Salir del closet

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-Capítulo 7 -

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-Capítulo 7 -

Solo podía esconderse en un lugar dentro del área en donde se encontraba. UA al decidir que cada alumno recibiría una habitación le había otorgado un escondite perfecto, su propio espacio, como si fuera la habitación de su casa.

Aunque ambos espacios eran invadidos frecuentemente por una curiosa cabeza rubia, la cual ya se había acostumbrado. Llegó a poner horarios, sabiendo en qué momento ya no tenía privacidad por recibir a Mirio. No le molestaba, muy al contrario, su presencia irradiaba una luz que lo lograba hacer sentir cálido como en casa.

Mirio...

Nejire debía estar pisándole los talones, aún con la velocidad en la que iba le parecía que la puerta de su habitación estaba muy lejos, a kilómetros de distancia. No ayudaba el hecho de que de sus ojos brotaban lágrimas, las cuales opacaban su vista.
Empujando y disculpándose con cada persona con la que se topaba, no era su intención ser descortés, pero, en serio, en serio que quería que los ojos del resto no lo miraran.
Deseaba ser invisible, oh, cómo deseaba que la tierra lo tragara.

¡Anhelaba la particularidad de Mirio!

Por involucrar a su mejor amigo en sus pensamientos, el camino parecía haberse recortado, ya veía la puerta. Solo tenía que acelerar un poco, su mano pasó de tener dedos a ventosas, los tentáculos se estiraron lo suficiente como para llegar al pomo; abrirlo, impulsarse y de un segundo a otro ingresar de golpe.

Adentro, cerró con seguro y por fin sentía que el oxígeno llenaba sus pulmones.

-Amajiki entiendo que quieres calma para tus pensamientos, pero tú y yo sabemos que te ahogarás en ellos. Abre la puerta y hablemos.

Apegó más su oreja con la esperanza de escuchar algo, si había respuesta debía escucharla.

Dentro de aquellas paredes, Tamaki se encontraba con el corazón latiendole a cien por segundo. Por un momento creyó que se le caería en la huida.
Sabía que Nejire no se iría sin que le dé una buena excusa o explicación.

El toque en su puerta lo sacó de sus pensamientos. Así que limpió sus lágrimas y aclaró su garganta, no tendría por qué hablar alto, solo los separaba la puerta al seguir apoyado en esta. -Estaré bien, ve a ver a Mirio. Y por favor, informame cómo está.

-¿Por qué no vas tú a preguntárselo directamente?- Tenía razón, la palabra cobarde debía tatuarse en la frente para que así todos sepan cómo es.- Volveré a las nueve si me entero que no bajaste a cenar, ¿oíste?

Retrocediendo dos pasos se alejó de la puerta lo suficiente para entender que tendría que volver. Soltó la puerta alejándose de la habitación del moreno, dirigiéndose a la del blondo donde seguramente el panorama no era mejor que el que había presenciado momentos atrás.

¡Son muy Puros! [MiriTama] BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora