7. Habitación del Hotel.

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-Lo harás porque lo digo yo.

No sólo quería molestarle, quería verle así, como una chica. Aunque ahora, en esta posición, me gustaba más. Le había empotrado contra la pared. Había puesto una de mis piernas entre las suyas y una mano a un lado. Mi cuerpo muy pegado el suyo. Mi corazón estaba desbocado. Cada vez acercaba más mi cara a la suya. La rana se había puesto totalmente roja. Él intentaba mirarme a los ojos. Yo se los veía con un poco de dificultad. Sus ojos verdes eres muy hipnóticos. Nunca me había dado cuenta de lo bonitos que eran. Un verde lleno de dudas, de dolor, de amor... Me había robado el corazón.

- Aún así no lo haré

- Te obligo.

Me acerque más aún. Nuestros labios casi se unieron. Estuve muy tentado a besarle. Tal vez fuera la única oportunidad para hacerlo. Antes de que pudiera hacerlo, la rana giró la cara.

-Lo haré, pero con dos condiciones

-Vale...

-Uno: seré yo quién elija el vestido. Dos: como se te ocurra hacerme algo siendo chica deshago la ilusión.

-Trato hecho.

Muy a mi pesar, me aparté. La rana hizo la ilusión y me quedé boquiabierto. La rana siendo chica era... Adorable... Bella... Me había enamorado aún más. Seguía teniendo la misma altura. Se le notaba el pecho, no tenía mucho pero le hacía muy... Que estaba muy bueno. El pelo lo tenía más largo, más o menos por la cadera y con un precioso color verde más claro en las puntas y más oscuro en las raíces. Sus ojos seguían igual, hipnóticos, brillantes, tristes...

-Quiero cambiar eso.

Se sonrojó un poco y yo también. Quise hacerle y besarle, pero me contuve.

-Bel-sempai, tengo los ojos aquí.

Me tomo la barbilla con delicadeza y me alzó la vista para que le mirara a los ojos. Me encanta sus ojos. Cuando me fijé mejor me di cuenta de que ahora no eran verde oscuro, ahora eran de color esmeralda. Me perdí en sus ojos. Se acercó a mí cogiendo mi cara entre sus manos. Le acaricié el rostro con suavidad y me acerqué para besarle, pero me paró.

-Buena actuación Bel-sempai.

¿Actuación? ¿Estaba actuando? Se me partió el corazón...

- Si lo haces así en la fiesta no tendremos ningún problema.

Endurecí el rostro. Me había enfadado montón. ¿ Cómo se atrevía a hacer eso?

- Ve a buscar un vestido rana, y más te vale ponerte guapo o sino te rajaré y haré que te desangre lentamente.

La rana salió de la habitación con su forma femenina y yo me derrumbé un poco. En ese momento creí que la rana me iba a besar, pero no, había estado actuando. Buena actuación había dicho... Me había roto el corazón. En realidad no sentía nada por mí. Se le notaba en la cara, mi persona y mis sentimientos le importan un comino...

- Pues haré que me lo pagues rana... Como que me llamo Belphegor.

CONTINUARÁ

Prince and the FrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora