✧ ninki; taegyu (txt) ✧

✧ monday; 静か.

Tras recibir la propuesta de Beomgyu, Taehyun no pudo borrarse una pequeña sonrisa del rostro durante todo el camino a su casa, acompañado de canciones alegres de un playlist que no escuchaba en varios meses.

Por primera vez, un chico era quien le proponía participar en su dinámica semanal de citas. Y no cualquier chico, sino Beomgyu, el adorable castaño de su clase de taekwondo que le había llamado la atención desde la primera vez que lo vio bailar frente al espejo cuando creía que no había nadie en el salón.

Le tuvo que escribir a su mejor amigo Kai, quien le había dicho que si ningún chico lo invitaba a salir hasta el final de ese semestre, entonces ellos tendrían que intentar ser novios. Aparte de darle un alivio al asegurarle que ya no tendrían que sacrificar su amistad, lo necesitaba para que comparta su emoción.

Kai
un chico me invitó a salir!!

no inventes bro

siii te juro, y es lindo ;-;

cómo se supone que debo
mantener mi imagen así?

uy sí, Taehyun el popular

sólo sé tú mismo :D

gracias por el consejo más
genérico del año

:(

si es como el resto, babea por ti,

así que no te preocupes ;)

va a mi clase de taekwondo, pero
nunca le había hablado antes porque
creí que era muy genial para mí

MUY GENIAL PARA TI QUEDÉ

le voy a tomar screenshot para
cuando te pongas altanero

ya sabes qué quiero decir

también va a la misma escuela,
creo que está en la B...

Tan distraído estuvo contándole a Kai sobre Beomgyu, que por poco se pasa la estación de Gangnam-gu. En momentos como esos, agradecía que el metro indique cada parada.

— ¡Kang Taehyun! —su madre le dio la bienvenida con una reprimenda, para variar— ¿Por qué los bordes del pantalón de tu uniforme están mugrientos?

— Perdón, mamá. —bajó la cabeza— Seguro pisé algunos charcos en el camino.

— ¿Cuántas veces te he dicho que te cambies de ropa antes de regresar? —espetó, ahora furiosa, acercándose sólo para levantar su mentón con fuerza— ¡Imagínate si el señor Lee te hubiese visto así de sucio!

Taehyun apartó la mano de su madre, para mantener la cabeza gacha, en silencio. No quería saber nada de ese señor Lee desde la última vez que lo vio, en aquel estudio de fotografía donde le había sacado algunas fotos publicitarias, pero no se lo diría a nadie, y mucho menos a su mamá. Prefería no responderle de vuelta, pues su carácter sólo empeoraba si lo hacía.

— No me hagas enojar más y ve a lavar tu uniforme. —lo cortó antes de que hable, de una vez— Hazlo rápido, porque tu profesor de japonés llegará en cualquier momento, y cuando acaben te pondré en línea con el señor Lee. Tiene una propuesta para ti.

— Puedes llevar un caballo al río, pero no puedes obligarlo a beber... —murmuró el estudiante entre dientes, mientras se alejaba de escena. Lástima que el oído de su madre era bastante agudo.

— ¿Qué dijiste?

— Nanimo, gomennasai. —reemplazó en japonés, sabiendo que mantendría satisfecha a su progenitora— Hai, haha, wakarimashita.

En vez de volver a su habitación para gritar contra la almohada o golpear una pared, como cualquier adolescente, fue directo al cuarto de lavandería, donde lo primero que hizo fue tomar un gran respiro. El taekwondo le ayudaba a soltar todo el enojo y estrés contenido, quizás por eso era tan bueno, pero se consideraba lo suficientemente maduro como para hacer lo posible para llevarse decentemente con su madre-mánager menopáusica, lo cual era bastante.

Eso sí, con el señor Lee ya había tenido suficiente.

— No beberé del río. —se repetía una y otra vez mientras restregaba los bordes de su blanco uniforme con una escobilla— No beberé.