Una Cita

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Antes de mostrarme cada cabina del Yate, Travis y yo cenamos mariscos en la terraza, que por cierto es perfecto para la situación, comemos junto a las estrellas, sobre el mar y alrededor de esta cálida noche

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Antes de mostrarme cada cabina del Yate, Travis y yo cenamos mariscos en la terraza, que por cierto es perfecto para la situación, comemos junto a las estrellas, sobre el mar y alrededor de esta cálida noche.

Es demasiado especial, romántico y único, es tan detallado cada instante que estamos aquí que lo grabare por una eternidad en mi memoria.

No sé exactamente como sentirme ante todo esto porque una parte de mi está llena de sorpresas, felicidad y la otra tiene miedo de todo esto porque es la primera vez que un hombre hace esto por mí, no porque quiera tener sexo a cambio aunque probablemente lo habrá esta noche porque yo lo quiero, porque ambos nos deseamos tanto que es difícil mantener las manos alejadas, es más, incluso mientras cenamos siento la tensión que provocan nuestros cuerpos, sufren por unirse de nuevo.

Sin embargo, incluso con Jake, jamás me sentí como hará porque siempre fui la segunda opción, en cambio con Travis..

Soy la única persona que el mira de esa forma, la única que tiene su atención, no hay nadie más, no hay una Debra que se interponga entre nosotros y quiero creer que siempre será así.

Así que si, esto es nuevo para mí porque por primera vez no soy la amante de alguien, sino la primera opción, aquella mujer que solo quiero que un hombre la quiera.

—Y esta es la habitación..—Me explica Travis, hemos comenzado un recorrido por el Yate después de terminar la cena y ahora estamos en el piso de abajo, justo en los dormitorios.

Camino por el suelo de madera, observando cada pequeño espacio del dormitorio, aunque mis ojos no dejan de ver la cama y hasta mi entrepierna se humedece de solo imaginar lo que se aproxima, camino ingresando hasta el baño y se ve tan perfecto como el del departamento de Travis.

Salgo del baño y lo encuentro justo en las escaleras que nos llevaban a este piso, solo que ahora la puerta está cerrada.

—Es hermosa..—Le digo dando un giro despacio en mi propio eje, para admirar mucho más las paredes de madera.

—Tú eres hermosa.

Cuando me giro con una sonrisa, tiene las manos metidas dentro de los bolsillos del pantalón de vestir, sus ojos mirándome sin pudor alguno, recorriendo mi cuerpo y ubicándose en mis pechos.

Travis se acerca a mí y tengo un nudo atorado en mi garganta, se detiene justo delante de mí y me observa el rostro.

—Eres tan hermosa que duele mirarte tanto..

Mi corazón se agita, pero el rompe todo con sus siguiente comentarios.

—Estoy hablando literal.

Ruedo los ojos.

—Me la pones dura con solo mirarte.

—Travis..

Sus nudillos rozan la piel de mis brazos y suben con delicadeza hasta mis hombros, se inclina y ubica un beso en aquel lugar, Travis me desabrocha el sujetador metiendo las manos dentro de mi blusa de tiras, me las quita y cuando nuestros labios chocan comienzo a desvestirlo, le retiro la camisa hasta que tengo solo su torso denudo y desabrocho los pantalones de vestir, retirando la correa y dejándola caer en el suelo de madera, para entonces solo me encuentro en bragas y en sujetador, el me abraza y me hace girar, caminamos hacia atrás hasta que mi cuerpo cae sobre la cama.

Bajo las Sábanas de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora