En Orden

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—¿Y bien?

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—¿Y bien?..—Me pregunta Travis.—¿Vas a invitarme a pasar o debo..?

Oh..

—Sí, pasa.—Le interrumpo y él sonríe.

Llevo las rosas a la cocina y busco un florero, de los que guardo debajo del fregadero, lo lleno de agua hasta la mitad y comienzo a colocar rosa por rosa mientras tengo una sonrisa gigante en el rostro.

¿Y ahora qué?

Me ha dicho que le gusto, pero no es como si tuviéramos una relación ¿No?

Bueno, no ha usado las palabras "Se mi novia"

Pero a dicho Se mía, aunque técnicamente las rosas lo dijeron, aunque es casi lo mismo. ¿No?

Resoplo.

Estas haciéndote un lió por nada, Chloe.

Suspiro y pongo los ojos en el arco de la cocina, mi cuerpo se sobresalta cuando noto que Travis ha sido testigo de mi conflicto interior.

El me da una sonrisa sexy desde su lugar.—¿En qué piensas?

En las miles de maneras de llevarte a la cama.

Sin que resulte incómodo y ahora que lo pienso aunque busque la manera, será siempre incómodo.

—¿Quieres cenar?.—Pregunto rascándome el cuello, muy nerviosa, bajo mi mano y observo lo que traigo puesto.

Santísima madre..

Sigo llevando bata.

—Creo que iré a cambiarme primero..

Doy un paso y me detengo frente a él, mis pies ya no se mueven y el me observa confuso.

—¿Chloe?

Mi corazón se acelera y la confusión crece más en él, entonces solo no necesito pensarlo y me veo extendiendo mi mano hacia él y con una débil sobre mis labios, Travis baja la mirada a mi mano.

Me muerdo el labio.—¿Me acompañas?

¿Es lo mejor que se me puedo ocurrir?

Sí, creo que sí.

Él me toma la mano sin dudarlo y entrelaza nuestros dedos, su sonrisa me da fuerza y con el nerviosismo por todo mi cuerpo lo guió por el pasillo hasta llegar a mi habitación, mi corazón se detiene cuando veo la puerta de mi cuarto, pero eso no me para y no lo para tampoco a él, deja que lo lleve hasta ingresar y ambos nos quedamos frente a frente y en una corta distancia en la oscuridad de mi habitación.

Esta oscuro, pero noto sus ojos viéndome con lujuria.

Bien, empieza, Chloe..

Hago caso a mis pensamientos y con el calor que emanamos junto al deseo, soy yo quien acorto nuestra distancia llevando mis labios sobre los suyos, pero justo antes de hacerlo veo en esa fracción de segundo que Travis pensaba hacer lo mismo y haberme dado cuenta me hace sentir más que segura con mi manera de llevar todo esto esta noche.

Bajo las Sábanas de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora