¡Son muy Puros! [MiriTama] BNHA

¡Son muy puros!

—Extra—

No puedo hacer esto...

La angustia se adueñaba de él, el corazón le latía demasiado rápido y sus manos temblaban, del sudor que se deslizaba en sus palmas por poco suelta el objeto entre ellas.

Avanzaba con calma.

Cada paso era una oportunidad de que el corazón se le escape por la boca.

No ha visto a nadie pasar por esos pasillos, así que se metió en la primera habitación a su lado.

Había alguien ahí.

La luz fue cortada, prácticamente le estaba dando en bandeja de plata esta muerte.

Mirio volteó en la dirección por donde él venía, no huyó, solo lo miraba entre toda la oscuridad presente.

¡Huye, maldición! quería gritar.

Pero el idiota no se movía de ahí, no corría hacia ningún lado.

Tamaki se iba a desmayar.

¿Por qué no había la opción de apoyarse en la pared?

La rejilla a su lado sonó y el sonido de un peso muerto caer irrumpió las cuatro paredes. Luego, el reporte.

—¡Já! — Festejó Nejire en su victoria, también la de Tamaki, al cual usó como distractor con tal de asesinar a sus compañeros, sobre todo a cierto rubio.

—No quiero ser impostor. — Su pobre corazón apenas recuperaba el ritmo, dejó caer el celular sobre su pecho y acomodó su cabeza en la almohada, que sus amigos estén a cada lado suyo le dejaba menos espacio.

—¡Es la mejor parte! — Se levantó de golpe, para fijarse en el par de novios, demasiado pegados y su sonrisa se ensanchó.— ¡Ya me quebré a Mirio cinco veces!

—¿Por qué a mí no me toca? —los cachetes del blondo se encontraban hinchados de la molestia, a Tamaki le pareció muy tierno.

—Porque el destino quiere que te mate.

—Muy graciosa, Hadou.

—Bueno, a Amajiki-kun le va a dar algo si en la siguiente le toca ser impostor.— su comentario fue acompañado de una pequeña risa.

Mirio giró hacia el menor.—Tranquilo Tama, podemos hacer otra cosa, por algo es nuestro día libre. — El tono dulce y la mano de su novios entrelazando sus dedos, estalló un sonrojo que cubrió hasta sus orejas, aún no se acostumbraba a eso, tal vez nunca lo haría y eso estaba bien.

—Disculpen, ¿podrían mover un poco su amor? están aplastándome.

Nejire tenía un mohín en su rostro que despertó las risas en la pareja.

—¡Hey! ¿Gracias a quién es que están juntos? A ver repitan conmigo, “gracias Nejire”

—Jámas, nunca lo aceptaré.— negó Mirio en tono dramático.

— Vengo a presentar una queja al departamento de amigos.

—Uy, qué pena, eso ya cerró. Vuelva otro día.

—Dejen de discutir, parecen unos niños. — se interpuso Tamaki.

—Togata no acepta que yo les di un pequeño empujón, él es quien se comporta como un niño.

—Tamaki, dile a Hadou que no la escucho.

—¡Ah! ¡Ahora me vas a ignorar!

En un rápido movimiento, la cara de Mirio tenía una almohada sobre esta. Él logró safarse y tomó otra almohada, listo para el contraataque.
Ellos podían agarrarse a almohadazos mientras Tamaki trataba de huir, no era fácil por estar en medio de guerra cruzada.

Tarde fue cuando lo descubrieron y empezaron a caerle los ataques, que le provocaban cosquillas.

Después de casi destrozar las almohadas entre sus rostros, las risas quedaron vibrando en el aire, se detuvieron, acompañados del ambiente cálido que se creó. Los tres corazones latían en diferentes ritmos, tan vivos y llenos de alegría.

Momentos así eran un tesoro.

—Pronto seremos profesionales. — murmuró.

Y era verdad, las clases pronto finalizarían y su graduación estaba a la vuelta de la esquina.

—Tomaremos diferentes caminos.

—¡Hey! ¿Qué les pasa? Seguiremos en contacto, pronto recuperaré mi don y los alcanzaré. — La efusividad de Togata los levantó de la cama.

—Mirio tiene razón.

—Siempre vamos a ser Los Tres Grandes.— Observó con ojos destellantes al par, realmente quiere mucho a ese par de bobos. — ¡Oh! ¡Oh! ¡Podríamos tener una agencia juntos con ese nombre!

—Eso suena bien.

—¡Me apunto!

La vida de héroe los esperaba, lista para ser enfrentada. Podía venir con todo y ellos estarán listos para lo que sea.

—Si van a besarse, avisen y me retiro. Porque ya llevan diez minutos viéndose a los ojos.

—¡Hadou!

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