Capítulo 4- Marca

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Desperté gracias a los rayos de luz que se introducían por mi ventana, observe el reloj y definitivamente se me había hecho tarde. Sali corriendo de la cama y me dirigí al baño.

Cuando por fin me encontraba listo baje con rumbo hacia la puerta de entrada.

Me había propuesto salir como flash ya que no quería tener ninguna charla con ese sujeto luego de lo que ocurrió  por la noche.

¿Con qué cara lo iba a ver después de todo eso?

Como supuse, estaba en la cocina, al parecer lavando los trastos, camine rápidamente hacía la puerta para que no se diera cuenta de mi presencia. No funcionó.

-Buenos dias- escuche sus pasos -¿Ya te vas?

-¿Que no es obvio?- voltee a verlo.

Mala idea.

Me encontré con esos ojos radiantes que desde la primera vez que los había visto, habían provocado un extraño deseo en mi, deseo de lanzarme a devorar esos labios tan apetecibles y rosados, los mismos que hasta el día de hoy, no había probado y moría por hacerlo.

¿Qué diablos estoy diciendo?

-¿No desayunaras?- pregunto con una sonrisa amable, algo extraño, ya que la última sonrisa que había visto de el, era una llena de perversión.

-No, se me está haciendo más tarde, así que si me disculpas...- tomé la perilla de la puerta -Ya Me voy.

Y antes que diera un paso hacia afuera, el psicópata tomó mi mano. 

-Que tengas un buen dia- volvió a sonreír.

Acaricio el dorso de mi mano y luego la soltó, pude notar la mirada dulce que poseía, sin ninguna mala intención detrás de ella.

¿Y ahora que le pasa? Ayer actuaba como un maldito violador y hoy se comporta como la persona más amable del mundo ¿Es bipolar o que?

-Igual- fue lo único que salió de mi boca y salí de la casa.

No quería que viera el tono carmín que tomaron mis mejillas, tampoco quería seguir sintiendo esos latidos tan rápidos que golpeaban mi pecho. Fue por eso que salí.

Me tome unos 30 minutos caminando, hasta que llegue a la enorme escuela. Corrí hacia el salón donde me tocaba la clase de primera hora y me encontré con la cara larga de mi maestra de historia.

Le di una buena explicación y después de tantas súplicas por mi parte, cedió y me dejó recibir la clase. Camine hacia donde se encontraba mi mejor amigo haciendo un tipo de señas para que me sentara a su lado. Y así fue.

Deje mi mochila en el suelo y prosegui a prestarle atención a la maestra, con mis dos manos entrelazadas, apoyando los codos en la mesa, y cargando mi mentón en los dedos.

Fastidio, eso mostraba mi cara.

-Oye ¿Qué mosca te pico?- pregunto mi amigo.

-Una muy estúpida que no sale de mi mente- hable frustrado y era enserio.

Ese maldito acosador estaba plasmado en mis pensamientos.

-Por lo visto la pasaste bien anoche- alevo sus cejas varias veces con una sonrisa.

-¿P-Por que lo dices?

-Por el chupeton en tu cuello. Ya veo por que no fuiste a mi casa ayer.

Sorprendido y con mi corazón latiendo a mil, lleve mi mano a la parte derecha de mi cuello y pude sentir aquella marca.

Mi Niñero - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora