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Gerard: Hola, hey no sabía que tenes pareja.

El maestro se encontraba tomando un té en su sillón, aún no se había sacado el delantal y tenía un corazón dibujado en la mejilla.

Sabía que tenía que hacerle el "almuerzo" a su hermano aunque casi fueran las cinco de la tarde. Y también sabía que en una hora debía ir a buscar a Bandit. Le prometió comprarle una muñeca con cabello morado que vió en una tienda. Pero aún así seguía en su vagancia.

—¿Y mi comida?—Su hermano bajaba las escaleras con los auriculares colocados.—Geraaaaard.

—Mikey, callate porfi—Su hermano era una de las personas que más amaba en la vida pero como no sabía cocinar ni un huevo frito, él estaba obligado a hacerlo siempre.

—Pero tengo que comer.

—Pedí una pizza, estoy cansado y tengo que buscar a Bandit.

—Llevo comiendo pizza hace una semana.

—Entonces aprendé a cocinar.

—¡Sabes que no puedo!

—¡Ese no es mi problema!

—No grites, le vas a hacer mal al bebé—Gerard se confundió por lo que dijo su hermano, la única idiotez que le faltaba es que haya adoptado a un bebé.

—¿Qué bebé?.

—Yo.

—Ahora por gracioso no hago nada—Aunque intentara ocultar la risa no pudo. Su hermano lo hartó tanto que se tuvo que levantar para hacer algo de comer.

—¿Y cómo estuvo eso del trabajo?—El menor estaba comiendo el arroz que preparó su hermano con una cuchara. Sólo tenía quince años pero era bastante maduro, excepto para hacerse su propio almuerzo.

—Bien, pero soportar a todos esos padres preguntando cómo se comportan sus hijos es estresante, yo no presto demasiada atención, si no hacen nada fuera de lo normal no sé exactamente qué hacen—Gerard había tomado un tenedor y le estaba robando un poco de arroz del plato de su hermano.

—Bueno, bueno pero no te comas mi comida—Mikey movió su plato un poco hacia atrás, lejos de Gerard.

—Es mi comida, yo la hice—
Se defendió el pelirrojo mientras se alejaba de la mesa, su celular vibró en su bolsillo y mientras lo sacaba se dirigía afuera para buscar a Bandit. Tuvo que volverse cuando se dió cuenta que todavia tenía el delantal y maquillaje en la cara.

Cuando ya estaba sentado en el asiento del conductor de su auto se dispuso a entrar en el chat de Frank.

Frank: Qué, yo tampoco sabía que tengo pareja

Gerard: Entonces la chica que fue con Miles...?

Frank: Es mi otra hija
Ahre
Es la niñera
Me contó que un profesor con cabello rojo le prestó una remera, no sabes quién puede ser???:0

Decidió seguir con la conversación más tarde porque en la barra de notificaciones aparecía un "vas a venir o qué?" del contacto llamado "Lyn-Z", la madre de su hija.

Comenzó a andar en el vehículo pensando en lo que había dicho Frank, esa no era su novia y tampoco madre de Miles. Era muy jóven para serlo.

Llegó por fin a la casa de Lindsey y tocó la puerta, fue recibido por una chica de cabello rubio y corto.

—Hola Frances, ¿cómo estás?—La rubia se hizo a un lado para dejarlo pasar, murmurando un vago "bien". Una mini Lindsey se le acercó corriendo y se lanzó a sus brazos.—Hola preciosura, ¿vamos a comprar tu muñeca?.

La pequeña asentía y sonreía en los brazos de su padre.

—Hola Gee—Lindsey salió de la cocina llevando una taza de leche con chocolate.—Bajala así toma esto.

—Hola Lin-Z—Gerard bajó de sus brazos a la niña y la sentó sobre la mesa del comedor, su madre le entregó la taza y la pequeña comenzó a tomar.

—Mami dice que no puedo sentarme en la mesa—La menor miraba a los dos adultos con interrogación.

—Tu mami es una tonta—La niña comenzó a reir, Frances soltó una carcajada desde un sillón en la sala.

—¡Gerard!—La pelinegra le dió un golpe en la cabeza.—¡No digas malas palabras!—Se giró, acercandose a si hija y hablando dulcemente.—Bandit, yo te dije que no podías sentarte en la mesa pero esta es una excepción, ¿si?.

—Sí mami.

Gerard esperó a que Bandit terminara de tomar su leche y luego la cargó de nuevo para llevarla al local.

En el extenso viaje, por culpa del tráfico, Bandit habló sobre sus compañeros de clases y miles de cosas más, que a Gerard le costaba entender. No estuvieron ni un minuto en silencio, la pequeño ocupó todos los espacios con sus risitas e interminables anécdotas.

Al fin llegaron al lugar, Bandit obtuvo su deseada muñeca y un helado de cereza.

—Papi, ¿puedo ir a jugar allá?—La pequeña quería ir con otros niños a el sector de juegos.

—Pero ni siquiera terminaste el helado—Siempre que le compraba o hacía comida a la menor no la terminaba, Lindsey lo regañó porque quiere que Ban esté bien alimentada.

—Lo como más tarde—Gerard se rió por la respuesta de su hija, no se podía comer más tarde, obviamente porque se derretiría.

—Ban, si podes ir, pero cuando estemos en casa quiero que te comas todo lo que tengas en el plato—La niña sonrió y su padre lo acomodó un poco las dos coletas que tenía, luego la dejó ir, siempre viéndola desde lejos.

Estaba terminando el helado de cereza, cuando escuchó un llanto que inmediatamente reconoció como el de Bandit. Dejó todo desparramado en la mesa, para salir corriendo a donde estuviera B, grande fue su sorpresa cuando vió a un niño bastante conocido molestando a su pequeña, y detrás de él a la persona que no podía sacar de sus pensamientos desde hace días.

* * *

Malisimo el cap, y me hace sentir triste que no podia actualizar y cuando lo hago es una mierda ;-;

Voy a tratar de actualizar rápido, les amo ❤

Bonito. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora