Joaquín:
Al despertarme por la mañana para ir al trabajo, tomé mi celular del mueble que estaba de costado a mi cama y al encenderlo me percaté que el constante mensaje que recibía cada día desde que Emilio y yo comenzamos a salir dándome los "Buenos días" no se encontraba más.
Me sorprendí a mí mismo con la cara decepcionada y con una sensación realmente triste en mi interior, la cual, no pude alejar por más que lo intenté. Y sólo por ese simple detalle, que al parecer, no era tan insignificante para mí y me encontraba muy consciente de ello.
Saqué mis dos pies fuera de las sábanas y los posicioné en el frío suelo de mi habitación. Me levanté de mala gana, tallándome los ojos y con el estómago gruñéndome con insistencia.
Me puse mis pantuflas y me decidí por bajar a la segunda planta. Tenía la esperanza de que al menos por este día mi mamá hubiera decidido que dejar el desayuno para Ren y para mí por primera vez en semanas era buena idea, pero como siempre, me encontré con la mesa vacía y con Renata volteada hacia la barra sirviéndose un plato de cereal.
—Buenos días, hermanito, ¿Cómo amaneciste?—Me dijo ella dándose la vuelta y cerrando la puerta del frigorífico al mismo tiempo. No sé en qué momento se percató de mi presencia.
La miré de mala gana. No tenía ni un poco de ánimos para contestar a su pregunta, y me parecía raro que no se hubiera inmutado a tan siquiera preguntar el porqué había llegado tan tarde anoche con lo metiche que era, pero aún con todo eso, lo hice.
—Supongo que bien.—Tomé una de las sillas del comedor y me senté para luego encogerme de hombros.
Renata me miró como tratando de entender porque me comporté de forma tan seca y retraída, pero al parecer no logró comprender y frunció el ceño un segundo, para luego aligerarlo e irse al sillón, prendiendo el televisor a su paso e importándole poco el por qué de mi estado de ánimo. Debía de admitir que eso me indigno un poco y me hizo abrir mi boca con desconcierto.
Me limité a revisar mis notificaciones en mis redes sociales mientras en mi cabeza planeaba qué hacerme de desayunar, pensé en huevos con jamón, unos chilaquiles o un sándwich, pero no estaba seguro si iba a tener tiempo para las primeras dos opciones.
Decidí por meterme a mi twitter por primera vez en muchos días y lo primero que vi fue algo que me hizo temblar. Un tweet de una chica afirmando que nos había visto a Emilio y a mí abrazados en un parque, tomándonos de las manos, estando muy cerca uno del otro, entre otras cosas. Y que tenía lo necesario para probarlo. Tragué saliva con mucho nerviosismo y me metí a ver las respuestas de su publicación, evidentemente tenía miles de retweets y me gusta, estaba demasiado aterrado sobre lo que pudiera encontrar.
Todos comentaban cosas como: "Se sabía que ellos dos se traían algo", "¿En serio le van a creer? Seguramente sólo lo hace para alterar al fandom.", "Dejen de meterse en su vida privada, eso sólo les incumbe a ellos." Y muchos otros rogándole para que le pasara las "fotos" o lo que sea que supuestamente ella tuviera en sus manos en ese momento para probarlo.
Quise llamar a Emilio o mandarle un mensaje para que supiera de todo esto, pero algo me decía que hiciera lo que hiciera, probablemente él no me contestaría y eso me hizo sentirme aún peor.
Agregándole el hecho de que si lo hiciera y atendiera mi llamada, al establecer ese tipo de conversación, seguramente Emilio le restaría importancia, haciéndome molestar y dando la situación en la cual yo terminaría diciéndole que mi padre podría ver eso y que me ocasionaría muchísimos problemas, arruinando la atmósfera por completo.
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¿Puedes sentir mi corazón? | Emiliaco |
FanfictionJoaquín y Emilio se conocieron gracias a su cariño por la actuación. Dando la maravillosa casualidad de darles la oportunidad de crear un proyecto juntos y darle vida a unos grandes personajes. Lo que ellos no sabían era que iban a terminar enfrentá...