Capítulo 5- Adicto a lo malo

8K 527 30
                                    

Cuando senti ese simple tacto a los costados de mi cuerpo, supe que este sería mi fín, trate de levantarme de encima de el pero no funcionó, es más, giró con cautela hasta que quede acostado en el largo sofá, ahora el se encontraba encima de mi.

Sus ojos sólo mostraban deseó y lujuria, por algún motivo esa mirada no provocaba miedo en mi, lo único que provocaba era una alta excitación, excitación que ya se estaba empezando a notar por el bulto en mi pantalón.

-Dime, Erick- susurro cerca de mi oído -¿Por qué estás molesto?

Quise seguir disfrutando de su voz tan seductora cerca de mi oreja, pero tenía que reaccionar y continuar con mi plan de venganza.

-T-Tu... Tu me hiciste algo en mi cuello- articule y pude ver como el levantaba un poco la vista para ver la marca extremadamente roja -¡Eres un tonto!

-Oh, es eso- sonrió -¿Por eso tanto escándalo?

-Si, no me gusta tener ningún tipo de marcas en mi cuerpo.

-Las mías pueden ser una excepción.

-¡Pues no las son!

-Pronto las seran...

Bajo lentamente hasta que nuestros rostros quedaron muy cerca, podía sentir su respiración chocar contra mis labios los cuales esperaban con ansias ser besados por los suyos.

Cerré mis ojos esperando ese anhelado beso, pero cuando sentí sus labios moviéndose en mi cuello, supe que no me besaria.

Me deje llevar por tercera vez, y cuando menos lo espere, sus manos levantaron mi camisa y acariciaron todo mi abdomen provocando un escalofrío. Seguia repartiendo besos desde mi clavicula hasta mi cuello y lo peor de todo es que yo ya estaba cayendo.

-C-Chris... Espera.

Llevo una de sus manos entre medio de los dos para asi poder tocar lo que había despertado debajo de mi pantalón.

-N-No.

Tenía que ser fuerte. ¡Esto no era parte del plan!

-¿Quieres que me detenga?

No, no quiero, quiero que sigas, hasta el final.

-S-Si- respondí ignorando mis tontos pensamientos.

-De acuerdo.

No pensé que lo fuera hacer, pero lo hizo, se detuvo y de alguna forma eso me había molestado.

Se separó de mi y se puso de pie dejándome, aún, con la camisa hasta los hombros, al notar aquello, la acomode donde debía estar y de igual manera me puse de pie.

Frunci el entrecejo cuando lo vi caminar hacia la cocina.

-¡Christopher!- lo llamé y capte su atención -¿Qué te pasa?

-No me pasa nada- sonrió -Solo me detuve. Eso querías ¿No?

-Vete al demonio- exclame enojado y tome rumbo hacia mi habitación.

No sabía el motivo de mi enojo y eso me tenía en total confusión, o tal vez si lo sabía y no quería aceptarlo, por que...

¡Dios! ¿Cómo aceptar que me enoje por el simple atrevimiento que tomó para detenerse?

Quería seguir con aquello y eso era lo que más me molestaba, quería seguir pero sabía que estaba mal, que era algo que no podíamos hacer, pero igual era bueno.

¿Por qué las personas nos hacemos tan adictas a lo malo?

Tome la almohada y la lleve a mi cara, pensando que con ella podía aclarar todas mis dudas pero era algo imposible.

Mi Niñero - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora