6. Bosque Alemán

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Unas horas más tarde.

Llevábamos varias horas caminando por el bosque. Yo iba caminando por el suelo, mientras que Bel-sempai iba por las ramas de los árboles. Que mono...

Esa misma mañana casi metí la pata. Es verdad que me sorprendí al ver por primera vez sus ojos y más aún, descubrir que eran de color rojo sangre. En ningún momento me asusté, caí al suelo porque me tropecé con el estúpido gorro que me hace llevar siempre.

Lo que más me sorprendió fue su reacción. Fue casi corriendo al baño. Además, cuando me habló, le tembló la voz. ¿Estaría llorando? ¿Por qué supuestamente me había asustado? Las palabras que dije en ese momento me salieron del corazón y se repiten en mi mente.

-Además, no me dan miedo sino que me gustan mucho.

Lo dije bajito y me sonroje bastante, y justo en ese momento la puerta del baño se abrió y Bel-sempai me vio rojo. Que vergüenza...

-¡Rana estúpida, sube!

Volví a la realidad. Casi habíamos llegado a la base enemiga. La familia más sangrienta de toda Alemania. La familia Hesenhefer. Me subí (con dificultad) al mismo árbol al que él estaba subido.

-Eres poco ágil rana.

-Yo no soy un mono como tú.

-No soy un mono, soy un príncipe.

-Un príncipe caído.

Noté como sus cuchillos se clavaban en el gorro. Otra forma de molestarme descubierta, aunque no me gustaba que me clavara los cuchillos.

-Bel-sempai, no me clave los cuchillos...

- Pues no digas cosas molestas. Empecemos con la misión.

Fuimos saltando de rama en rama hasta que llegamos al último árbol del bosque. Desde nuestra posición, podíamos ver cómo lo preparaban todo para lo que parecía una fiesta. Ese iba a ser el peor escenario para poder completar nuestra misión. Noté la mirada de Bel-sempai posada en mi.

- Volvamos al hotel rana. Tengo una idea.

Me dio miedo. No tenía un presentimiento. Y estaba en lo cierto. No me gustó para nada su idea.

-¿Y por qué no lo haces tú?

- Porque yo no soy el que sabe hacer ilusiones desde pequeño.

No me lo podía creer. La gran idea de Bel-sempai era que me vistiera de chica para poder entrar como si nada la fiesta la familia enemiga.

-¡No, no y mil veces no!

Bel-sempai me empujó hasta que acabe con la espalda apoyada en la pared. Pusó una mano a un lado de mi cuello. Se había acercado demasiado a mí. Su cuerpo está muy pegado al mío. Puso una de sus piernas entre las mías. Sentía mi corazón latir muy rápido. Sentí su respiración en mi cara. Su cara estaba muy cerca de la mía. Sus labios casi rozaban los míos. Podía verle los ojos entre su flequillo rubio. Sus ojos rojos, asesinos, brillantes. Me encantaban. Me tenían enamorado. Lo confieso. Estoy enamorado de Bel-sempai aunque no se note con mi forma de ser.

-Lo harás porque lo digo yo.

CONTINUARÁ...

Prince and the FrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora