9. Bar del hotel

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Me encontraba en el bar del hotel esperando a que llegara la rana. Me había puesto un traje blanco. Me había echado el pelo hacia atrás y me había puesto lentillas azules. El tópico de los rubios.

Le pedí al camarero un whisky y espere hasta que viniera. Al segundo vaso, escuché unos tacones acercarse a mí y pararse a mi espalda.

Una chica muy guapa se sentó a mi lado y sin saber porque mi corazón se aceleró. La chica pidió un Martini. Me fijé en ella. Llevaba un vestido negro, guantes negros en las manos. Iba poco maquillada y el pelo recogido en un moño. Me quedé sorprendido al ver el color de su pelo: verde. No podía ser la rana. La chica se sonrojó y me miró. Tenía los ojos color esmeralda. Era él. El camarero le trajo su bebida y se puso a coquetear con él. Empecé a sentir celos y cada vez iba a más. Tenía que hacer algo.

Me bebí el contenido del vaso de un trago, agarré del brazo a la rana para que me mirara y le besé. Noté cómo se resistía, pero ningún momento me separé sus labios. Un poco triste sido me separé de él. Me asesinó con la mirada y salió del bar. Pagué lo de los dos y salí tras él. Le encontré en el ascensor. Conseguí llegar hasta él antes de que las puertas se cerrarán. Le di al botón del stop y el ascensor dejó de moverse.

-Te odio Bel-sempai

-¿Qué he hecho?

-¡¿Que que has hecho?! ¡ Me has besado! ¡ Has roto la segunda condición!

- No me ha quedado más remedio...

-¿Por que lo has hecho?

- Porque... Porque me puse celoso...

-¿Ce-Celoso? ¿Pero por que?

-¡¿ Eres idiota o qué Fran?!

Le empotré contra la pared. Le miré a los ojos. Estaban llorosos. Su respiración era entrecortada. Me acerqué a su cara tanto que nuestros labios casi se rozaban.

-Bel-sempai... ¿Por que dices eso?

- Sé que es raro y anormal pero... Siento algo por ti

Se le abrieron muchísimo los ojos y empezaron a derramar lágrimas.

-¿Fran? ¿Estás bien?

Me aparté para dejarle espacio pero él no me lo permitió. Me había agarrado de la chaqueta. Intenté mirarle a los ojos pero, no pude ya que había agachado la cabeza. Se la levanté con delicadeza para que me mirara a los ojos.

-¿Que pasa rana?

-Que... Que yo creía que...

-Dime rana...

-Creía que no me querías...

-Fran...

Le acaricié la cara con delicadeza. Me acerqué hasta unir nuestros labios, está vez de forma más calmada. Al principio se resistió pero después respondió a mi beso. Cuando nos separamos, me quedé con ganas de más, pero me contuve.

Volví a apretar el botón del ascensor y llegamos a la habitación. La rana se metió en el baño para maquillarse de nuevo. Yo me senté en la cama a esperarle, feliz por todo lo que había pasado.

CONTINUARÁ

Prince and the FrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora