Capítulo 6: El detective

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Sofía:

- Levántate- dije ayudándole, estaba muy borracho y no iba a poder solo.
Entré a la ducha y abrí la llave, dejé que el agua le cayera a él, aunque yo también me mojé. Era obvio que así le quitaría un poco la borrachera que tenía. Eso lo despertaría un poco.

- ¡Maldición, está fría!- dijo temblando.

- Eso te pasa por andar tomando.
Mira aquí hay una sudadera, es lo único que pude encontrar. Tienes que quitarte esa ropa, por lo menos ya te puedes mantener en pie- dije y salí del baño.
Busqué otra toalla, me sequé y me cambié de pijama. Estaba colocándome las pantuflas cuando escuché que Kenneth salió del baño.

- ¿Dónde están las llaves de tu habitación?- cuetioné sin mirarlo.

- Las perdí, creo que tengo una copia en el auto- mencionó.

- Si quieres puedes dormir aquí- sin previo aviso bajó el cubre cama y lo extendió en el suelo, luego una de las almohadas y de acostó.

- Ni pienses que vas a dormir ahí, hace mucho frío.

Dicho esto, coloqué unas almohadas en la mitad de la cama y él se acostó a un lado y yo al otro. Aunque estuviera al otro lado de la cama, su presencia me ponía nerviosa, menos mal que está en este estado. Sé que mañana no se acordará de nada. Tengo miedo de que mañana despierte y siga siendo inexpresivo.

- Buenas noches- dije, pero al parecer Kenneth ya estaba dormido.

***
Me desperté por unos pequeños sollozos y unos gritos. Me volteé y allí vi Kenneth, estaba sudando, con la respiración agitada y algunas lágrimas se escapaban de sus ojos.

- No me dejes... por favor Luisa no me dejes...- susurraba.

En ese momento se veía tan indefenso, a comparación como siempre está, ese semblante frío que tiene cuando está despierto es muy diferente al semblante de ahora. Tristeza y desespero se refleja en su rostro.

Empecé a moverlo- Kenneth despierta... Kenneth- se removió y luego se paró de golpe.

-¿Qué haces en mi habit...? - se quedó callado apenas se dio cuenta de dónde estaba.

- Al parecer tenías una pesadilla- le dije burlona.

- Pesadilla es despertar al lado tuyo, en una habitación que no es mía.

- ¡Déjate de bobadas!- exclamé irritada.

- ¡No grites! Me duele la cabeza- se quejó

- Si, pero no pensaste que iba pasar eso ayer. Agradece que no te dejé dormir en el suelo, estúpido- dije poniéndome de pie.

- No te daré las gracias, estúpida- dijo imitando mi acción. Parecíamos niños peleando de esa forma.

- Ah no. Está bien, le diré a tu padre que anoche llegaste borracho y que también te enseñe modales; por lo visto no aprendiste- dije encogiéndome de hombros.

- Ni se te ocurra decirle eso a mi padre niñata- parecía alterado.

- Y si no ¿qué? Además no me digas así- cuestioné retándolo.

Él se acercó peligrosamente a mí y yo retrocedí hasta quedar pegada a la pared, colocó sus manos a los costados de mi cabeza. Estaba nerviosa, mis mejillas debían estar sonrojadas, mis piernas parecían gelatina, mi respiración era agitada y mi corazón latía fuerte. Odio estar tan vulnerable frente a él.

- Y si no, pagarás las consecuencias- dijo pasando su cara por mi cuello para luego depositar un beso allí. Mi piel se erizó y tragué grueso. Estaba tan cerca- No puedes volver a mencionar nada de lo que pasó anoche ¿me oíste?- ordenó e hizo una mueca de disgusto- ¿me oíste?.

- S..si- dije nerviosa.

- Eso espero- dijo dándome otro beso en el cuello para después salir de la habitación dejándome totalmente confundida.

¿Qué acababa de pasar? ¿Por qué no puedo mencionar que anoche llegó borracho? Tal vez su padre lo regañe, pero no creo que sea eso ya que se puso alterado cuando dije aquello. Tiene que ser algo... no sé.

Luego que Kenneth se fuera me bañé, me vestí y bajé a desayunar. Allí estaban todos desayunando incluso él, todos hablaban felices aunque Luis parecía un poco molesto por el hecho de que se fuera sin avisar. Yo creo que no se dieron cuenta que llegó desde anoche, ni que había estado tomando.

Me imagino que eso es lo que hace siempre que se va. Emborracharse. Pero eso no es lo que importa, ahora lo que importa es que voy a buscar a un detective para buscar a mi familia.

- Oye Luis, hoy voy a salir a buscar a un detective- me limpié la boca con una servilleta.

- Si no te molesta, yo conozco a uno y te lo puedo recomendar- dijo Luis.

- Si es de su confianza, mejor- sonreí.

- Es de mi entera confianza. Se llama Eduardo; ahora te paso el número.

- Está bien.

Terminamos de comer y subí a cepillarme, cuando salí de la habitación, Kenneth bajaba las escaleras rápidamente.

- ¿Qué haces?- pregunté con el ceño fruncido.

- Voy a salir- dijo con simpleza.

- ¿A dónde?- cuestioné.

- No es de tu incumbencia- dijo fríamente.

Yo agaché la cabeza y fui a buscar a Luis para que me diera el número, me dio fue una tarjeta donde estaba la información que necesitaba. Lo que no esperaba que me dijera era que ya había programado una cita con el detective. También me dijo que el chofer me llevaría, yo me negué al principio pero de tanto insistir terminé aceptando.
El chofer me llevó a la cafetería donde sería la cita. Era muy bonita, habían pocas personas pero el lugar era acogedor. Me dirigí a una mesa que quedaba en un rincón y me dispuse a esperar.
Llegó una joven a tomar mi pedido y sólo le dije que quería un café.
Como a los cinco minutos miré a un señor entrar por la puerta de la cafetería, supuse que era el detective así que levanté la mano para llamar su atención ya que miraba a todos lados como buscándome.

- Hola, ¿usted es la señorita Miller?

- Si señor.

- Señorita, mi nombre es Eduardo Collins ¿Qué tengo que hacer?

- Señor, no encuentro a mi familia hace más de tres meses que no la veo y quisiera verlos- comenté- Necesito que los busques por favor. Te pagaré lo que pidas- mi voz ya se cortaba y lo que dije sonó como una súplica.

- Tranquila señorita, los encontraré- dijo seguro- ¿dónde los vio por última vez?-me preguntó.

- En los barrios pobres, allí tomamos la decisión de buscar cómo sobrevivir cada uno y cuando lo hiciéramos, nos reuníamos- una lágrima resbaló por mi rostro- disculpe, no tengo que hablar más de esto con usted.

- No se disculpe. Gracias por el dato, escriba los nombres y sus edades aquí- me paso una pequeña libreta y un bolígrafo, hice lo que me pidió- Le mantendré informada de cualquier cosa.

- Muchas gracias. No sabe cuánto me alegra que me ayude ¿hablamos del dinero?

- Eso lo hablamos cuando haya encontrado a su familia y no agradezca, es mi trabajo- dijo amable.

- Adiós- le tendí la mano.

- Adiós- se despidió.

El detective se fue y yo pagué mi café, salí de la cafetería, el chofer me esperaba allí, así que no dudé en dirigirme allí y saludarlo, para luego entrar en el auto y dirigirnos a la mansión.

Sé que con ayuda de Dios, pronto volveré a ver a mi familia y estaremos unidos como siempre hemos sido a pesar de los problemas.

Wanda♡

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