7-Rootless Tree: You put a spell on me...

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Mis ojos se mantuvieron fijos en los de aquel desagradable tipo, y no me había dado cuenta que este incluso había acercado su diestra a mi mejilla, hasta que la mano de Jin lo apartó bruscamente de mí.

-Ojo donde pones esa mano asquerosa -gruñó. Este sólo rió con gracia levantando ambas manos en rendición mientras mantenía aquel tubo de nicotina entre sus labios.

-Hombre, te falta una buena cogida al parecer -Jin volvió a gruñir en respuesta, pero aquel ya no se asemejo a uno humano sino a uno más "animal", sin embargo, el tal Caín le restó importancia y continuó hablando normalmente. -Se puede sentir a leguas que ella no es una humana...pero tampoco es demonio ni ángel, tu cita aquí tiene que ver con el pequeño caviar que tienes a tu lado ¿verdad?

-Tú fuiste un brujo bastante poderoso así que supuse que debes tener conocimientos sobre los hijos de demonios y ángeles.

El hombre cuyo nombre era Caín, tomó una botella de Jack Daniel's y la empinó hasta dejarla a la mitad; luego llevó su mirada hacia nosotros. Llevaba unos pantalones de cuero bastante ajustados mientras que una remera negra de "Black Sabbat" se ajustaba a su torso. Tenía el cabello largo hasta los hombros y la barba bastante crecida pero no tanto, solamente lo justo y necesario. A pesar de ello, podía pensar que algo de atractivo tenía, e incluso llegué a creer que cuando era joven de seguro fue muy apuesto...pero en el presente, en pocas palabras parecía un cantante de rock en decadencia.

-Exacto, "era", desde que me quitaron los poderes y me limitaron a hacer pociones como un Merlín cualquiera ya no lo soy Astaroth. Ahora me dedico a disfrutar de mi insignificante vida y nada más-. Dijo mientras hacía un gesto con la mano restándole importancia al asunto.

-Me lo debes Caín -Jin levantó la voz y se acercó al tipo borracho tomándolo por el cuello de su remera de manera intimidante. -Bastardo, no me hagas recordarte en la mierda que te metiste y te saqué, ayúdame o yo mismo acabaré con tu odiosa vida, y no me interesará para nada que seas familia del lujurioso Asmodeo. Además, no le costará trabajo encontrar un reemplazo de lame culos, ya sabes que se le da bien engañar idiotas y perdedores como tú.
Caín pasó una mano por su rostro terminando por asentir a regañadientes. A pesar de lo altanero que aparentaba ser, por dentro era alguien bastante cobarde, pero también debía admitir que Jin era alguien de temer. Me encontré preguntando cuanto poder era el que poseía Jin en infierno.

-Ya, ya...te ayudaré porque eres tu Astaroth, luego de esto no me jodas más, no quiero tener nada que ver ni ser arrastrado por toda esa mierda por la que andan alterados allí abajo -Caín se apartó como pudo de Jin y, aun con la botella en la mano, puso la otra dentro de un jarrón no muy grande que extrañamente no había visto que se encontraba allí junto a la shisha que había estado fumando. -No respiren o los dormirá -no entendí lo que dijo hasta que a Jin y a mí nos roció con un extraño polvo que sin querer me había entrado en la boca haciéndome toser. -Si serás tonta, niña-. Logré escuchar el regaño del brujo y la lejana voz del princeso que me llamaba. Algo definitivamente salió mal.

Todo se volvió oscuro, en el sueño más oscuro de todos.
Una no muy espesa neblina inundaba aquella nada misma en la que me encontraba. Ni siquiera podía ver mis manos o pies; observé a mí alrededor buscando algo sin saber qué, hasta que un extraño sonido similar a las que hacen las pequeñas cajas de música comenzó a escucharse en un eco lejano.
Intenté comenzar a buscarla concentrándome bien de qué dirección provenía más fuerte el sonido, por lo que empecé a caminar sin saber exactamente dónde me encontraba, siguiendo la dulce melodía de lo desconocido.
A cada paso que daba, podía escuchar el sonido que hacían mis botas al chocar contra algo líquido, agua tal vez, mientras que por otro lado mis oídos se iban inundando cada vez más y más de aquella nana que me resultaba algo familiar. De pronto, una tenue luz comenzó a verse cada vez más cerca de donde me encontraba, mientras que lentamente iba tomando la forma de algo similar a un cofre.
Mis pies se detuvieron frente al objeto descubriendo que estaba en lo cierto. Una caja de música sonaba sin ser abierta mientras brillaba con una débil luz, sin embargo unas gruesas y negras cadenas la rodeaban; al menos diez de ellas la envolvían con vehemencia casi obstruyendo su halo.
Busqué a mí alrededor algo, lo que sea para romperlas ya que esa necesidad de hacerlo invadió mi pecho con una angustia que jamás creí sentir.
No entendía que carajo estaba ocurriéndome, pero una hacha no muy grande se encontraba tirada en el agua a una corta distancia del cofre, ¿Acaso debía estar allí para liberar lo que fuera que hubiese en aquella caja de pandora? La respuesta a esa pregunta no era clara, pero si la solución a esa ecuación estaba en eso, lo iba a averiguar. Decidida, tomé el objeto cortante sin pensarlo dos veces y me acerqué empuñándola con ambas manos; la levanté por sobre mi cabeza para luego dejarla caer sobre las oxidadas y oscuras cadenas.
Un golpe, dos golpes, y al tercero una serie de voces comenzaron a provenir de interior de la caja con la certeza de ya haberlas oído y que la frescura y melodía de ellas las reconocería en cualquier lado...porque no era cualquier voz, eran la de Haniel, mi madre. Inhalé una gran bocanada de aire y continué golpeando sin cesar.
Sentía mis brazos cansados y mis manos morían por ser libre pero no lo haría, pues el sólo pensar que allí dentro habían más de mis recuerdos, eso me motivaba aún más a hacer trizas aquél pedazo de madera.
De pronto, un sonido seco de algo quebrándose resonó en toda la oscuridad expandiéndose como una ola expansiva y un dolor agudo en el pecho me obligó a soltar el acha llevando mis manos en donde se encontraba mi corazón. Miré mi diestra ya no tan nítida notando que la mirada se me comenzaba a nublar, pero a su vez al hacerlo, unas pequeñas gotas carmesí cayeron sobre mi piel. Por inercia toqué con mi otra mano mi mejilla viendo el dorso de esta aún más manchada con sangre; el miedo se agolpó en forma de nudo en mi garganta porque no solo me sangraba la nariz sino que de mis ojos también emanaba el escarlata.
Despertar y volver a soñar se había tornado en algo cotidiano y tortuoso al mismo tiempo porque ningún sueño poseía luz; la amarga melancolía se aferró a mí cuando una noche decidió volver a cegarme con un tormentoso dolor. Sin embargo, la visión retorno a los pocos segundos, pero ya no me encontraba sola; cientos de sombras aladas sin rostro me rodeaban y todo lo que llegaba a ver eran sus ojos de miradas penetrantes que se clavaban en mí ser con odio.
Escuché un alarido detrás de mí pero algo no me permitía voltear hacia atrás. El pánico se deslizó por cada fibra de mi cuerpo provocando que el corazón me bombeara con fuerza, presa de la incertidumbre que me causaba aquel desconcertante escenario en el que formaba parte en ese momento.
Miré hacia un costado y me vi reflejada en un escudo de plata que relucía pulcramente. No era yo a la que veía en esa imagen, sino Haniel. Su rostro se veía cansado y una brutal cicatriz surcaba su mejilla derecha. Aun así la luz pura de sus ojos no se desvanecía

Wings: The Beginning « j.jk »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora