Capítulo 5: La empresa

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Sofía:

Me estaba alistando para ir a la empresa con Kenneth quien se apareció hasta ayer por la tarde.

¿Siempre será así? ¿Dónde se quedará? Bueno eso no me debe importar ahora.

Salgo de la habitación, llevaba una camisa rosada de encaje, una falda negra ajustada que me daba por las rodillas, unos tacones no muy altos y mi maquillaje era muy natural: labial rosa, un poco de rubor y máscara de pestañas. Lo sé, muy arreglada; pero ya que tengo cómo pues toca aprovechar.

- ¿Lista?- dice Kenneth saliendo de su habitación, llevaba una camisa azul manga larga y una corbata, pantalón negro, zapatos a juego y un peinado que lo hacía parecer rudo.

- Lista- afirmo para luego bajar las escaleras; ya habíamos desayunado por lo tanto salimos hasta donde se encontraba el chofer con el auto y nos subimos.
Nadie decía nada, en el auto sólo se escuchaba el aire que chocaba en nuestras caras y el ruido de los autos que pasaban por todos lados.
Cuando llegamos a la empresa, me despedí del chofer, porque Kenneth era indiferente y ni le dio gracias. Nos recibió un poco de periodistas pero el pasó sin decir nada. Hacían muchas preguntas. Luego entramos, nos recibió la recepcionista. Subimos por el elevador, en este piso se veían mucha gente ajetreada con papeles, sacando copias, trabajando en el computador y revisando cuentas; eso era lo que alcanzaba a visualizar.
Me imaginaba cómo me tocaría cuando empezara a trabajar aquí, con muchos papeles en mi escritorio y haciendo cuentas de inversiones.

- Aquí es mi oficina- dijo deteniéndose al frente de una puerta que tenía las iniciales "K.W"- no paso todo el tiempo aquí, pero a veces me ocupo de algunas cosas- dijo con una voz realmente fría; seguramente ni le interesaba estar enseñándome la empresa.

- ¿Quieres mostrarme dónde voy a trabajar?- pregunté emocionada, quería ver mi oficina.

- Pues no quiero pero me toca- dijo haciendo una mueca.

Uff me irrita con su tonito de voz y su indiferencia, ¿qué le pasa?.

- Soy así- dijo encogiéndose de hombros y yo me asombré ¿leía la mente o yo pensé en voz alta?

- Definitivamente la segunda- uyy, odio pensar en voz alta- esta será tu oficina- abrió una puerta y me dio paso.

La oficina no era muy grande, tenía un escritorio en el cual había un computador con una impresora y un vaso donde habían unos bolígrafos y otros útiles, al lado había una pequeña biblioteca pegada a la pared.

- ¡Me encanta! A mi padre le gustaría tener una así- dije mientras sonreía.

- Claro.

- Si, a mi madre también. Te imaginas a mis padres trabajando, siempre les ha gustado- dije recordando a mi pequeña familia- mi madre colocaría un cuadro aquí para darle un poco de color y ...

- ¿Podrías dejar de hablar? Me desespera.

- Lo siento. ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Ya la hiciste.

- Jajaja que gracioso- reí sin humor- pero bueno, otra pregunta.

- En mi mundo no existe la gracia... pregunta- dice sin ninguna expresión en su rostro.

- Bueno, ¿qué es lo que me tocaría hacer y cuanto me pagarían?

- Tendrías que hacer las cuentas para saber si el dinero que está entrando y saliendo es el correcto. También tener en cuenta las inversiones de los socios aquí en la empresa. Mi padre te pagará setecientos dólares.- dijo sin ninguna expresión en el rostro.

- Es mucho ¿no crees?

- No. No es ni la mitad de lo que entra a la empresa cada día.

- Bien.

***
Ya es viernes, acabo de llegar de la empresa. Aunque no he empezado a trabajar, estoy cansada porque si he puesto en práctica mis habilidades para el trabajo; según Sarah soy muy buena.
Se preguntarán ¿quién es Sarah? Puedo decir que es mi amiga, es la recepcionista, es muy alegre pero muy responsable; también es bonita, tiene tez blanca, cabello rubio, ojos negros y es un poco más alta que yo. Ella es la que me ha ayudado desde el martes allí en la empresa. ¿Dónde está Kenneth? No lo sé. Sólo se fue y dijo que el lunes vendría.

Voy a la sala y saludo a todos. Me dirijo a mi habitación para darme una ducha; está haciendo un calor insoportable.

- Sofía, ¿podemos hablar un momento?- pregunta Luis saliendo de la sala, yo me volteo y lo miro.

- Claro.

- Ven a mi despacho.

Lo seguí, cuando llegamos él se sentó e hizo un ademán para que lo imitara. ¿Para qué me necesitará? No creo que haya hecho algo malo.

- Bien- empieza a hablar- Sofía, no quiero parecer muy interesado, pero quisiera saber que vas a hacer con el dinero; sé que para ti es mucho y pensaría que lo tienes destinado para algo.

Sinceramente no pensé que fuera a preguntar eso. Tampoco había pensado lo que iba a hacer con ese dinero, pero ahora que lo pienso...

- Voy a pagar un detective- suspiro-
Quiero encontrar a mi familia. Pero ¿porqué lo preguntaba?

- Por nada sólo quería saber que no ibas a malgastar el dinero. Gracias por decirme. Ahora si puede ir a su habitación.

- Gracias a usted por la oportunidad que me ha dado- me di la vuelta decidida para irme.

- Espera, ¿Sabes dónde ha estado mi hijo?- negué y miré como se pasaba las manos por su cara, se veía preocupado.

- No sé, no lo he visto desde el lunes- como él no dijo nada más, salí.

Su padre se ve mal y Kenneth ni se preguntará cómo está. Parece que no le importa nada; ¿cómo una persona puede ser tan inexpresiva? ¿cómo no le importa nada? ¿cómo no se preocupa por nada? ¿Por qué él es así? Frío, arrogante, que piensa que tiene todo sólo porque tiene dinero. Únicamente él lo sabrá.

Luego de bañarme y vestirme, bajé a comer. Allí se notaba la preocupación de Kath y Luis; los niños preguntaban por él pero no obtenían respuesta, así que yo me limité a decir que estaba de viaje. Se me hacía difícil mentirles, pero son niños.

Ya eran las once de la noche y no era capaz de dormir. Mañana iría a buscar un detective para que buscara a mi familia, tenía que ser lo más pronto posible. Quería verlos.
Extrañaba la risa de mi pequeño hermanito, Zack, él tenía la misma edad que Sam y Dani; creo que se llevarían muy bien. Por otro lado extrañaba a mi madre, Helena y mi padre, Julián, ellos son mi admiración, a pesar de todos los problemas que han tenido ellos siguen juntos y se aman ciegamente.

Un ruido me asustó, parecía la puerta principal abriéndose; me asusté y me metí debajo de las sábanas. Soy muy miedosa, no se rían, siempre le he tenido miedo a casi todo. Escuché que subían las escaleras y fue cuando me acordé que no le había puesto seguro a la puerta. Entonces me acerqué a la puerta pero ésta se abrió de golpe, podía ver la silueta del hombre, sin embargo no podía distinguirlo.
Encendí la luz rápidamente y pude visualizar quién era. Kenneth. Estaba borracho.

Wanda ♡

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