Disculpas

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No la he tocado

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No la he tocado.

No he tocado a Chloe desde que regreso conmigo y aunque mi corazón se siente feliz por esta nueva oportunidad, no puedo evitar sentirme inquieto, las manos me pican incluso cuando ahora mismo las tengo sobre las teclas de mi laptop y aunque lucho, Chloe no ayuda en absoluto, mucho menos con lo que lleva puesto.

Es tarde en la noche, así que me he quedado con ella mientras estudia para un examen importante que se vendrá en algunos días, está nerviosa porque es un curso que se le hace muy complicado aprender y que ya ha reprobado antes, así que estoy aquí dándole mi compañía y apoyo.

Mi espalda se encuentra apoyada en el respaldar de la cama de madera mientras tengo un par de hojas llenas de informes que necesito traspasar a mi máquina y que me cuesta poner atención cuando Chloe mantiene una postura tentadora, esta recostada, sus pies están a mi altura y al lado, está dándome la espalda y un perfecto ángulo de su redondo trasero que no se oculta casi nada detrás de esas bragas color negro, además lleva puesta una de mis camisetas y los pezones se resalten en ellos cuando se acerca a mí.

Aparto la mirada de su redondo trasero y paso saliva, tratando de concentrarme regreso mis ojos a la pantalla de la laptop, tengo que mover el cursor para que vuelva a encenderse.

Chloe se soba los ojos y recuesta su cabeza en la cama.—Me duelen los ojos.

A mí me duele la polla, maldita sea.

—Descansa, de todas formas es tarde.

—Habra dos sesiones de fotos la siguiente semana.—Me dice dándose la vuelta y acomodándose de costado para mirarme.—No tendré tiempo.

—Si no quieres asistir, solo dilo, Amor.

Ella me sonríe.

—¿Qué?

Se muerde el labio.—Te ves sexy con gafas.

Una sonrisa se me escapa, pero enseguida termina con la suya, baja la mirada y vuelve a mirarme enseguida con una expresión normal.

Ella se lo piensa, pero termina negándose.—Ya les prometí a las chicas que asistiría.

Vuelve a recostarse igual que antes y continúa estudiando.

—Resistiré unas horas más.—Me dice, pero su mirada ya me ha atrapado.

Sonrio y cierro la laptop, dejándola a un lado junto con las hojas que debo trascribir, me coloco en su encima dándole un corto espacio para no lastimarla y ubico mi boca sobre su cuello.

Puedo jurar que está cerrando los ojos.

—Trav..

—Uhmm..—Continuo probando de su piel, coloco ambas manos en su cadera y le levanto mi camiseta, su piel en esa zona reacciona ante mi tacto.

Bajo las Sábanas de lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora