10. Habitación del Hotel

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No lo podía creer. Bel-sempai me había besado. Dos veces.

La primera me había pillado totalmente desprevenido. Es cierto que había estado "coqueteando" con el camarero 0 no eran para poner celoso a Bel-sempai, sino qué quería practicar mi forma de hablar y de comportarme siendo una chica.

En un primer momento creí que estaba actuando. Sentí que me moría. Por eso me fui corriendo, para que no me diera llorar. Él me alcanzó antes de que el ascensor se cerrará y entonces me soltó la bomba. Sus palabras aún resonaban en mi cabeza.

-Sé que es raro y anormal... Pero siento algo por ti.

Mi corazón iba muy rápido. No le permití que se separara de mí. Entonces yo le conté mis miedos y mis sentimientos y me besó por segunda vez. Otra vez me pilló de sorpresa, pero esta vez seguí su beso.

Cuando llegamos a la habitación, me metí en el baño para poder arreglarme de nuevo. Se me había corrido el maquillaje que me había puesto en los ojos. Al cabo de un rato, salí del baño y vi que Bel-sempai me estaba esperando sentado en la cama. Me sonrió y yo le sonreí. Era muy feliz en ese momento. Me quité los tacones y me acerqué a él hasta estar enfrente de él.

- Ven, siéntate en mis piernas.

Hice lo que me decía aunque con un poco de vergüenza. Pasó un brazo alrededor de mi cintura y yo apoyé la cabeza en su pecho. Podía escuchar sus latidos, acelerados. Él me besó en la cabeza y alcé la vista para mirarle a los ojos. No me gustaban esas lentillas, ocultan sus preciosos ojos rojos.

-¿Que sucede rana?

-No me gustan esas lentillas.

-Ni a mi. Son molestas, pero todas las mafias saben el color de mis ojos y de cómo es mi "cara" con él pelo ocultandome los ojos. Por eso me las puse.

-Vale...

Me levanté y me dirigí al baño pero él me agarró de la mano.

- No me llores rana estúpida.

- No estoy llorando príncipe caído.

Tiró de mí y caí en sus piernas. Me abrazó y me besó en la nuca y el cuello. Se sentía muy bien.

- Tenemos que irnos rana.

- No quiero...

-Venga. Luego te daré muchos mimos.

Me puse rojo y el me dio un beso en los labios mientras nos levantabamos. Bajamos a la entrada del hotel donde nos esperaba una limusina.

-¿Esto lo paga el jefe estúpido?

-Así es rana.

Era la primera vez que me subía a una limusina. Bel-sempai me abrió la puerta y entré. Me senté en el asiento cercano a la puerta contraria. Él se sentó a mi lado. Estaba muy nervioso. Me temblaban las manos. El, para tranquilizarme, me cogió de la mano y la acarició.

-Todo irá bien. Te protegeré con mi vida.

Me acerqué más a él para poder sentirme más seguro.

-Rana, durante la fiesta no podrás llamarme Bel-sempai, tendrás que llamarme príncipe o su majestad.

-Vale... Tú llámame Erika.

-Así lo haré Fräulein*

CONTINUARÁ

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*Fräulein - Señorita.

Prince and the FrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora