Mal Vendaje

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No toques lo que es mío

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No toques lo que es mío.

Aun continúo mirando a Travis después de que tengo sus palabras repitiéndose en mi cabeza.

—¿Lo tuyo?.— Jake lo enfrenta con los dientes apretados.

La mirada molesta de Travis cambia, para mostrarle una sonrisa a su hermano.—No creo que quieras contradecirme, Jake.—Pone los ojos en frente y lo sigo para ver a Debra acercarse a mi preocupada.

Jake no dice nada mientras Travis me ayuda a ponerme de pie.

—¡Po dios !¿Estas bien?.—Me pregunta Debra sujetando del brazo, al igual que Travis ayudándome a ponerme de pie, observa el champagne derramado en mi vestido.— Vamos, te acompañare a cambiarte.

—No, yo lo haré..—Pongo los ojos en Travis al escucharlo hablar, el traga despacio y solo me mira a mi.—Ya ha sido suficiente por una noche.

Sujeto el saco de Travis cuando siento que va a caerse de mis hombros y el desliza su mano por mi brazo desnudo hasta llegar a mi mano, entrelaza nuestros dedos y me lleva con él.

Y puedo sentirlo.

Lo tenso que esta ante toda esta situación.

Subo a su coche porque no conozco este lugar y no sé cómo regresar a casa, me siento en el asiento de copiloto y el maneja en silencio, ni siquiera pone la radio, solo maneja, con las manos apretando con fuerza el volante, cuando hay un cambio de semáforo, abre el cajón delante de mi asiento y saca un pañuelo, lo coloca sobre mis manos y yo me giro hacia él.

—Hazlo.

—¿Qué?

El no responde y el cambio de semáforo se da, arranca el coche y entonces vuelve a hablar.

—Solo hazlo, Chloe.

Trago saliva observándolo.

—Si quieres llorar solo hazlo.

—No quiero llorar.

Él sonríe con burla.

Mi ceño se frunce .—No necesito esto.

—No te lo di para que limpies tus lagrimas con él.

¿Entonces para qué?

Bajo la mirada al vestido.

Oh..

Cuando alzo la mirada, la confusión no tarda en llenarme.—Este no es camino..

Y se supone que ya salimos de la ruta desconocida para mí.

—No te estoy llevando a casa, Chloe.

—En..

—A mi departamento.—Me mira por un segundo y regresa su atención a la carretera.—Es tarde y mañana tengo que trabajar, llevarte a casa y volver a mi departamento me tomara mucho más tiempo .—Vuelve a mirarme, este vez el vestido manchado.—Además cuanto más tiempo lleves puesto eso, habrá más posibilidades de que contraigas gripe.

Bajo las Sábanas de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora