x6x

1.7K 283 197
                                    

Hayley

No sabía que era peor, si haber sido bateada por Frank o que una madre o lo que sea me haya vaciado su vaso de jugo encima. Si hubiese sido un niño hasta me hubiera parecido adorable, ¡pero una señora!, encima sólo mi vió y siguió su camino, ni unas disculpas, si no hubiera estado lleno de nenes pequeños juro que la empujaba o algo así.

Estaba en el baño intentando lavar la horribe mancha que dejó en mi camiseta favorita. Cuando la mojé pasó lo que nadie quiere que le pase, la remera era blanca y cuando mojas la ropa blanca se transparenta. Y ahí estaba yo con un brasier negro intentando no ser una indecente.

Sentí que moriría de la verguenza si alguien me miraba, pensé en ponerme un abrigo pero no había traído, hasta pensé en ponerme el abrigo de Miles pero eso sonaba muy estúpido. Podía esperar ahí a que se secara un poco o a que un grupo de adultos con sus hijos me vieran así.

Pero sólo eran un par de pechos, y ni siquisiera tan grandes, tuve un accidente y lo van a entender...espero.

El golpeteo a la puerta me hizo respingar, no me quedaba otra escapatoria, moví un poco mis brazos por los nervios y sonreí frente al espejo para ver si estaba decente, luego abrí la puerta para salir.

—Hola, disculpa, vamos a empezar una actividad y quería saber si estabas bien...porque tardaste mucho—El chico de cabello rojo se trababa con sus palabras, no le presté demasiada atención a lo que dijo ¿se podía ser maestro con el cabello así?, mi mamá había dicho que no...aunque seguro era una trampa para que volviera a mi color natural.

—Sí estoy bien, pero necesito un poco de ayuda—Ví su delantal, en él un cartel que rezaba "Gee". Señalé la parte de mi pecho, donde la camiseta estaba mojada.—No puedo salir así.

Gee miró mi camiseta solo un segundo, pareció pensarlo un momento y luego dijo que lo siguiera. Pasamos rápidamente por el aula y fuimos a una habitación con una mesa redonda, había varias cosas desparramadas, adornos, carteles, y en una de las paredes casilleros.

—Tengo una remera y una campera en mi casillero, no sé cuál preferís usar—El maestro sacó sus llaves y abrió el casillero, sacó algunos cuadernos y luego un abrigo bastante grueso, ese definitivamente me iba a quedar como una carpa. Buscó un poco más y sacó una remera negra con un gran logo de Iron Maiden, esa también parecía que me haría ver como una carpa pero Iron Maiden me gusta así que estaba bien.—Creo que te van a quedar un poco grandes, es que sos muy pequeñita, si querés le pregunto a alguna de mis compañeras si tienen algo más de tu talla.

—No, no, con esta estoy bien—Recogí la camiseta de Iron Maiden y él asintió.

—Está bien, cámbiate, voy a cuidar la puerta—Me sonrió dulcemente, era demasiado agradable, pensé que me diría "no se nota" y me obligaría a ir al aula pero me comprendió bastante.

Me quité la camiseta y la doblé sobre la mesa. Pasé la remera negra por mi cabeza y luego por mis brazos. Sí, me quedaba enorme. La pase por debajo de mis pantalones y quedó bastante bien. Me podía ver reflejada por el espejo de uno de los muebles.

Toqué la puerta para que Gerard supiera que ya estaba lista, él abrió y se rió mientras me observaba.

—Te queda mejor que a mí—Yo sonreí por su comentario, esperé a que guardara sus cosas parada junto a la puerta.—¿Con que alumno viniste?.

—Con Miles Iero—El maestro se me quedó mirando un momento y luego sonrió, cerró su casillero pero se quedó ahí.

—Genial, y...¿Cuántos años tenes?—Parecía bastante intrigado, tal vez pensaba que yo era su madre, qué divertido.

—Tengo dieciocho, ¿Por qué?—Admito haber sonado un poco mal con la última pregunta porque él no pregunto más sobre el tema.

Salimos de nuevo al aula y la mayoría estaba en ronda, acomodando las sillas en círculo. Ese juego de quién se siente primero o como se llame era una cosa del diablo. Recuerdo haber formado una mini pelea con algunas de mis amigas cuando era pequeña, ese juego era el causante.

Pusieron una canción que hablaba sobre una granja, me recordó a una vez que fui con mi mamá a una y me persiguió una oveja. Fue una mala experiencia.

Mientras dabamos vueltas alrededor de las sillas las maestras aplaudían y hacían payasadas para distraer a los niños. Paró la música, me senté rápidamente pero Miles se quedó parado, lo sostuve de la cintura y lo subí a mi falda.

—Ajá, qué raro que no haya quedado nadie de pie—Miles me miraba con cara de "Oh por Dios, estamos rompiendo las reglas" mientras sonreía.—Gee, ¡está todo bien ahí!—El pelirrojo pasó por delante de nosotros simulando no ver nada extraño y dijo que todo estaba en orden. La maestra rubia se vió un poco confundida pero no le dió más vueltas al tema.

***

—¡Hiciste trampa!—Miles me repitió como por quinta vez en la heladería. Lo llevé por un helado, sólo quedaba una hora para que Frank saliera del trabajo después de la convivencia. Elegí esperarlo allí porque ninguno de los dos teníamos ganas de caminar, en el jardín hicieron una actividad donde tenías que correr como condenado y nos cansó demasiado.

—¡No hice trampa!, hay que aprender a adaptarse y sobrevivir—El niño sólo me sonrió, seguramente sin haber entendido nada.

—¡Hola enano!—Dijo el enano a su hijo acercándose a la mesa. Se sentó junto a nosotros por un momento y luego fue a pedirse un helado él también.

Estabamos riéndonos de las ocurrencia de Miles mientras disfrutabamos el lindo día. Sería mil veces mejor si Frank se fijara en mí, seríamos una hermosa familia, pero no tuve esa suerte.

* * *

Cuando era chiquita e iba a jardín hicimos ese juego con nuestros padres(yo estaba con la mamá de una amiga porque la mía no pudo ir), y como yo quedé sin asiento a la primera ronda la mujer me cargó como Hayley a Miles, bien tramposa la señora.

Va a haber algunos capítulos narrados por los personajes pero si no pongo su nombre al principio el cap está en narrador omnisciente.

Espero que les esté gustando preciosos/as. ❤

Bonito. [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora