2. Jardín de la Mansión Varia

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Ser el sustituto del guardián de la Niebla de los Varia no sería fácil, pero ser compañero de ese tipo... ¿Pero que se creía llevando esta corona? ¿Un príncipe? Ja.

Me encanta sentado en la hierba, con la mente puesta en mis cosas. Era uno de los mejores ilusionistas, entre los tres mejores diría yo que estaba. El tercero era yo, el segundo (mi tutor) Mukuro y el primero Viper, el arcobaleno de los Varia. No sería nada fácil, además a ese chico se le nota la gran relación que tenía con Viper.

Sentí la presencia de alguien a mi espalda y no me gustó nada lo que hizo. Me puso un gorro en la cabeza.

-Ushishishi... Ya que vas a sustituir a Mammon y ser mi compañero, tendrás que llevar su sombrero.

Hice la ilusión de un espejo y pude ver que era un sombrero de la cabeza de una rana. Le asesiné con la mirada y él se río.

-No voy a ponérmelo.

-Lo harás porque yo quiero.

No tuve más opción que resignarme. Con el tiempo me acabaría acostumbrando. Miré con detenimiento a este personajillo que estaba detrás de mí. Alto, delgado,... No podía verle los ojos por el flequillo demasiado largo que tenía. Tendría entre 20 y 25 años. Lo más gracioso era la corona que llevaba, se creía un príncipe o qué... Ridículo. Estamos en igualdad de condiciones (más o menos).

Pro: solo sabe mi nombre. Contra: sabe el tipo de mi llama. Pro: no sabía nada de mi pasado. Contra: no sabía nada de su pasado. Pro: sé su nombre (creo). Contra: no sé el tipo de su llama.

-Vamos rana estúpida, tenemos cosas que hacer.

Ra-rana estúpida... Me ha llamado rana estúpida... Me levanté y fui a darle un puñetazo en la cara, pero cuando me di cuenta estaba subido a un árbol. Vi cómo iba saltando de rama en rama hasta colarse por una ventana. Corrí todo lo que me permitió mis piernas para poder alcanzarle. Como no lo encontré por la Mansión, decidí irme a mi cuarto.

Mi habitación estaba enfrente de la de ese tipo. Me di cuenta de que mi puerta estaba un poco abierta. Temí que alguno (o el tío de la corona), hubiese entrado y hubiese estado husmeando.

Con una ilusión, me volví invisible y entré con sigilo. No había nadie, nada revuelto, pero la ventana estaba abierta. No recordaba haberla abierto... Sentí la presencia de alguien y después cerrarse la puerta.

Corrí para intentar descubrir quién era, pero no había nadie en el pasillo. Aún así, sabía quién había entrado.

Ese idiota. Estúpido rubio. Era un imbécil creyéndose un príncipe llevando esa estúpida tiara. Salí de mi cuarto y fui a la puerta del suyo. Golpeé con fuerza y cuando abrió la puerta le golpeé en la cara y le tiré al suelo.

-¿Pero qué haces rana estúpida?

-Has entrado en mi cuarto. ¡¿Por qué?!

-¡Quería recoger un recuerdo de Mammon!

Me paré en seco. Miré al escritorio y vi el pacificador de Viper. Ese tipo debió tener algo amoroso con él. Era raro a más no poder.

CONTINUARA

Prince and the FrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora