Capítulo 34: Tú mejor regalo, soy yo

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Mordí mis labios cuando TaeMin pronunció aquellas palabras que provocaron que mi cuerpo ardiera. Sus labios sobre mi cuello buscando el contacto que durante meses había estado necesitando.

Yo de igual modo, me dediqué a cerrar los ojos deleitándome de las sensaciones que me estaba provocando, tenía tanto que no teníamos este tipo de interacciones que sentía como sus manos quemaban en mi piel.

Camine a donde pude. Aunque simplemente daba pasos hacia atrás mientras mis labios buscaban el contacto con los de TaeMin, terminé chocando contra un mueble provocando que su cuerpo terminase pegado al mío. Sus manos se movían libremente acariciando mi figura, delineando cada detalle de mi cuerpo.

Su lengua hábilmente entró en mi boca, reencontrándose con la mía, moviéndose experto y con total seguridad, haciéndome sentir sedienta de más cuando se separó de mi. Incluso sentí como un jadeo de disgusto salió de mi boca, provocando que TaeMin me viera enternecido.

— Vamos a la habitación - tomó mi mano para caminar rumbo a esta. Mientras yo me dejaba hacer, completamente hipnotizada.

¿Como es que tenía este efecto en mi?

Claramente el efecto TaeMin aún surtía su efecto, aún si hemos madurado mucho desde que nos conocimos, aún teníamos esa chispa que emanaba de nosotros, la pasión se sentía en el aire, y nuestra cama nos esperaba ansiosa.

Mordí mi labio y lo senté en la cama para posteriormente yo sentarme a horcajadas sobre el, siguiendo nuestro baile entre besos, mi vaivén era lento y tortuoso, podía mirar en los ojos de TaeMin como él estaba disfrutando y sufriendo al mismo tiempo, lo sentía gruñir en mis labios mientras sus manos me tenían firmemente sujetada para que no me alejara.

Caliente.

Eso era todo lo que en mi mente predominaba.

TaeMin.

Lo quería a él y solo a él, necesitaba tenerlo cerca lo más posible. Y el supo leer mi mente ya que nos giró en la cama para ahora el estar sobre mi, entre mis piernas. Mordía, lamia y succionaba con ahínco mi labio, los jadeos salían descontrolados de mi boca, no tenía la capacidad de siquiera formular una palabra coherente.

Y aún teníamos nuestra ropa puesta.

No era porque estuviera desesperada, fácil podría decir que es la emoción del reencuentro, sus manos pasaron por debajo de mi ropa para despojarme de ella mientras yo hacía lo mismo con el, hasta terminar como dios nos trajo al mundo.

— Eres hermosa - susurró en mi oído mientras dejaba un tierno beso en mi oreja, para luego morder. Haciéndome gemir sin pensarlo.

Ya una vez sin ropa, ambos nos dedicamos a besarnos y deleitarnos con nuestras caricias. Sabía que TaeMin estaba desesperado, y me causaba ternura al ver como se esforzaba por hacer las cosas lento, ya que no sabía como me lo tomaría. Lo amo.

Amo como sus besos pasan de ser lentos a cada vez más hambrientos, para luego sus manos delinear cada parte de mi, mientras me proporcionaba la atención requerida. No quería nada más que estar así, tal y como estábamos en este momento.

Se estiró a la cómoda para tomar un preservativo. No queríamos más sorpresas. Colocándoselo hábil y rápidamente para comenzar con lo que ambos anhelábamos.

Sus caderas tenían un movimiento lento y seductor, provocando que mis manos fueran a su espalda para tener un soporte de donde apoyarme. Mis suspiros iban directo a los oídos de TaeMin quien cada vez que los oía aceleraba sus movimientos.

Cuando estábamos por llegar siento como TaeMin baja la intensidad provocando un lloriqueo de mi parte por haber estado tan cerca.

— Que desesperada, nena - mordió mi cuello delicadamente.

— I-Idiota...

— Tranquila, no quiero que terminemos así de rápido - sonrió de lado para girarnos haciendo que yo quede sobre él. — Tienes el control

Sonreí para tomar su hombría acariciándola lentamente provocando graves gruñidos de su parte, haciéndome sentir orgullosa por cómo reacciona mi tacto sobre él.

Aunque llegado un punto ambos ya estábamos desesperados. Queríamos más, y sabíamos que solo nosotros podríamos darnos el placer que estábamos buscando. Más TaeMin a mi.

Quería mi orgasmo.

Ese que TaeMin tan fácil me había cortado y seguido como si nada. Una mujer tiene necesidades. Y como no tenerlas cuando se tiene semejante adonis frente mío.

Estaba segura de que TaeMin me había hechizado, ya que sabía que en ningún otro momento sería capaz de hablar sobre esto, me avergüenzo muy fácil y quiero huir, pero ahora no era momento de la inocencia. Necesito a TaeMin dentro mío.

Tome su extensión haciendo que entre en mi, apoyando mis manos en su trabajado abdomen mientras comenzaba a moverme. Note como el simple hecho de verme ya le causaba sentimientos en el, sentía su pulso sobre mis manos al pasarlos por su pecho.

Y no lo vi venir.

No vi venir cuando se sentó para besarme. Mientras yo aún me movía suavemente causándonos jadeos de extasis, callando nuestros sonidos por los besos.

— Podría quedarme así el resto del día - susurro TaeMin sobre mis labios volviéndonos a girar. — Pero 100% amo más esta posición.

— Hazlo rápido - mordí mi labio hambrienta por más.

El soltó una risa al momento en el que daba una estocada directo en un lugar que me hizo perder mi cordura. Justo ahí. Más. Quería más.

Grité para que supiera cuando me había gustado, y el sonrió captándolo para volver a arremetes varias veces más en el mismo lugar. Esto era el cielo. Nunca pensé llegar a este punto con un hombre. Claramente TaeMin es único.

— Más, por favor ¡Más rápido! - gemí sintiendo los dedos de mis pies contraerse y mi espalda curvarse, mi cuello libre para recibir sus ricos besos.

Estaba sobre estimulada, sabía que mi orgasmo llegaría en cualquier momento y quería que tardara un poco más, pues las sensaciones que estaba sintiendo no tenían igual.

Obedeció mis súplicas y fue más rápido, acertando en cada movimiento al punto que me enloquecía, cerré mis ojos incluso. Cabe resaltar que TaeMin tiene un poder increíble en la cadera.

Le hice saber que estaba cerca, y él a mi igual, ambos terminamos al mismo tiempo, exhaustos, con las respiraciones agitadas mientras nos observábamos fijamente, ambos admirando el desastre que hicimos en el otro.

TaeMin era una combinación entre desorden y sensualidad. Tenía los labios brillantes por los besos, el cabello desordenado gracias a mis manos que amaban despeinarlo en estos momentos, sus ojos totalmente dilatados y nublados de placer. Se mordía el labio intentando regular su respiración.

Si el estaba así, seguramente yo había terminado peor.

Se recostó a un lado mío para calmarnos un poco. Yo puse mi ropa interior y me senté como pude, cruzando las piernas y cubriéndolas con las sábanas para verlo, mientras él pasaba una mano por detrás de su cabeza y con la otra acariciaba mi cintura, haciéndome sonreír.

— Feliz cumpleaños, otra vez

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😏😏😏

Fernanda💅🏻

Guía para ser padres  #2 [ Lee TaeMin ] TERMINADA *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora