¡Son muy Puros! [MiriTama] BNHA

¡Falta un beso!

— Capítulo 4 —

—Quitando eso...¿hay más besos?¡Dime!— vuelve a preguntar la fémina, no se iba a ir hasta que le contara todos los besos que había robado a su amigo con corazón de pollo.

—Puede ser, puede que no. — contestó Mirio dándole un guiño.

—¡Togata-san!— reprocha en un gesto infantil.

Alzó una ceja, su compañera siempre ha sido curiosa. Pero debía recordar que Tamaki le había dicho que Hadou últimamente se mofaba muy seguido de él, más que Fat Gum.—Vas a molestar a Tamaki, no.

Nejire ahogó un ruido en protesta, tenía un haz bajo la manga y ya era hora de sacarlo. Sonrió ante su inteligencia. —Oh, qué lástima. —habló en tono bajo, lo cual llamó la atención del rubio. —Y yo que te iba a enviar una foto de Amajiki-kun.

No le servía de nada. Él tenía la mayoría de fotos de Tamaki, era imposible que ella tenga..

El celular de su amiga apareció frente a él. Sus mejillas se encendieron al ver claramente la foto a la su se refería. La foto era de esta semana, no había duda. No podía quitar la mirada, sino fuera porque el celular fue retirado.

Nejire poseía una expresión de triunfo.

No caigas en la tentación.

Tabaleó sus dedos contra la mesa.

El bochorno no se disipaba. Podía acertar que Hadō ya lo había notado, su sonrisa había aumentado.

Pero...¿Cuándo?¿Cómo?¿Cómo logró que..?

¡Es una trampa!

—Fue en la última pijamada que hicimos. A la cual tú no asististe porque estabas ocupado. — maldecía que aceptó patrullar hasta muy tarde, fue aquel domingo donde no sucedió nada, ni un solo ataque en lo que debería intervenir.— Amajiki-kun perdió una apuesta y sucedió esto. — volvió a colocar la imagen delante de su rostro.

La foto mostraba a un Tamaki avergonzado por la camiseta que llevaba puesta, debido al estampado que poseía. En letras grandes se veía claramente la palabra y su nombre de héroe: Lemillion y el número de un millón.*

Tamaki se molestará si se entera..aunque no debía enterarse. —Haremos negocios.— sentenció, luego sacó unos lentes oscuros para colocárselos y bajó un poco su gorra.

De igual manera Hadou se colocó unos lentos. —Hombre de negocios.

Después de algunos términos y llegando a una conclusión. Mirio festejaba internamente ya tener la foto en su memoria del celular.

— A los doce años fui a su casa a tener una tarde de películas.

—Veamos algo de Disney, sé que te gustan mucho sus películas tanto como de Dreamworks. El martes vimos Spirit, el corcel indomable y sé que te causó mucha tristeza así que busqué una película que tenga fantasía, ya que quiero verte sonreír. Me costó mucho encontrarla en nuestro idioma.