memoria. Como suelen decir, borrón y cuenta nueva.

Mientras preparabas unos deliciosos espaguetis carbonara, con la receta de tu madre, la cual te salía de maravilla y que a Harry le encantaban, tarareabas una canción. Estabas contenta. Mas bien, ilusionada. Querías que esta mala racha terminara, ¿Quién no lo querría?

Mientras los espaguetis se preparaban, preparaste el segundo plato, que era un pollo esquisito, esta vez receta de la madre de Harry. Para terminar, conseguiste un bol lleno de chocolate y lo derretiste. Cogiste las fresas de la nevera y las colocaste en una gran fuente. Cuando el chocolate estuvo listo, lo derramaste por encima de las fresas y las volviste a meterlas en la nevera para que se enfriasen.

Miraste el reloj y viste que eran las ocho, así que te metiste en la ducha y después de ducharte, te vestiste con la lencería nueva que compraste, negra y con encaje. Harry se volvería loco. Después de ello, te pusiste un vestido bastante provocados rojo, y unos tacones del mismo color. Te maquillaste un poco y te echaste algo de perfume.

Cuando terminaste de prepararte, bajaste para terminar de supervisar todo. Los espaguetis estaban perfectos, el pollo también, y las fresas aun más, ya que el chocolate quedó duro.

Eran las nueve y media y Harry estaría al caer. Empezaste a repartir el primer plato y colocaste los platos en la mesa. Después, cogiste varias velas y las encendiste, colocándolas al rededor de la mesa. Todo iba a la perfección. Cogiste el móvil y le mandaste un mensaje, el cual no contestó.

[...]

Llevabas dos horas esperándole. No había aparecido por ningún lado, y tampoco contestaba a tus llamadas. Todas las esperanzas que tenías de arreglarlo todo, se esfumaron. Por primera vez en tu matrimonio te sentiste sola. ¿Cómo podía haberse olvidado de vuestro aniversario? ¿Es que ya no estaba ilusionado? ¿Había algo de ti que ya no quería? ¿Habrías cambiado tú o él? Quién sabe. Llorabas como nunca habías llorado. Te dolía el pecho, el corazón. Quizá, ya que no le importabas tanto, este matrimonio no servía para nada. Esperaste un poco mas hasta que ya no aguantaste mas despierta.

Harry's POV:

Después de un día agotador, llegue a casa. Por fin. Estos últimos días no paraba de trabajar. Casi no estaba en casa y a Maria cada vez la veía menos. Pienso que ella se estará hartando de mi. Nada mas entrar en casa, hacia las doce de la noche, cerré la puerta silenciosamente para no despertarla. Cuando entré en la cocina, vi que la mesa estaba adornada con velas, ya apagadas, dos platos y comida. Oh dios. Salí de la cocina para adentrarme en el pasillo, cuando vi que el suelo estaba lleno de pétalos de rosa, en dirección a nuestra habitación. Abrí la puerta despacio y la vi dormida, con los tacones puestos, unos que le quedaban de muerte, y un vestido rojo con el que estaba cañón. Eres idiota Harry. Eres idiota.

Maria's POV:

Me desperté con un dolor de cabeza horroroso. Después de pasarme toda la noche llorando, los ojos, la cabeza y el pecho, oh tu pecho, dolían mucho. Te levantaste de la cama y no había nadie, que raro. Todo lo de la noche anterior seguía igual. Las velas en la mesa, la comida en el frigorífico, tu destrozada y Harry desaparecido. No podías más. Habías aguantado mucho y no podías más. Estabas harta de intentar que funcionase algo que no valía la pena. No tenias siquiera hambre. Subiste a la habitación y sacaste una maleta del armario. Se acabó. Volvías a estar soltera.