6. Un gran paso.

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Emilio:

Cuando percibí a Joaquín tan cerca mío podía notar como mi cuerpo reaccionaba con nerviosismo ante su presencia y la forma en la que me invadían las ganas de volver a unir nuestros labios como aquella vez. Pero, estaba consciente de que tenía que controlarme, sabía que si volvía a cometer otra locura probablemente él no me lo perdonaría jamás.

Me acerqué lo suficiente que hasta lograba sentir su respiración sobre mi rostro, podía ver cada facción de su cara y el como sus pestañas se mantenían tan rizadas como siempre. Sus pestañas...Algo que me parecía increíblemente bello, sobre todo, ese pequeño lunar que se mantenía invisible en la parte inferior de su ojo, como si fuera un secreto, un detalle que sólo alguien que se acercase a él lo suficiente podría notar.

Joaquín me miraba, notaba deseo por parte suya, quería hacerlo, pero mi cordura me lo impedía.

Cuando por fin me decidí a terminar con ese acercamiento y continuar con la escena de forma casual, Joaquín tomó mi rostro y rozó sus labios con los míos de una manera un tanto extraña, simplemente me quede ahí, inmóvil, observando sus movimientos, con miedo de realizar una acción que lo molestara, estaba sorprendido, pero, curiosamente no lograba hacer nada para seguirlo.

—Joaquín, ¿Qué haces? —Dije separándome ligeramente de su roce.

—Yo creo que...Sólo fue un impulso —Me miró con una sonrisa ladina, sabía que estaba usando mis propias palabras de aquel momento para provocar.

—¿Ah si? Un impulso eh, un impulso en el cual básicamente estabas rogándome que te besara, maravillosa táctica —Solté una pequeña risa.

—¿Y no quieres hacerlo? —Su pregunta me sorprendió, ¿Qué le pasaba a Joaquín hoy? Lo sentía más atrevido que de costumbre.

—Em, Joaco, ¿Qué sucede? Parece que me estás provocando —Las palabras salieron de mi boca sin ninguna vergüenza, no entendía que estaba pasando por su cabeza.

—Emilio —Dijo mi nombre de forma totalmente seria, todo esto estaba ocurriendo justo con nuestros rostros súper cerca, no sé cómo estaba soportando tanto el no hacerle nada a este chico—No entiendo que me está pasando pero...En serio, tengo tantas ganas de besarte.

En el momento en que soltó aquellas palabras, la cordura que había mantenido durante todo este tiempo se fue a la mierda. Tomé las mejillas de mi compañero y acerqué mis labios a los suyos, rozándolos de forma provocativa hasta unirlos de forma lenta y reconfortante.

Joaquín había hecho el beso más intenso, de alguna forma él había terminado encima mío, con sus dos piernas a un lado de mis muslos, paseaba mis manos por su espalda mientras seguíamos besándonos de forma desesperada. En cierto momento, el inclino sus caderas levantándolas ligeramente, sentí eso como una señal para que lo tocara, baje mis manos llegando a sus caderas, y sin más preámbulo comencé a tocar sus glúteos, subiendo por su pierna y llegando en ciertos momentos a su trasero.

—Ey... —Dijo entre jadeos, mientras se separaba de mis labios—Pronto podrían llegar, r-recuerda que tenemos llamado.

Sólo lo mire y asentí, en esos instantes no me importaba quién viniera al camerino. No habría manera de que nos descubrieran, había cerrado la puerta por completo, porque hombre precavido vale por dos.

Volví a dejar un beso en sus labios, y discretamente me deslicé por su rostro hasta
llegar a su cuello, dejando besos en el mismo. Joaquín se estremeció provocando que hiciera un pequeño apretón en su trasero.

Justo cuando estaba a punto de realizar un vaivén con sus caderas, tocaron a la puerta.

—Emilio, Joaquín, ¿Están ahí? —Era la pequeña voz de Allison—Ya casi es hora de que pasen a hacer su escena, tú papá está muy molesto Emi, quiere que vayan de inmediato.

Joaquín inmediatamente se bajó de encima mío y comenzó a arreglar su cabello de manera nerviosa y poco natural, sus labios estaban hinchados, sus mejillas estaban rojas y sus ojos, sus ojos tenían ese mismo brillo de la primera vez.

Mire a Joaquín con una sonrisa y me levanté del sillón.

—Oye, ¿Qué es lo que acaba de pasar? —Mencioné, en espera de romper aquella tensión sexsual que se había producido entre nosotros.

—N-no tengo idea...Pero, no debimos hacer esto —Cubrió su cara con sus manos con cierta desesperación.

—Ey, no te preocupes —Me acerqué a él—Los dos lo disfrutamos, ¿No? No pasa nada, sólo quiero que sepas que esto que sucedió, no fue un simple jugueteo para mí, yo en verdad...Joaquín, escucha, sé que esto tal vez te vaya a sacar de onda pero...Estoy sintiendo cosas, no sé aún exactamente qué es lo que pasa, pero de algo de lo que estoy muy seguro es que cuando te veo, no puedo evitar ver cada facción de ti, me pareces alguien tan tierno y fascinante.

Joaquín me miraba sorprendido, sabía que lo que acababa de decir y lo que acababa de pasar hace unos momentos podría perjudicar lo que estábamos construyendo, pero sinceramente, eso ya no me importaba demasiado.

—Emilio yo... —Bajo su cabeza avergonzado.

—No tienes que darme una respuesta ahora, simplemente hay que disfrutar y ver qué pasa en un futuro, ¿Si? Quiero que nos demos una oportunidad de intentar algo juntos, ¿Qué te parece?

—Si...Me parece bien, pero ¿No tienes miedo de que no funcione? —Me miró con cierta inseguridad, yo solté una gran sonrisa y me lance a abrazarlo, después de todo esto, estaba completamente consciente de que había dado un paso en mi vida que la cambiaría para siempre.

—Claro que tengo miedo Joaco, pero algo dentro de mi me dice que contigo si va a funcionar y mucho mejor de lo que pensamos.

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Espero que les haya gustado el capítulo, es mi primera vez narrando este tipo de situaciones, por lo que ojalá se me haya entendido lo mejor posible, no se olviden de dejar su voto!

¿Puedes sentir mi corazón? | Emiliaco |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora