11.

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Martes.
A nadie le gustan los martes.

Abrí mis ojos con pesadez, me estiré y apagué el despertador.

Solté un gran suspiro, estaba adormilada.

Rasqué mi mejilla con mis uñas y solté un pequeño bostezo.

Me levanté y me dirigí al baño, hice mis necesidades y tomé una ducha rápida.

Me cambié sin mucha prisa, ya que iba bien de tiempo.

Me senté en la silla de mi tocador y me miré por unos segundos al espejo.

Noté que arriba de mis pecas se empezaban a forman unas pequeñas ojeras.
Las miré por unos segundos más y después volví a la tarea de arreglarme.

Comencé a cepillar mi cabello tranquilamente, luego me puse un poco de crema en mi rostro.

Después de eso, me quedé sentada ahí mismo, vagando en mis pensamientos sin percatarme de otras cosas.

-ahem.

¿Qué diablos?

Volteé sorprendida a la entrada de mi cuarto, con el corazón a tope.

Miré a Jungkook ahí parado, recargado del marco de mi puerta, con una sonrisa divertida pero bonita, con su marca al costado del golpe recibido.

Alzó levemente su ceja.

-vaya, hola.- dije sin mucha idea de que más decirle.

Él soltó una risa ruidosa, mientras echaba su cabeza hacia atrás.

-hola y buenos días, bella durmiente.

Saludó él mientras me guiñaba un ojo.

Rodee los ojos y pronto me percaté que ya no tenía la misma ropa que ayer.

-¿fuiste a tu casa a cambiarte y volviste?.- pregunté mientras en mi cara se formaba un pequeño signo de interrogación.

Él soltó otra carcajada.

-claro que no, princesa, en mi auto tenía un cambio.- dijo mientras alzaba una ceja y se cruzaba de brazos.

Alcé las cejas dándome cuenta que a veces puedo decir cosas muy tontas.

-oh.- fue lo único que salió de mi boca mientras lo miraba.

Me sonrió dulcemente.

-ven, baja, he hecho el desayuno.- dijo mientras se daba media vuelta para bajar por las escaleras.

Comencé a escuchar como bajaba los peldaños.

No tardé más en reaccionar y fui con él.

————

Íbamos tarde.

Genial.

A Jungkook se le ocurrió que era buena idea ponernos a cantar unas cuantas canciones después de desayunar y se nos fue el tiempo haciendo eso.

En cuanto nos dimos cuenta de la hora, ambos salimos corriendo hacia su auto, nos subimos y arrancamos hacia el instituto.

Íbamos carcajeando por algunos fallos vocales que cada quien había tenido durante nuestro tiempo de karaoke.

Jungkook realmente era alguien que cualquier persona desearía tener en su vida y solo me bastó unas cuantas horas darme cuenta de ello.

-llegamos, chica linda.- dijo una vez estacionó el auto.

Bajamos y realmente la buena suerte no duró tanto por aquí.

Estaba un grupo de chicas en la entrada, todas hablando y discutiendo sobre algo con Soo y Young.

Liar |JJK y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora