Capitulo 25: Boda

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Sofia:

Era el día de la boda, estaba ansiosa. Ya estaba lista para salir. Sarah y Hannah han estado al pendiente en estos dos últimos meses con lo que respecta a mi vestido, maquillaje, peinado y también a la decoración del lugar.

Estoy contenta con el resultado, mi panza ya ha crecido pero no tanto.
Termino de mirarme al espejo, cuando mi padre llama desde la puerta.

- Hija, es hora- me dice.

- Ya voy papá- le digo mientras camino con cuidado hacía él.

- Te ves muy hermosa hija- dijo agarrándome del brazo.

- Gracias- le sonreí nerviosa.

Al poco tiempo empezó la marcha nupcial, mi padre me llevó al aclarar donde un Kenneth me esperaba con una gran sonrisa y con un gran traje. Sé veo a tan guapo como siempre.

Apenas me doy cuenta que mi padre me ha entregado, porque él me habla.

- Se feliz yo lo abrazo y voy hacía Ken.

- Te ves hermosa-me me susurra al oído.

Me quedo tan concentrada viéndolo, todavía no puedo creer que me vaya a casar con él. Lo amo muchísimo pero es tan irreal esto.

- Kenneth Walker, ¿acepta a Sofía Miller como su legítima esposa para amarla, respetarla, estar con él en la salud, en la enfermedad, en los problemas y en las dificultades hasta que la muerte los separe?

- Acepto. No lo dudaria ni un segundo.- dijo él mirándome fijamente.

- Sofía Miller, ¿acepta a Kenneth Walker como su legítimo esposo para amarlo, respetarlo, estar con él en la salud, en la enfermedad, en los problemas y en las dificultades hasta que la muerte los separe?

- Acepto- respondí. Lo siguiente que pasó fue colocarnos los anillos que había traído Sam.

- Entonces los declaró marido y mujer. Puede besar a la novia.

- Por fin. No sabes lo que me resistí- me dice acercando su boca a la mía para después darme un beso lleno de amor.

Después de salir de ahí, fuimos al restaurante donde se iba a celebrar la ceremonia. Ya estaba cansada y quería irme a casa.

- Ken, quiero irme- le susurré.

- Como quieras- dijo alzandome en brazos y llevándome a un lujoso auto.

El me subió y luego hizo lo mismo. Cerré los ojos y cuando el auto se detuvo los abrí. Quedé confundida al ver el lugar.

- ¿Por qué estamos aquí?- pregunté.

- Porque nos iremos en el jet de mi padre hacía nuestra luna de miel.

- ¿Qué? No me dijiste nada ¿A donde vamos?- curioseé

- Sorpresa.

No insistí, se que no va a decir nada por más que lo intente no me va a decir.

- ¿Y nuestra ropa?

- Ya está en el jet. Yo ordené que la empacaran.

Nos dirigimos a donde se encontraba el Jet y con ayuda de los guardias, subimos. Ken se acomoda y yo me hago a su lado. Suponiendo que la joven que se encuentra enfrente nuestro es la azafata, ella nos atiende amablemente, además de darnos indicaciones para el vuelo.

Los asientos son muy cómodos, me recuesto en el hombro de mi nuevo esposo, en esa posición y con el dandome caricias me quedo dormida.    

Siento leves cosquilleos en mi cara, abro lentamente mis ojos. Ken está mirándome fijamente con una gran sonrisa.

- Llegamos, dormilona- susurró.

- ¿En serio?- miré por la ventana y todo se veía muy hermoso- ¿Dónde estamos?

- Bienvenida a Bora Bora, querida esposa- dijo dándome la mano.

- ¡No puede ser! ¡Gracias amor! - Lo abracé.

- Me dijiste que querías pasar unos días aquí y conocer, qué mejor que este día- me besó.

Inmediatamente bajamos del jet, un chofer nos esperaba y al parecer las maletas ya estaban en el auto. Partimos sinceramente a no se dónde, sólo veía el atardecer y el paisaje tan bonito con una sonrisa en mi rostro. El lugar al que siempre había querido venir.

Cuando me di cuenta, el auto estaba estacionado en frente de una casa de vidrio de dos pisos, no falta decir que lujosa. Al otro lado pude apreciar la linda playa, y el suave sonido del mar.

Me encanta este lugar.

- Baja, amor- dijo mi esposo abriendo la puerta y dándome la mano.

- Está muy lindo el lugar- dije aceptando su mano- ¿Este lugar salió caro?

- A mi padre si, es de él y nos lo prestó- respondió tranquilo.

- Gracias por traerme aquí.

- Me dijiste que querías visitar esto algún día, así que lo escogí para nuestra luna de miel- me guiño un ojo- Vamos, tenemos que cambiarnos para ir a cenar.

- Lo anterior ya me lo habías dicho. ¿Dónde iremos a cenar?- lo besé.

- No hace falta que te diga, todo te va a encantar- me besó de vuelta.

***

- ¡Día de playa!- gritó Ken.

- Déjanos dormir un rato más- dije con voz adormilada.

- No. Nuestro pequeño no será perezoso- haló las sábanas- levántate.

- ¿Y si es pequeña?- cuestioné obedeciendo.

- Será niño- afirmó.

- Y yo digo lo contrario- me encogi de hombros- ¿Esto me queda bien?

- Todo te queda bien, amor- me susurró al oído, luego se alejó de mí- Bueno, los planes de hoy son desayunar, ir a la playa, almorzar, ir a la playa y cenar.

- Me encantan tus planes- reí sin gracia.

***

Tomábamos unos refrescos, mientras nos bronceabamos a la orilla del mar. Estaba muy tranquila, cuando siento una mano en mi vientre.

- ¿Qué haces?- le pregunté.

- Acaricio a nuestro hijo- dejó un beso en mi vientre un poco abultado.

- Me volveré muy gorda y pareceré una foca- mencioné.

- Una foca muy hermosa-me  dijo.

- Ya no me querrás...

- Claro que te quiero, te amo y a este pequeñito también. No les faltará amor- me dio un beso y luego me levantó de la silla para llevarme al mar.

- ¡Está fría!- grité, el me echó agua en la cara- ¡Ken, no hagas esto! ¡Para!

- Ya, está bien.

- Quiero helado- le dije.

- ¿Otra vez?- asentí.

- Sé que has gastado mucho en mi helado, lo siento- dije bajando la mirada.

- No, claro que no importa eso, son tus antojos. Iré por tu helado- me abrazó y sé fue.

Al rato, él llegó con mi preciado helado y así pasamos todo el día, entre el agua risas y momentos inolvidables.

Nuestra luna de miel fue muy linda, no la pasamos en la playa, visitando lugares, tomándonos fotos y comiendo mucho helado.

Wanda♡ 


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